Mi vida no es cierta, ni profunda, sé hacer, por repetición,
tres o cuatro cosas, y me cuesta enormemente aprender otras. Cuando le agarro la mano a un método, le doy
varias veces, hasta encontrar un techo, luego me quedo a vivir en el mismo,
como estimulado.
Con las estadísticas inútiles, que voy a detallar más
adelante, lo mismo, creo que comencé a los 8 o 9 años, y no hay mucha
diferencia con las que realizo ahora, todas se basan en tabla de posiciones
similares a campeonatos de fútbol. Tal
vez, agrego algunos parámetros, pero todo se compara con uno y otro.
Desde muy chico me apasionaba el estado de un equipo de
fútbol en su tabla de posiciones y de descenso, sacaba promedios, especulaba
con que algún grande se iba, y además jugaba un torneo similar con 20 equipos a
un juego llamado canchitas. ¡Que feliz
me hizo este juego! (Lo describo en http://percho.blogspot.com.ar/2008/03/las-canchitas.html
).
Campeonato de los recursos de los países.
En mi hogar contaban con una enciclopedia donde, casi todos
los países tenían un cuadro donde se cuantificaba: la población, la dimensión,
la densidad de población, habitantes de su capital, cantidad de ganado porcino,
de bobino, pesca, entre otros parámetros.
Yo elegía 8 características, realizaba las eliminatorias por cada
continente, luego el mundial de países. Cuando ya sabía, elegía otras variantes y
otras formas de competencias. Me
entretenía mucho con esto y Argentina siempre jugaba los mundiales. Obviamente que el campeonato lo ganaba
Estados Unidos, URRSS o China.
Apariciones de personajes
Me gustaba leer la Condorito, el Hombre Araña o cualquier
obra de teatro, tipo las de Laferrere o Moliere, entre otras. Además de leerla, hacía un recuento de cuantas
veces aparecía un personaje en la revista Condorito (por ejemplo en cuantos
chistes aparece Huevo Duro) y realizaba una tabla de posiciones por revista y
otra global. Con respecto a las piezas
teatrales, procedía al recuento de cuantas veces hablaban los interpretes de
las obras.
Fútbol Argentino.
Además de especular con lo que sucederá con los promedios
reales del fútbol Argentino, se me ocurrió hacer un campeonato donde se sumen
los puntos de primera y tercera división. En el caso de los cordobeses, a no
contar con tercera, multiplicaba por dos el resultado, es decir si perdía tenía
0 puntos, si ganaba 4 puntos.
Entonces, llegaba del colegio los lunes, tomaba mi anotador y hacía
cuentas. Además me gustaba sumar, los
domingos, mediante el Diario Crónica, la cantidad de espectadores que asistían
en primera D, recuerdo que el que más gente llevaba era Berazategui y el que
menos Deportivo Muñiz.
Campeonatos mediante juegos de mesa
Esto lo heredé de mi padre, aunque nunca supe cuál era su
juego, ya que se encerraba, con llave, en la habitación y nunca quiso,
explicarme, de lo que concluyo, que está perfecta su decisión. Los juegos míos eran la guerra (el que tiene
la carta más grande, con las variantes de que el 1 lleva dos y el comodín es lo
más, entre otras) donde agarraba cualquier objeto, tipo una servilleta, un
cenicero, una lapicera, un tenedor, lo que sea para competir. Este juego me ha salvado de viajes de, hasta
10 horas de duración, y además no molestaba a nadie de mi familia. El otro era el ajedrez, pero jugaba
campeonatos de apertura, el que tenía blancas representa la apertura que leía
de algún libro, donde mi cabeza, supuestamente, se desdoblaba en dos
personajes.