martes, septiembre 30, 2014

Los presumidos




 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ser algo, es una actitud. Hay actitudes que me molestan, incluso si soy originario de las mismas. Hace poco, decir, que voy a correr 3 Maratones en un año, como algo bueno, y dando fundamento, me parecio una actitud de presumido, como demostrando mi valor ante la vida o, en éste caso, al recepto.
Lo haré, es cierto, pero el mérito debe ser interiorizado, más que exteriorizarlo a gente que, piensa, por mi forma de correr (todo destartalado con paso de pingüino) y porque no bajo los tiempo que soy un pelotudo, mientras ellos hacen la actividad como se debe. Por eso, es menester que, la celebración debe ser íntima.
 
Ahora, desde otro ángulo: ¿Qué pasa con las “minitas” que colocan su auto-retrato haciendo trompita, presumiendo de su belleza? Y, por otra parte, la justifican con su inteligencia, por haberse adoctrinado en cualquier Universidad. Particularmente, me sale el sarcasmo, porque ellas creen que la virtud belleza la lleva a conseguir cosas materiales y halagos constantes, la vara la tienen en las nubes y cualquiera, por entregarse, le piden la luna y algo más. 
Obviamente que la hipocresía en mostrarse siempre una reina de la belleza y simpatía, mezclando la ingenuidad que, tanto le hace la cabeza a los hombres, que jueguen al rol de nenita.
Ser presumido, parece que, para éste mundo capitalista garpa. Miami es el antro de los presumidos, sea con cadenas de oro, con autos carísimos, con casas enormes y con la voz intimidante que se la sabe todas. El ser gerente o tener un grado importante de poder, te lleva a presumir, por el temor de que no te baje el que mirás desde un pedestal.  El “ser presumido” cree que se encuentra en una jerarquía mayor de los demás y quieren que estos lo sepan.
Una vez, me encaré una mina y me dijo que su ex era polista y que yo era demasiado poco. Es decir, la minita, presumió de su pasado. 
Yo desconfío de los presumidos, lo asocio, inmediatamente, a los hombres garcas y mala leche y a las mujeres trepadoras e interesadas. Sin duda, no me interesa su intimidad. 
En cuanto a las actitudes de presumido, me dan asco de mi mismo, y me he expuesto de esa manera, tal vez por aburrimiento, la mejor solución, es huir a conversaciones de maximizar lo que realmente carezco.

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