lunes, agosto 22, 2022
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domingo, agosto 07, 2022
La capacidad negativa
A John Keats, la capacidad de cuestionamientos y de detalles sobre su existencia, se vislumbraron en la juventud. El plantearse el indefinido y amplio sentido de vivir.
La lógica humana que establecen teorías, prácticas, maquetas, experimentos, construcciones, progresos, destrucciones y un lugar etcétera dentro de un marco de juicios preconcebido, o por lo menos, la necesidad de preconcebirlos, para otorgar una estructura, o simplemente disfrazar un "ente", "idea", "objeto" en algo concreto. Justamente el oximoron entre lo bueno y lo malo es lo "concreto".
El cuestionamiento incómoda lo concreto, pero cada vez más "la productividad" se acerca a lo concreto. ¿Que ocurre que se flote en cuestionamientos que, probablemente, jamás se clarifiquen? ¿y cuantas preguntas, nunca tendrán una respuesta?
Aplicar "capacidad negativa" es someterse a las alternativas respuestas. Las afirmaciones tienen cierto nivel de agresividad, que llevan al sometimiento de la "aceptación" de un "ente" aquellos que dudan, que dudamos. Entonces al no contrariar, se nos ubica en el rol de compartir ese "ente", pero en realidad el asunto pasa por no tener vocación al debate, al conflicto, al pragmatismo.
John Keats murió demasiado jovén de tuberculosis, a los 25 años, pero mientras tanto dejaba esta idea de manera contundente: "Estar en incentidumbres, misterios, dudas, sin ningún tipo de búsqueda irritable tras los hechos y la razón".
Los hechos acaecen, la razón es según el sesgo de cada uno, y su suscripción a ciertos silogismos. Aunque en el fondo, todo es subjetivo, una construcción. ¿O sino quien (o qué) lo establece como objetivo?
Hoy, el planteamiento de mis pocos dialogos que abarco, algunos no pasan más que un "cordial" saludo, es del momento, siquiera busco la aceptación, aunque mi búsqueda es poder re-avivar "las certezas" de les otres. Casi siempre me sale mal, pero es un ejercicio que me impuse. El saberme incierto en, creo yo, todos mis aspectos, me sumerjo a la disfrazada necesidad de las certezas, cuando establezco una conexión.
Lo que se inclinó hacer Keats, en su etapa más sentenciada a morir, es dejarse llevar con la duda, o en realidad, descansar en la duda, e inmergirse en la misma como una "forma de vida", sin darle explicaciones a lo que no se entiende.
Hoy, al tener demasiada información, sería muy necio no "saberse" ignorante, pero la necesidad de la pertenencia ante un ente finito sigue estando latente.