viernes, marzo 22, 2019
Las vacaciones 2019
El 2019 será flaquito de viajes, este, muy probable que haya sido mi único viaje y no pienso salir del entorno de mi casa. La austeridad es menester, para realmente sellar mi jubilación, porque mi cabeza no da para más, lo que en un libro hace un listado al modo "to-do list", cada casillero se tacha por falta de mérito.
Ciertos niveles de ansiedad me trajo este viaje, varios dias antes, como si hacia décadas que no viajaba, la logistica en llamar a Fabiana, para ir a buscar a mi hermano, y luego ir a la estación y tomarnos el tren, me puso nervioso.
Para lo que cualquiera es simple viaje a la costa Argentina, para mi conllevaba un esfuerzo, el salir del entorno seguro de mi habitación, de mi cama y saber que a la noche yazco mirando la TV. La ansiedad de las "cosas simples para otros", en fin, ya haré un balance trimestral de como viene el 2019.
El viaje de ida fue un tren con un señor que se las sabía todas, que viajó a 105 paises para conferencias, que sabía la historia de Singapur, que tenía 76 años, caminaba 17 kilómetros por dias, que curaba a las señora que sufrían de artrosis, artritis con limón y bicarbonato. Todo puede ser, si yo fuese "millonario" igual elegiría viajar en tren, porque no me banco los aviones y la ruta me hincha las pelotas, con un viaje de vuelta donde se embotelló porque cortaron una de las autopistas cerca de Retiro.
Arribamos a las 10 y media al hotel, comimos una pizza mientras daban un partido de futbol que jugaba River Plate y después a dormir. El primer dia hice los sandwichs y alquilamos una sombrilla, caminamos y al mediodia volví a nadar luego de 3 meses con el agua helada, pero con mayor alivio de por fin nadar. Todo pasaba por contemplar el mar, enterrar los pies, leer el ebook, hacer crucigramas. Mi hermano tal vez se quedaba a la orilla del mar y se quedaba contemplando mucho tiempo.
La contemplación para otros puede señalizarla como improductiva, pérdida de tiempo, y hasta mediocre. Apuesto a la contemplación, entonces.
Nos ibamos tipo 16/16:30 si pintaba el frio.
3 dias de 5 hicimos esto más meterme en el mar. La temperatura no superó los 22 grados e ibamos con 15 a 17.
Como plan extraordinario fue ir a la casa de Victoria Ocampo en un barrio muy parecido a San Isidro, por las casas grandes y la arboleda. Vimos un video con la historia de Victoria Ocampo y los diferentes posturas sobre la mujer de los años 30 o 40, que agasajaba a las celebridades intelectuales nacionales y de todo el mundo, manejada en un ambiente elitista, pero plagado de conocimiento de letras y de filosofía. Recorrimos las habitaciones, sus frases, su colección de libros, y sus diferentes influencias que estaban reflejadas en la casa de Victoria.
Otro dia fue caminar por Varese y por el centro, a pesar del viento sudeste y la llovizna molesta.
El casino, perdí el 13% de lo que aposté, pero implicó quedarnos una hora y media y con toda la tranquilidad del mundo apostaba en forma especulativa y conservadora. Mucha gente se ponía muy nerviosa al perder plata. No es mi caso, yo disfruto haciendo cuentas y probabilidades, gane o pierda.
Esa fue la única noche que salimos, luego nos quedabamos en el hotel, comiamos, mirabamos TV y dormíamos.
Claro que el ser normal dirá que tenemos que aprovechar el tiempo lo máximo posible, pero no, el ritmo era lento, contemplativo, cansino, apagado, sosegado, improductivo. Todas característica que yacen en mi persona de hoy que vive encerrada en las limitaciones que el dolor, la despersonalización causa. Pero en definitiva fue positivo.
No creo que haya más viajes este año, no hay más desafíos fuera de mi casa.
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