miércoles, diciembre 07, 2011

Mi cronología con la tecnología - 3ra. parte












El Mp3 viró mi vida, en un viaje a Mar del Plata, caminé 15 kilómetros, disfrutando de temas variados en un cosito del tamaño de mi dedo meñique.  El primero que adquirí tuvo 256 megabytes, donde más o menos, almacenaba unos 60 temas.  En el casset no llegaba a los 20, además no saltaba como el CD, pero, la calidad de sonido es menor, aunque mi oído no percibe demasiados los graves y agudos sofisticados.
El MP3 fue compañero de largos viajes, de maratones, de ultramaratones, y al simbolizar la música como sentimiento de alegría, junto a la música que incorporé a este aparatito, viví un romance con las carreras de muy largo tramo, ya que me planificaba el repertorio que se me cantaba.  Este artefacto tecnológico figura entre los primeros de  mayor usanza, junto a la computadora y el televisor.   

En el año 1997 una de mis tareas, además de renovar las bases de datos de las inmobiliarias, instalaba internet, en ese tiempo, con consumo telefónico.  Resultó impactante, tener una casilla de mail, charlar con gente de otros lados, procurar por las letras de los grupos favoritos y su actualidad, observar fotos de actrices, que me gustaban en ese momento, desnudas, etc.
Internet cambió el paradigma del entretenimiento, rememoro la cuenta telefónica que tenía que pagarla yo, era enorme, porque me pasaba horas entreteniéndome por este medio. Hoy día, poseer internet en el trabajo es como mandatorio y revolucionario, ya que la gente que trabaja en la oficina (haciéndome cargo de esto) no soporta tantos años realizando esta tarea, y si tiene restringido el acceso, usan el teléfono para navegar y huevear demasiado.

En los dos mil, comencé a ser reacio con la tecnología (síntoma de envejecimiento o de vagancia hacia la novedad), no me importa el 3D, sino el argumento de la película, los televisores con HD y la imagen, que dicen, envuelve la mirada, realmente mis sentimientos no apuntan a eso, sino padezco de un sin sentido.

Fui reticente para comprar mi primer celular (recién a mediados del 2004), ya que no tenía ganas que me ubiquen en todos lados, pero caí. Hoy estoy años luz atrasado con las “aplicaciones útiles” de los celulares, y sin duda, es el centro del universo,  con aplicaciones de como cocinar un huevo, si hay otro conectado en un lugar, y tantas otros arraigos que no entiendo y que siento ira y frustración porque no me interesa hacerlo.

Estar como un tanto apartado de la tecnología, con respecto a los televisores, a los autos, a las aplicaciones de celulares,  a las formas de hablar desembocadas del “progreso tecnológico”,  además de que desde que nací, he sido inútil para generar mi propio alimento, vestido y trabajo (nunca fui dueño), siento que el tiempo me cubre de obsolescencia .

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