miércoles, abril 01, 2009

Hablemos de Buenos Aires








Es dificultoso tratar a una ciudad tan grande en habitantes e historia, como una sola identidad. La Ciudad de Buenos Aires es bastante es un gran cambalache de gente, de lugares, de situaciones y de historia, pero es pequeña en su longitud.
Aquí yacen todos los medios de locomoción para poder adentrar a la gente que llega de la provincia o se mueve por la Capital : trenes, colectivos, taxis, subtes, remises, autos particulares, bicicletas, motos, etc. Buenos Aires siempre esta repleto de gente, pero así todo hay más espacio comparado con otras metrópolis.

Buenos Aires arquitectónicamente tiene muchos estilos. En Recoleta y Barrio Norte tenemos el estilo Francés. El micro centro tiene su distribución al estilo Inglés, Avenida de Mayo, es decir Congreso y Monserga es el toque Andaluz. Y después están los barrios, los minúsculos departamentos, el aglomeramiento y el caos al estilo italiano, y así podemos nombrar a los judíos en Villa Crespo y en Once, a los orientales en Flores, en Once y una parte de Belgrano y a los criollos en los barrios de Pompeya, Villa Soldati y Mataderos.

Buenos Aires tiene historia, muchísima, donde la cultura comió a los seres que vivimos allí.
En Buenos Aires la gente no se pone de acuerdo, pero devuelve una sonrisa al saludar o al expresarse tiende a agradar o por lo menos a resultar agradable.

En Buenos Aires existen las leyes del “No te metás”, a pesar de sus ciudadanos curiosos, del “Sálvese quien pueda”, pesar de su gente solidaria. Es una ciudad ambigua, por la gran variedad de historia de cada persona.

Buenos Aires tiene fútbol, mucho fanatismo hacia este deporte, pero como espectadores, aquí yacen los equipos más importantes de Argentina. La gente tiene como tema principal al fútbol, a la política, al estado del tiempo, y cualquier tema que esté de moda.
El habitante de Buenos Aires reniega de sus raíces, consumiendo música del extranjero o por lo menos los ritmos autóctonos no son tomados en cuenta; es por eso que el folklore o el tango son bien visto por los extranjeros o por gente del interior.
En una parte de Buenos Aires se piensa que se vive en Europa, pero en otra parte se vive humildemente en Argentina con todo lo que eso significa.
El habitante de Buenos Aires valora más los monumentos europeos que los propios, es por eso que reniega de cierta cultura que tiene impuesta.

Pero Buenos Aires esta llena de Parques y espacios verdes donde la gente lleva su mate, sus galletitas y sea solo o con amigos disfruta de su tiempo y tranquilidad para combatir la vorágine semanal. En Buenos Aires prolifera la amistad y prolifera la vergüenza, el habitante de Buenos Aires, que pasea por su centro: es serio, es elegante, es narcisista y es codicioso. Sus mujeres suelen vestir bien, preparadas para seducir y atraer, casi sin darse cuenta.
Buenos Aires tiene nostalgia, la gente conlleva su vida con nostalgia de un pasado mejor, anhelándolo. Los barrios de Abasto, San Telmo y Pompeya marcan la historia que muestra la entrada de inmigrantes, del Tango y es por eso visitada por numerosos extranjeros y explotado por artesanos o Shoppings.

¿Que puedo decir de Buenos Aires? No entiendo como su cultura hizo que no me quiera ir, que siempre la elija, que defienda su arte, que escuche su música, que recorra sus calles, me siente en sus parques, consuma en sus bares, saboree sus comidas típicas. A pesar de la soberbia, de la ostentación, de la prepotencia, de la hipocresía, de la codicia, del narcisismo, del egocentrismo, de la histeria, de la ansiedad, de la paranoia y de la seriedad de su muchos de sus habitantes.

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