miércoles, octubre 12, 2011
Agustin Tosco ( 1930 – 1975 ) Un referente obrero
Hoy me aboco en otra personalidad que fue verdaderamente útil para cierta parte de la humanidad que habita el país donde nací, al que admiro su obra fervientemente. Un hombre idealista de esos, que en esta etapa más individualista, es muy difícil de ser reemplazado.
Agustín “El gringo” Tosco nació en Coronel Moldes, un pueblo al sur de Rio Cuarto de la provincia de Córdoba.
Hijo de padres campesinos, cuya educación estuvo destinada al trabajo y producción.
Al comienzo de la pubertad se incorporó en una escuela de Artes y Oficios, donde se debatía sobre temas de la actualidad, incentivando a Tosco, a profundizar la lectura, alimentando su sapiencia. Su referente en la adolescencia fue el filósofo, psicólogo y escritor: José Ingenieros.
Al culminar el colegio secundario, ejerciendo como presidente del centro de estudiante, expresa un discurso sobre los errores del sistema educativo que impartía de las normas de esa época. Recibe una ovación al rechazar el diploma de parte del Director.
A los 17 años se incorporó como aprendiz, prácticamente ad-honorem.
Al cumplir su mayoría de edad ingresó en Luz y Fuerza y es aquí donde, desde muy joven, toma trascendencia su papel en pos de la defensa de los derechos de los trabajadores.
Apenas con 23 años es elegido como conductor del Gremio en su provincia natal, y un año después se extiende a nivel nacional.
A partir de aquí, Tosco recibió inhibiciones e inhabilitaciones para poder ejercer su rol de dirigente gremial, donde varias veces ha estado privado de su libertad por defender los derechos de los trabajadores.
El fin de Tosco era la justicia y equidad, en la lucha de la construcción de una nueva sociedad que permita al hombre salir de la enajenación a lo que conduce este sistema que afecta hasta el derecho de vivir. Su brega hacia abolir la mortalidad infantil, el analfabetismo, la deficiencia sanitaria y la falta de vivienda.
En una de sus más notorias labores fue impulsar a la gente que salga a protestar en Córdoba, a pesar de que él estaba en una prisión en Rawson . El poder ejecutivo, impuso el estado de sitio, prisión y castigo ante los reclamos de la clase obrera y trabajadora, cesantía de miles de trabajadores.
A Tosco lo fueron a visitar del penal, una comitiva de diferentes gremios del país y justamente él delineó las necesidades del pueblo:
“Necesitamos solidaridad militante. Pronunciamientos. Lucha contra la Dictadura. Les hablamos de nuestros trabajadores, de sus aspiraciones, de sus desvelos, de sus sacrificios. Les dijimos que las fogatas que alumbraban las calles de Córdoba surgían desde el centro de la tierra impulsadas y encendidas por nuestra juventud estudiosa y trabajadora y que jamás se apagarían porque se nutren de la vida y de los ideales de un pueblo rebelado contra la opresión que se ejercía sobre él y estaba dispuesto a romperla, pasara el tiempo que pasara. Dijimos la verdad, la verdad de todo lo que queríamos. Los trece condenados de Rawson éramos de extracción, situación y condición heterogénea. Pero todos coincidíamos. No exagero al manifestar que varios de los miembros de la Comisión de Solidaridad y ellos están para testimoniarlo, sintieron correr lágrimas sobre sus mejillas. Al fin y en esta tensa conversación, plantearon la pregunta: ¿Por qué se ha producido el Cordobazo?
Y define del “Cordobazo” como expresión militante, del más alto nivel cuantitativo y cualitativo de la toma de conciencia de un pueblo, en relación a que se encuentra oprimido y a que quiere liberarse para construir una vida mejor, porque sabe que puede vivirla y se lo impiden quienes especulan y se benefician con su postergación y su frustración de todos los días.
Tosco manifestó lo siguiente sobre el accionar gubernamental, bajo la presidencia del general Juan Carlos Ongania. “Nuestra Provincia soporta un descalabro gubernativo, una manifiesta inoperancia en los más altos niveles jerárquicos oficiales, una ineptitud generalizada en la conducción de la cosa pública. Paralelamente a esta ineficacia se destaca un oscuro y torpe manejo de los instrumentos del poder, para favorecer a los círculos del privilegio económico y financiero, para exaccionar los modestos recursos monetarios de la población, para burlar la auténtica representatividad popular mediante el fraude neocorporativista, para manipular desvergonzada mente a algunos miembros de la justicia, intentando abiertamente ponerlos al servicio de la tolerancia cómplice hacia el crimen de algún conspicuo allegado al régimen”.
Sobre el Cordobazo producido el 29 de mayo de 1969, Tosco relató:
“El día 29 de Mayo amanece tenso. Algunos sindicatos comienzan a abandonar las fábricas antes de las 11 horas. A esa hora el Gobierno dispone que el transporte abandone el casco céntrico. Los trabajadores de Luz y Fuerza de la Administración Central, pretenden organizar un acto a la altura de Rioja y General Paz y son atacados con bombas de gases. Es una vez más la represión en marcha. La represión indiscriminada. La prohibición violenta del derecho de reunión, de expresión, de protesta.
Mientras tanto, las columnas de los trabajadores de las fábricas de la industria automotriz van llegando a la ciudad. Son todas atacadas y se intenta dispersarlas.
El comercio cierra sus puertas y las calles se van llenando de gente. Corre la noticia de la muerte de un compañero, era Máximo Mena del Sindicato de Mecánicos. Se produce el estallido popular, la rebeldía contra tantas in justicias, contra los asesinatos, contra los atropellos. La policía retrocede. Nadie controla la situación. Es el Pueblo. Son las bases sindicales y estudiantiles, que luchan enardecidas. Todos ayudan. El apoyo total de toda la población se da tanto en el centro como en los barrios.
Es la toma de conciencia de todos evidenciándose en las calles contra tantas prohibiciones que se plantearon. Nada de tutelas, ni de los usurpadores del poder, ni de los cómplices participacionistas. El saldo de la batalla de Córdoba —El Cordobazo— es trágico. Decenas de muertos, cientos de heridos. Pero la dignidad y el coraje de un Pueblo florecen y marcan una página en la historia argentina y latinoamericana que no se borrará jamás.
En las fogatas callejeras arde el entreguismo, con la luz, el calor y la fuerza del trabajo y de la juventud, de jóvenes y viejos, de hombres y mujeres. Ese fuego que es del espíritu, de los principios, de las grandes aspiraciones populares ya no se apagará jamás.
En medio de esa lucha por la justicia, la libertad y el imperio de la voluntad soberana del pueblo, partimos esposados a bordo de un avión con las injustas condenas sobre nuestras espaldas. Años de prisión que se convierten en poco menos de siete meses, por la continuidad de esa acción que libró nuestro pueblo, especialmente Córdoba, y que nos rescata de las lejanas cárceles del sur, para que todos juntos, trabajadores, estudiantes, hombres de todas las ideologías, de todas las religiones, con nuestras diferencias lógicas, sepamos unimos para construir una sociedad más justa, donde el hombre no sea lobo del hombre, sino su Compañero y su Hermano.”
Onganía dejaba el poder meses después.
Tosco siempre fue despojado, descalificado y humillado por la burguesía de esa época; siendo víctima de persecuciones, pasando a la clandestinidad y no siendo atendido como correspondía sobre una enfermedad evitable.
Su último as en la manga, fue idear junto a Raúl Alfonsin y Oscar Allende, entre otros, un frente patriótico y democrático, lo suficiente amplio como para incluir a las organizaciones armadas, con el fin de aislar a los sectores golpistas. Pero su enfermedad se manifestaba con desmayos, grandes cefaleas, y como consecuencia de su deterioro, tuvo que volver a Córdoba, y al ser prófugo, no pudo realizarse los estudios pertinentes por sus dolencias. La Triple A fue quien lo condenó a muerte y lo tildo como “criminal terrorista”. La historia se encargó de ponerlo en su lugar de héroe.
Tosco falleció el 4 de noviembre de 1975 a través de una infección y por la suspensión de sus antibióticos (mala praxis). Su última voluntad de velarlo en el sindicato, no fue satisfecha porque los sindicatos estaban manejados por fascistas.
El 6 de noviembre un desfile incesante de trabajadores se aproxima para darle su adiós. También se hacen presentes dirigentes políticos, como el ex presidente Arturo Illia, gente de los barrios, estudiantes, militantes sindicales y de las organizaciones guerrilleras.
El 24 de marzo del siguiente año, la junta militar, nuevamente, tomó el poder.
Algunas frases y párrafos.
“Sabemos que hay un condicionamiento a los medios; además, no está en nuestro ánimo el aparecer en televisión, el mostrarnos, el vedetismo. . .no nos encandilamos y somos sobrios como para saber que hay momentos en que se es más noticia, como se dice, y en otros momentos no se es.”
“Poder estar en la construcción concreta de la nueva sociedad a que aspiramos. Ver que tomamos el camino de las grandes soluciones para nuestro pueblo sería, para mí, la máxima aspiración.”
“Nosotros al liderazgo lo tomamos como un aspecto superestructural y transitorio. Lo fundamental está en el pueblo. No nos hacemos problemas de liderazgo, pero si tuviéramos que asumir cualquier responsabilidad, en cualquier plano, al servicio de nuestros ideales, lo haríamos, sin duda.”
“Nunca me sentí derrotado. Y eso que he padecido dificultades muy serias: durante el Cordobazo, al ser tomado por las fuerzas militares y al ser condenado, al ser intimidado con amenazas de fusilamiento, al estar en prisión, al haber sido testigo, el 15 de agosto, de la evasión de Trelew. He pasado por dificultades difíciles, de gran tensión. Pero nunca me sentí derrotado, ni me voy a sentir, aún en las peores circunstancias.”
“Yo creo que todos los hombres, más allá de lo que hacen, están sometidos a una serie de condicionamientos. Hay muchos enemigos; los que torturan, los que explotan. Pero si tengo que darle un antihombre, que jamás me gustó (y he leído casi todas sus obras) es quien levantaba el superhombre: Federico Nietzsche. Es la expresión más inhumana, más individualista. Y sabemos que fue uno de los sustentos filosóficos del régimen nazi.”
“Para mí, cada uno es representante de una actitud o posición de su clase. Si yo hubiera sido un hombre individualista hubiera tenido un enemigo personal. Pero yo no tengo enemigos personales; simplemente, hay gente que persigue intereses contrapuestos a los nuestros, que claudica, que traiciona. . . y entonces pasan a ser nuestros enemigos.”
“El marxismo dice que la muerte es necesaria. Yo no me planteo cómo tendré que morir. Creo que mi fin será consecuente con mi lucha, no sé en que circunstancia. Lo importante es morir con los ideales de uno. Ahora, no me gustaría morir habiendo traicionado a mi clase.”
“En el plano personal soy un trabajador que trata de ser consecuente con sus ideales y su causa. No sé darle otro tipo de definición que no sea la de un hombre que trabaja y lucha al servicio de su clase y de su pueblo. Eso es lo que pretendo ser con todas las imperfecciones que evidentemente tengo.
“Esto no es una oposición de naturaleza global, porque estamos en el campo sindical y eso correspondería, en todo caso, al campo político. Es una oposición terminante a toda una serie de medidas que ha impuesto la derecha, que hegemoniza, que marca el rumbo, en importantísimos problemas económicos, sociales y políticos.”
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2 comentarios:
muy bueno !!!! tosco uno de lo mas grandes sindicalistas de los cuales ya no hay !
Tal cual, es díficil que aparezca alguien como él.
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