martes, diciembre 31, 2013

2013: Un año demasiado volátil.


"Los financistas de Fretes y Nieto me dejaron de pagar, primero con excusas de enfermedad, luego con cortes energéticos, y finalmente se borraron"












Y si el tiempo te liquida y si todo era nada en verdad. Lo que sigue puede ser peor…” Un fragmento de la canción de Smitten, pero hay densidad, hay dolor, hay alivio, hay sentimientos concretos, lo abstracto, como la felicidad, el amor y la libertad, están enredados a momentos.  Auto convencerse de que sé está equilibrado y vivir de manera previsible, fundamenta, aún más esos momentos.

Pero el 2013, fue un año más desequilibrado que el anterior, con mejores y peores momentos y con más extremos. El anterior se basó, principalmente en especulaciones.

Transitando, en mi memoria, Enero mostró un viaje por Entre Ríos, donde visitamos: Colón, San José, Villa Elisa y Concepción del Uruguay. El primer lugar nos quedamos mucho tiempo y tuvo prioridad el río crecido, más salidas al golf. Villa Elisa, fue el mejor lugar, por las termas y su limpieza. Concepción del Uruguay algunos Museos y las playas extensas.  El viaje fue de larga duración, unos 19 días.

En enero comenzó la constante de la máquina y sus 7 pitidos, y punto inicial para la primer estafa concebida, a través de Matias Barrios.

La otra parte de Enero y parte de Febrero entrené para la nadar de noche, pero se suspendió por algo insólito en la laguna de Colón que se morían los peces. Lo reemplacé nadando 1 hora y casi 40 minutos en San Pedro. Luego, comencé a entrenar para Santa Rosa.

Mientras tanto, sufría, en Febrero la segunda estafa, esta vez a cargo de Luis Lyang y Franco Condina. Mi incredulidad se acrecentaba enormemente.

Marzo, me ordené con el tema de la Bolsa, todos los días leía y una vez por semana creaba una estrategia mediante análisis técnico, y tuve una mirada superficial del análisis fundamental.

Abril tuve un viaje a una isla del Tigre que no me gustó realmente, no es para mí (o lo que pretendo en este momento), me siento encerrado, aquí la constante fueron las peleas con Fabiana y la carencia de entendimientos. Pero a su vez volví al Laboratorio, viajé a Brasil y me subió el ánimo.  Por eso Abril, además de correr la Maratón de manera impecable y placentera, en Santa Rosa, estuve eufórico.

Lo que me aconteció es que después de los esfuerzos, tanto en San Pedro y Santa Rosa caer con fiebre y resfrío. La recuperación de este tipo de pruebas se pagó cayendo en cama.
El proyecto se extendió casi 5 meses, por negociaciones tensas y por mi rebeldía. Me gustó la convivencia en este ambiente, jugamos al futbol, participé en un torneo de fútbol, y sentí ameno, el lugar,  como hacía mucho no lo experimentaba.

En Agosto pasó lo peor, que creí que nunca iba a suceder. Los financistas de Fretes y Nieto me dejaron de pagar, primero con excusas de enfermedad, luego con cortes energéticos, y finalmente se borraron.  Además, Fretes se quiere hacer el bueno devolviendo la plata, invirtiendo más plata. Bicicleta de la gente sin escrúpulos.

Este punto fue lo que me liquidó en 2013, y que es consecuente con el año que se aproxima, porque tengo que afrontar con algo que creí que sería de mi posesión pero no. 

Este tipo de inversiones, que realicé a partir del 2010, y que algunas son totalmente alocadas, y además a desconocidos, sin ningún marco legal, me sirvió para no entrar nunca más con este tipo de gente, que estafa sin tener ningún tipo de consideración y perjudicando al resto. Es por eso que, a veces, festejo cuando les pegan un tiro en la cabeza o lo asustan a este tipo de chantas que, ante la mansedumbre de gente como yo, y fueron más de 300, salen impunes.

Setiembre tuvimos el viaje a Ushuaia, lindo lugar, lindo correr al amanecer, lindo bajar 9 kilos luego de que sólo iba al gimnasio y jugaba a la pelota. Lindo esquiar, lindas algunas excursiones, aunque la relación con Fabiana fue tensa y no tuve la valentía de irme de la casa. Acá fue un quiebre, ya comenzó a excederme sus aspiraciones contra mi austeridad.

Octubre fue el peor mes, dolido por las estafas, se agrega Siro Cuzzoni, comenzando con las mismas excusas. Una Maratón, en Buenos Aires, que dolió mucho, un sinsentido constante.

Noviembre mucho entrenamiento para Mar del Plata, entusiasmado por ello, pero con muy poca apertura para cualquier cosa, la excusa para escapar, para sentir alivio, para salvarme unas horas, y tener charlas conmigo que, soy con la persona que mejor me llevo, aunque tengo que lidiar con gente que me siento perjudicado y no sé cómo enfrentarla (casi todos, siento que no tengo aliados).

Diciembre, finalmente, la coyuntura fue caótica, entre el calor insoportable, los saqueos, los cortes de luz, los cortes de calle, la inflación que fue la más alta en los últimos 10 años. Pero celebrando la Maratón de Mar del Plata, así como el viaje.  La llegada de un amigo del exterior y volver a anestesiarme con el alcohol, cenas con ex compañeros de trabajo; la vuelta al trabajo al laboratorio, está vez por dos meses, la fiesta del trabajo, la falta de liquidez y un bache económico, el sopeso de una mujer que quiere viajar a lugares paradisiacos y de imponerme tener una casa con pileta, además de someterme y descalificarme.  Yo no sé cómo huir de una vez por todas.  Un mes intenso, el último del año.

2013 se caracterizó por las estafas, por el trabajo inesperado, por jugar a la pelota, por las tres maratones, por los bajones físicos, por el ahogo ante pretensiones, por la continuidad eufórica de la música y mi admiración a todos los músicos que no me dejan caer.


Chau 2013, escribí lo que está al alcance de mi verboide y mi reminiscencia. 

lunes, diciembre 23, 2013

El último en saber


"Es un canto a la soledad, pero bien vista, no como un mounstro, sino una compañera que te hace vivir con sensaciones de serenidad y de libertad"














Me posiciono en Diciembre del 2003.   Yacía en la Avenida Juan B. Justo,  Mar del Plata. Tenía chiche nuevo: un MP3 de 256 kb. Unos 25 o 26 temas, pero una canción sonaba una y otra vez, para recorrer las abundantes cuadras hasta llegar a Playa Varese.  Me refiero al tema “El último en saber” y cuanto me cautiva su letra, y su música.

Hoy volví a reencontrarme con él, cuando fui a mi profesor de guitarra, y me preguntó “que tema querés hacer ahora?”, escogí este, y toda la melancolía se apodero, la misma cuenta de este y otros momentos de serenidad, donde no me enteraba de nada, donde yo, con mi soledad era el último en saber.

La canción cuenta con una duración de 7 minutos, comienza abajo en R mayor y B menor y levanta en el estribillo con el Sol y otros acordes.  Más allá de los tecnisismos, la música dispara contra el olvido, y este tema me posiciona en la calma en medio de la turbelencia que está presente, que me hace daño, pero me relegué sólo, sólo con mis pensamientos, y me siento, una vez más a salvo, a pesar de lo doloroso que me encuentro.

Este tema tiene la sensación de haber salido de una relación, de que hay alivio, que la soledad es agraciada y llevable, además querés que nada ni nadie te moleste, que la información que queres rescatar o analizar la decidís vos, y sos libre en realizarlo.  Que hay lugares que dejamos huérfanos, pero retomamos y hallamos estímulos que nos hacen sentir lo mismo o parecido.  El rezo: “Cuando al fin lo dejás todo”,  es como sacarse un peso enorme, que siquiera pensás en re-comenzar, sino de celebrar el cambio. 

Es un canto a la soledad, pero bien vista, no como un mounstro, sino una compañera que te hace vivir con sensaciones de serenidad y de libertad.  Pero como dice una oración: “Siempre es igual
La misma soledad sin una explicación”.  ¿Qué voy argumentar?

Trascribo el tema de Grand Prix, “El último en saber” de Sebastián Rubín, le agradezco en este blog, y la página donde lo saqué es

Despertar
Sentir el sol
Respirar algún adiós
Todo es igual
La misma soledad sin una explicación

Navegar sin un timón
No está mal al menos hoy
Hay un lugar adonde puedo hallar lo que se me perdió
Siempre es igual
La misma soledad sin una explicación

Cuando al fin lo dejas todo
Nada hay que perder
Si estás solo sabes que no importa desaparecer
Y es que siempre soy el último en saber

Despegar sin un amor
Escaparme del dolor
Hay un lugar adonde puedo olvidar lo que me desarmó
Todo es igual
La misma soledad sin una explicación

Cuando al fin lo dejas todo
Nada hay que perder
Si estás solo sabes que es lo mismo desaparecer
Ya no importa dónde estoy
Y no importa dónde voy
Porque siempre soy el último en saber

Cuando al fin lo dejas todo
Nada hay que perder
Si estás solo sabes que es lo mismo desaparecer
Ya no importa dónde estoy
Y no importa dónde voy
Porque siempre soy el último en saber

martes, diciembre 17, 2013

La Lista 2013




Un libro:
Rayuela de Cortazar
Una canción:
Ese maldito momento
Un grupo musical:
Tan Biónica, muchas alegría con sus canciones misturando el correr con el contenido de sus letras y los paisajes. Recuerdo escuchando el tema "Música" en un amanecer de Ushuaia
Honestidad bruta:
Tengo pensamientos más degenerados
Una mujer:
Vacante
Un hombre:
Alejandro, un tipo que me integró al fútbo y me integró.
un viaje:
Ushuaia: nieve, buena compañia, lindos paisajes, mucho movimiento.
Un lugar:
La Reserva Ecológica
Un deseo cumplido:
Correr con alegría
Persona perjudicante:
Los de los préstamos, Siro, Matias Russo, Luis Liang. Todos no cumplieron con su palabra y con un contrato. Fue el año que más me estafaron en la vida.
Un maestro natural:
Eduardo de la empresa donde trabaje. Muy coherente en sus pensamientos.
Una actividad:
Correr
un acto solidario:
Por mi desesperación queda vacante.
un autor:
Cortazar
una novedad:
Las estafas
una situacion de calma:
La caminata del Parque hasta donde vivo.
un paisaje:
Las montañas nevadas y el espejo de agua reflejándolas
un evento:
La entrega de una distinsión de interés cultural a la Revista Barcelona
una reunion
La cenas con Pablito (un ex compañero)
un mes:
Abril: volví a trabajar donde me gusta
un mes pesimo:
Octubre, no trabajé y no me salió una.
un deseo no cumplido:
No tener una vida más previsible
un exito:
Volver a jugar al fútbol y un torneo.

miércoles, diciembre 11, 2013

Maratón caliente en Mar del Plata 2013





"Mis pensamientos se basaban en correr hasta donde pueda, mientras sea más de un kilómetro, y luego al parar para caminar,  establecer objetos referenciales como punto de largada para volver a trotar"



Y por fin llegó el día, luego de tanto ensayo y entrenamiento. Mar del Plata, nuevamente, es rotulado, como el acto de fin de año. La quinta vez que me desafié con la Maratón, también participé en 3 Medias Maratones y 2 de 10. Desde el año 2002 que Mar del Plata es una fija para recorrer la hermosa Costanera que tiene.


El día comenzó más o menos, no puedo decir mal, pero es algo que me tiró abajo. Saludo a una persona de una agrupación y me dice: “Tranquilo, no?” una burla para deshacerme de mi, otra persona, también, mujer, me saluda y me dice ya vengo. Yo, ingenuo, la esperé, pero no vino. Me sentí como en el boliche: “Voy al baño y ya vengo” y no regresa más, con la diferencia de que esto lo hice por respeto. Además, esta gente, como son exclusivos, pusieron una cinta para que los demás no accedan. Mi sensación fue asco y arrepentimiento por saludar a gente que no me hace bien tratar. En definitiva, es un aprendizaje.

Al llegar a la largada traté con personas más agradable: El flecha, Alberto Martin y Marcelo Spinelli. Por suerte conversando se aplacaron los nervios.

Sin darme cuenta, largamos, comencé con Estelares: “Aleluya”, canción que tiene la participación de Enrique Bunsbury. La frase para comenzar y haciendo alegato a la maratón: “Dame amor, hasta acabar”. El camino contó con un sinfín de sensaciones, una síntesis de la vida misma.

Mucha gente amontonada, tratando de esquivar y dejar que me esquivan. El detonante de la largada se mantuvo como todas las ediciones que participé, el clásico disparo.

En los primeros kilómetros lo que me preocupaba adonde iba a orinar. Mientras se descomprimía la gente, meé en el kilómetro 3, en el medio de la primera cuesta de Cabo Corrientes, tratando de no exhibirme a la gente que caminaba por la vereda, aquí mencioné y me identifiqué con un deseo del siguiente párrafo de una canción: “Estoy riéndome, son todos amigos. Solo me falta amor, verte nadar en el mar. Veo las olas romper…”

En el 4, con el tema nuevo de Calamaro: “Tantas veces” que pide “Perdon” en muchos pasajes de la canción, entramos a la escollera y fue como ingresar al horno. El calor aquí fue muy agobiante y todavía faltaba un 90% para culminar el trayecto. Por supuesto que me preocupé. El camino iba y venía (1 y 1). Cuando volvíamos para la Costanera, la gente que entraba a la escollera fue demasiada, se notaba que corría apretada, cosa que, por suerte, no me ocurría.

Cruzamos el túnel, grité la canción de Andrés: “Cuando no estás”, para hacer eco y darme fuerza para subir la cuesta durísima de Playa Grande. Aquí, el “colo” con su mochila me pasa como poste y le dije: “Vas por el 1:30”…”Estás loco, voy por 1:45” Ibamos a 5:15/5:20 el kilómetro. Un chico me seguía mientras emitía alaridos de “Pasos al Costado” de Turf. Gente vestida de celeste ya caminaba en el 7 y pico. La subida del Torreón resultó corta y empinada. Aquí comencé a sugerir: “Muevan mucho los brazos para subir, vamos”. Las cuestas es algo que practiqué mucho en los entrenos y hacer uso de los brazos me alivianaba realizarlas.

A mi sorpresa, entramos por la terraza de la Bristol, un tanto caliente el asfalto y la gente alentaba, tomé Gatorade. Cabe destacar que en estos 10 km tuve 4 puestos de hidratación, usé sólo dos, porque no necesité en ese momento más. Nos juntamos, al salir de la Bristol, con los de 21km. Mayoría de remeras fucsias, con algunas verdes que se mezclaban y otros colores neutrales.

En el kilómetro 13 fui repudiado por la gente de mi alrededor. En mi auricular sonó: “Azul” de Cristian Castro, yo grité la letra y ensaye un “baile” extraño. Uno me dijo: “Dale Rosca, dale dale”. Otro: “Callate”, y el profesor o guía que llevaba a un grupo de entrenados me retrucó con: “Dale, Gil, anda para adelante pelotudo”. Me sentí mal anímicamente, no estaba con amigos, sino todo lo contrario, ellos eran adultos y yo un niño sólo y raro. Luego intenté tener guiños con el público con las canciones: “4 personalidades” y “Yo no me quiero casar”, por fortuna tuve sonrisas y aplausos, eso opacó el acontecimiento anterior.

Dimos la vuelta para volver al Provincial y aquí los de la media se apuraban, yo no dejaba de alentarlos. El viento fue casi nulo, las brisas a cuenta gotas eran como pequeños bosquejos de alivio, cada vez que lo sentía me concentré en la cadencia de la respiración e inspiración.

Pasamos el 21, y se fueron los fucsias, ahora los verdes nos quedamos sólos. Al llegar al 22, pensé en el primer acontecimiento: cuando la señora me dijo “Tranquilo”. Con los dientes apretados, pensé: “Adonde mierda puedo estar tranquilo para subir esta cuesta”, mientras tanto emitía el rezo: “Solo estoy sobreviviendo”, otro corredor levantaba la mano aprobando mi balbuceo.

Una locutora nombraba los números en el 24 y paré para ingerir banana. Dura se hacía la carrera, pero no estaba tan mal, estaba conciente que tenía piernas para completar los 18 que quedaban. En el 25, casi al entrar a la escollera me encuentro con dos conocidos: Esteban y Sabrina, que no pensé que me los iba a encontrar, me dio pilas para seguir corriendo y cantando. La escollera no fue tan dificultosa como la primer vuelta. Del 25 al 27 lo pasé bien, hasta que subí, nuevamente, corriendo, la cuesta de Playa Grande, y al llegar saludé al hipopótamo y me extenué.

Respiré hondo, bajé el ritmo y el momento de cantar: “Hacer un puente” aligeró arribar al 30 km. Al llegar al Casino, mucha gente haciendo un camino. Como una estrella de Rock les dije: “Afuera llueve y Adentro, ahora conmigo, hay…SOL. Conmigo, gritemos SOL”. Mucha algarabía que me dio un momento de harta alegría.

En el 32, Fabiana, me dio Coca Cola que me vino bien, pero sólo 1 kilòmetro que me desconecte con mi concentración y surgió el cansancio. Caminé, un “amigo” del público, se colocó al lado mio, alentándome y diciéndome que había realizado un esfuerzo enorme, que siga. Yo le agradecí, y le prometí que lo iba a hacer después de comerme este caramelo de mil. Así fue.

Desde el 34 comparaba los trayectos faltantes con: vueltas a la Pista del Chacabuco, vueltas a Plaza Irlanda, canciones que restaban.

Comenzó la música de Tan Bionica y me permitió correr y cantar seguido, unos 3 kilómetros. Mis pensamientos se basaban en correr hasta donde pueda, mientras sea más de un kilómetro, y luego al parar para caminar, establecer objetos referenciales como punto de largada para volver a trotar. Al retomar comenzaba despacio y respirando, y luego me amoldaba. De esta manera pasaba gente que luego me alcanzaba, pero no me agitaba ni alienaba para correr. Igualmente no dejaba de cantar, sobretodo “La Vida”: “Yo a una niña vi correr, hasta el mar ella se fue y allá remojo sus pies”.

En el 40 tuve todos los dolores físicos: El brazo por el roce del brazalete me raspo de sobremanera, los pies hinchados corriendo con unas zapatillas de mierda como las Reebok Verona (que cumplieron su ciclo), en definitiva, 7 de los 10 dedos estaban pinchando.

En el 41, restaban 3 vueltas a la pista, canté, la gente se mostraba contenta porque yo lo hacía, saludé a muchos con palmadas en las manos y sonrisas por doquier. El camino al llegar a la meta fue emocionante, focalizar a mi gente más

Y llegué con enorme satisfacción porque lo pasé bien y con las sensaciones de deber cumplido, porque está maratón fue una síntesis de las sensaciones al descubierto que se sienten en el día a día.





miércoles, diciembre 04, 2013

3 Historias muy breves de un espectador.


Caminando por Callao, de repente una mujer rubia, cantando y bailando dentro de un auto rojo de gran tamaño.  Al lado, en otro coche de color negro, un sujeto le dijo: "Que bien te movés! Te hace linda". La rubia, muy "uh uh uh" Me refiero a esos gritos que se escuchan bajo la histeria y ostentación femenina en su mayor grado de expresión, es decir desparramó cuanta belleza tenía.  


La mirada del tipo se transformó en cazador (mirada fija, recia y de me lo sé todo), comenzó una charla, la mina cantaba y se movía con más enfasis.  El la observaba con más enfásis y tratando de acorralarla con su presencia.

Finalmente estos dos sujetos, luego de 10 minutos trabados por el tránsito y estableciendo un díálogo más ameno, se pasaron los numeros de celulares.  Yo, observaba todo en una esquina cuando pararon y caminando a la misma velocidad de la marcha pesada del tráfico.-

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Tenía que hacer tiempo para algo y me fui a una estación de servicio a tomar un refresco, con la intención de proseguir con la lectura de un libro. Muchos hombres sólos: uno jugando al solitario en su ordenador, otro mirando la nada, y los otros tres que restan leyendo. También dos mujeres charlando, y un profesor de matématica que le enseñaba polinomios a una mujer de unos Cuarenti tantos años.

Pero lo curioso es que también había dos hombres de traje, en pose de hacer negocios, con tres orientales, supongo que coreanos.

Ayyyy la cara de garcas que tenían!!! Levantaban la cejas, torcían la boca, se acomodaban la corbata y hablaban sin parar. Igualmente más allá del rótulo primario que puse, son tipos desgastados por la vida, se los notaba un tanto desesperados de que el negocio tiene que andar, cubriendo este sentimiento, bajo una sonrisa constante y una mirada a los ojos de cada "chino", de manera penetrante, como suplicando que acepten esa comunión.-

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"Subte A", me senté al lado de una mujer que hablaba con otra. Amagué en conectarme el MP3, pero parecía que la fémina de mi lado, tenía algo interesante que contar, por el tono ofuscado de su vos.


"No lo entiendo a él, se quiere ir en Marzo, y este fin de semana cuando nos fuimos a la costa, se lo pasó hablando del laburo, que esté es un boludo, que hay que comprar una máquina nueva. Se lo pasa quejandose. Y encima no hace otra cosa que laburar"
"Si se exige mucho, Marcelo".
"En parte tiene razón, entre los dos alquileres pagamos 6500 pesos, y más gastos te quedan 8 mil. Pero no lo aguanto más se vive quejando, y no quiere disfrutar".
Ahora pienso, esto es mio, tal vez el laburo es lo único que se siente reconocido. O tal vez, se metió en una voragine en que laburar es, mes a mes, llenar agujeros...y eso implica estar en el local todo el día...Dura la vida de esta pareja.

miércoles, noviembre 06, 2013

Catarsis de otro estado depresivo.


"me inculco la responsabilidad de mi falta de actitud, de mi carencia de voluntad, del excesivo desgano para hacer las cosas que pudieran estabilizarme"





Otro sinsentido asoma en mi vida.  Caer, nuevamente, con otra gripe.  Haber estado en una reunión donde me sentí sumamente incómodo y sin escapatoria.  Asumir la infelicidad es algo que me hace descender en otro pozo.
Puedo hacer apología al suicidio, pero me gusta sentir, a pesar de que la tristeza es, también, un sentimiento, la acepto y es parte de la vida.

Pero ¿Cómo vas aceptar estar triste, la mente es tan poderosa que puede cambiar tus visiones?  Es cierto, pero todas las sub-realidades en que vivo, no hacen más que revolcarme en el dolor mental y físico. Cada cual puede interpretar las cosas como las observa, así como los noticieros informan sólo una parte del hecho, la parte más superficial, pero no los sentimientos de los implicantes.

Mi presente es insatisfactorio, reflexiono sobre todas las equivocaciones de este tiempo vivido, me inculco la responsabilidad de mi falta de actitud, de mi carencia de voluntad, del excesivo desgano para hacer las cosas que pudieran estabilizarme. Aunque hoy, no tengo en claro cuales son esas actividades

Corro, sí corro, para huir; porque sé que me calma y posterga la ansiedad, pero no sé si me da felicidad, me disciplino cuan adicto al alcohol toma su whisky, se anestesia, la cabeza carbura menos y vuela más.

Siento que hice todo mal, que las decisiones sirvieron para no volver a cometer los errores, pero que soy un gran “cometedor” de errores.  Que tengo miedo, que la confianza, es como la goma de borrar, cuanto más se usa, es decir cuanto más fallo, más disminuye la goma. Quedando la confianza nula. No confío en mi, no confío en los demás, no soy incondicional a nadie, nadie es incondicional a mí.  Quiero austeridad, pero no tengo idea como empezar, quiero emprender, pero es el mismo error de siempre. ¿En que? ¿Con quien?

Todo lo que hago, a mi saber, lo hago mal, no puedo comentar nada sobre aquello, porque no tengo fortaleza, la gente lo sabe, me demuestro vulnerable y se aprovecha, o peor aún, le soy indiferente.   Las cosas me afectan, y si la afectación me excede, entonces reaccionó como si no me afectase; en realidad, me paralizo y hago una deconstrucción de todos los años que viví.

Con un presente así, con un pasado sin carrera, con mucha supervivencia imposible de rescatar y con futuro, más que nunca, incierto, sin proyecciones, las ilusiones son escasas.   


No existe mi lugar en el mundo, no existe el hogar, solo condicionamientos para los lugares en que permanezco. Incluso mi cabeza se resignó a que soy un infeliz. 

martes, noviembre 05, 2013

Gracias Juan Carlos Calabró (1934-2013)

Anibal, “un pelotazo en contra”, un tipo barrial, con ciertos modismos austeros y de poca elegancia, cuyo cliché, a las mujeres que no seducía, fue: “Tu ruta es mi ruta”





El capocómico,  Diego Capusotto, expresó en su programa que la mitad nuestros recuerdos pasan por el vínculo con el cine y la televisión. Por ello cala hondo la noticia de su fenecimiento,  a pesar de que no lo ví en mi vida.  Uno siente el dolor porque, mediante su trabajo, me he reído, divertido e identificado.

Juan Carlos Calabró nació en 1934 en Villa del Parque, barrio de la Ciudad de Buenos Aires. Luego de dedicarse al ciclismo, se recibió de locutor, y en la primer experiencia de esta profesión fracasó por no decir correctamente “Cine Gaumont” (lugar adonde yo asisto asiduamente).
Sus imitaciones de doblaje de las series norteamericanas del momento, lo llevó a tener éxito en el ciclo llamado “Telecómicos”.  Su padrino en la profesión se llamó Aldo Cammarota.

A partir de 1962, no paró de trabajar. Comenzó a pulular entre Radio, Cine y Televisión.
Se casó con Aída “Coca” Picardi y fue su compañera hasta el día de hoy. Tuvieron dos hijas, y las dos recalcan que “Fue el mejor padre que una persona puede tener”, a pesar de su carácter seco e introvertido que el sostenía fundamentando que: “Soy un tipo de corazón grande y de pocas palabras”.

Sus grandes éxitos, de los que viví y disfruté, fueron, en la década de los 80’, con los ciclos “Calabromas” y “El Contra”.  En Calabromas originó varios personajes. Los destacables son

Anibal, “un pelotazo en contra”, un tipo barrial, con ciertos modismos austeros y de poca elegancia, cuyo cliché, a las mujeres que no seducía, fue: “Tu ruta es mi ruta”. Realizó varias películas con otro personaje de su calaña: “Minguito”, interpretado por el cómico Juan Carlos Altavista.

El otro es el gran Jonny Tolengo, un personaje que ridiculizaba a los delirios de una “Estrella de Rock”, y cantando canciones de “La barra de la coneja”, llegó al disco de platino, al Cine y a las canchas de Fútbol. 
Una de las coristas de Jonny era su propia hija: Ileana Calabró al que él hizo conocida artísticamente.

“El Contra” hacía poner en ridículo a los amigos de su partener: Antonio Carrizo en una etapa y Gerardo Sofovich en otra. Un sujeto que interrumpía a cada instante, irritable, que se la sabía todas, desubicado.  Donde lograba que el invitado se pelee con su compañero, haciéndolo quedar mal o suspendiendo algún favor futuro que el invitado realizaba.

Particularmente veía “Calabromas” y “El contra”, divirtiéndome mucho. “Jonny Tolengo”  fue un referente de diversión, como “Borromeo, entre otros.   Como su película “Gran Valor” que ví varias veces.

Lamentablemente, se fue uno de los que considero: “Los buenos”.

martes, octubre 29, 2013

Ambición desmedida

 
 "De voz aflautada, irritante, con muy poco intelecto, recién, pasado los 40 años, se recibió abogado"







El señor Sergio Massa, que seguramente llegó a ser “el gran señor”, es el objeto apreciable de una vaciedad de reflexión, y sólo la excusa para votar en contra. El 23 de mayo, Massa re-afirmó estar con el FPV, pero a que alguien poderoso de un medio hegemónico, le ofreció “dar el salto” y cuando la ambición es llegar a la cima, más allá de las capacidades, carente de humildad y sólo ver a gente que lo alabe, por el hecho de ver caer, una vez, al gobierno corriente, es un triunfo.

Sergio Massa se acomodó, casándose con la hija de un referente de Tigre: Fernando Galmarini.  De ahí en más, dio pasos agigantados, por el hecho de acomodarse a un terrateniente del partido de Tigre. Todo se le hizo fácil. La victoria del Domingo 27, más allá de que su gestión no fue mala, pero tampoco buena, el sujeto figura cada vez que los asuntos salen bien.

De voz aflautada, irritante, con muy poco intelecto, recién, pasado los 40 años, se recibió abogado, siempre busco un recoveco para escalar en la cima. 

Mucha gente parece que, aún, no maduro, y en lugar de esperar que realice una gestión aceptable y comprometida, festeja antes de tiempo, dejando el camino llano y relajado a este tipo de personalidades

Conocí mucha gente así, que lamentablemente, tuve que lidiar y que eran una máquina de dar lecciones de vida. Compiten en cualquier cosa, desde una discusión que se refiera al estado del tiempo, hasta cuan útiles son para la organización, según ellos, esto no iba a funcionar si no hubieran intervenido. 

La inteligencia y la ambición no son, necesariamente opuestos, he conocido gente hábil que sabía donde puntualizar y atacar a cada uno de sus receptores. Y en sus logros expresaba: “Si no fuese que tengo en mi espalda a todos ustedes”.

Otro se quejaba de que inútiles eran los demás, pero a la hora que las papas quemaban se borraban y delegaban a los sumisos, en los cuales me incluyo y me doy mucha pena no haber podido enfrentarlos.

Mediante definiciones encontramos que, ambición desmedida sobrepasa los límites de la normalidad, hay un afán desmedido por lograr más y más, generalmente poder, riqueza, dignidades o fama. Este deseo puede convertirse en una idea obsesiva que domina la vida del individuo condicionando su conducta general y su relación con los demás que se deteriora a mayor o menor plazo de tiempo. El que sufre esta ambición patológica plantea su vida en exclusiva según sus objetivos y el resto de las actividades y las personas quedan relegadas a un segundo plano.

Las ansias de poder, el hambre económica por poseer más y más, en muchas personas son insaciables. Curiosa y tristemente se puede observar a menudo esta actitud, este patrón de conducta, en la casi generalidad de los políticos. Este proceder parece ser inherente al cargo, sin tener en cuenta la posición económica y la situación financiera, siempre ambicionan más y más.

miércoles, octubre 16, 2013

Maratón de Buenos Aires 2013 – La incómoda.

"Quedaban 7 y pico, las piernitas me costaban levantarlas cada vez más, yo quería una cama para acostarme a dormir, estaba somnoliento."













Las semanas previas al maratón me han dejado un dulce sabor, por el disfrute que tuve en los entrenamientos. Arrancando con un peso de 89 y monedas, bajarlos hasta 81, y saborear la agilidad, dejando atrás la pesadez y voluminisidad corporal. Una metamorfosis rápida y apreciable, porque nunca he tenido tanto pesaje y sentirme tan amorfo. 
Tres días anteriores, jugué al fútbol, era un compromiso que no podía fallarme, porque fue la semifinal. Aunque, tomé ciertos recaudos, cargué mis piernas con movimientos perjudiciales a la carrera. Pero no es argumental, si mido mi no buscada performance.

A las 5 de la mañana arranqué, Fabiana, me acompañó a la largada hasta River, aguantó mis nervios, y a las 7:30’ largamos, junto a Daniel Hernandez y Ruben salimos.  En el primer kilómetro paré para mear.  En el MP3 se escuchó: “Quien es el que gana, quien es que pierde, de que lugar estoy si ganar no me convence”. Los primeros 9 kilómetros mucho canto, a un ritmo raro y agitado, tal vez porque se me alejaba la bandera de 5 minutos el kilómetro. En este trayecto, además de escuchar a Andres Ciro, Intoxicados, y La 25, cuya lírica me identificaba en el momento personal y territorial que me encontraba; volviendo al camino, hicimos Palermo, El monumento a los Españoles, Plaza San Martin.
Al subir por la calle Tucumán, un señor cruzó y como no pude frenar lo empujé con fuerza,  contra las rejas de un negocio. Al cruzar el Obelisco, mucha gente alentó, se sentía bien, pero cuando cantaba forzaba mis energías.  En el Cabildo estaba Micheal Jackson, particularmente, preferí que esté San Martin.
Al ir por Paseo Colón, la humedad comenzó a hacer estragos, no le dí bola, pero seguí el mismo ritmo. En la Boca, apareció un personaje de remera roja que corría cómo si hubiera 3 kilómetros, pero me parece que fue un figuretti. Para absoverle el rol grité: “Viva México, Cabrones”. Muchos alentaban a Boca, porque pasamos por la puerta de la Bombonera, además de la batucada que montaron al lado.
El trayecto por al lado del autopista (17-20) fue chato, y en mi caso, me pasó la mayoría de la gente, me gritaron: “Vamos Mar del Plata”, “El 8 de Diciembre nos vemos”. No me sentía bien, corrí callado escuchando lo que podía.
El tema de la maratón fue “Caminando” de Cielo Razzo, además que caminé bastante, en este caso fue contrariamente, me hizo levantar las piernas y poder completar la media maratón a 5:03 el kilómetro. Igualmente esto trajo secuelas.
Antes del 22 gritó: “A ver si nos despertamos”, mientras canto “Luna” de Cielo Razzo. En el 24 saludo a mis colegas de la Reserva Ecológica: Rolo, Julieta y Federico.
En el 25, mientras gritaba, desesperadamente: “Arde la Ciudad”, al estilo Palmiro Caballasca a mi: “Me hirve la cabeza”. En el 27 le digo a una colega, que estaba esperando a alguien, Cuando tomo mis provisiones en el 27,5, mi caminata fue más duradera, que las que había hecho en toda la carrera. Algo de resto tuve y seguí corriendo.
El 29 fue la peor etapa de la carrera, por la charla que tuve con dos corredores.
El primero tuve la siguiente conversación:
-         Hey Flaco. Estás bien?
-         Si. Por qué? – Le dije
-         Porque vas andando en Zigzag, parece que te vas a caer.
El segundo, de apellido Llanos,  me aconsejó:
-         Ahora, tenés que concentrar en la meta, no hay nada más que eso
-         Falta mucho, prefiero concentrarme en la música, es lo que me da placer - Contesté
-         Está bien, corré con el corazón – Concluyó Llanos

Supongo porque vió que mi fisico no daba. Todavía me faltaba más de una hora, me deprimí, no enganché lo escuchaba de Guasones.
En el 32, tuve otra caminata, con la cabeza gacha y con preocupación, dudando de cualquier estrategia que buscaba, me subyugué en la música y grité como un loco: “Que noche mágica, Ciudad de Buenos Aires”. Soporté hasta el tunel de Sarmiento, hasta cuando subía que volví a caer. Quedaban 7 y pico, las piernitas me costaban levantarlas cada vez más, yo quería una cama para acostarme a dormir, estaba somnoliento.
Al entrar al 37, lo veo a Tomas Jerez, más relleno y con el carrito de bebé me reí y corrí unos metros. El que tenía el nombre “Gonzo” era mi pared, el siempre corría, pero más lento, lo que permitía caminar y trotar.  
El 38, lo veo a Guillermo, un ex compañero de laburo, lo saludo y le agradezco porque me dio ánimo. Corrí unos 3’, y volví a caminar.

En el 40, la querida Rosa, me dice: “Ahora la recta final con el corazón. Vamos Seba”. Comí un higo, me concentré en Villanos y en Cuentos Borgeanos y me permitió arribar a la meta, cabizbajo, porque no disfruté la Maratón como en otras ocasiones, aunque con, por el dentro, con el sabor dulce de haberme sobrepuesto a culminar una Maratón más.

viernes, octubre 04, 2013

De nada sirve escaparse de uno mismo

 
A mediados de los 70’, Moris tomo la guitarrita en estudio, le puso música con cuatro acordes a una guitarra desprolija, emitiendo una serie de problemas existenciales del colectivo postmodernista que vivía la gente que tenía dudas en Buenos Aires.

“Escaparte de vos mismo”.  ¡Qué paradoja en sólo 4 palabras! Realmente es imposible no convivir conmigo mismo las 24 horas, lo cual necesito a veces no profundizar angustias y depresiones, para ello buscó armas de escapes.   Estas herramientas no me sacan de mi mismo, sino que trasladan a otros estados, o tal vez, anestecia las sensaciones más profundas, dando lugar a las más básicas.  Este conjunto, es “escaparme de mi mismo”, ese qué vive lo previsible y para lo que le fue designado que pague el precio en este sistema, al que no sabe, aún, a pesar de la edad transitada, cuál es su vocación para actuar de manera natural y sin fobias.  La socialización, el servir, siempre me ha llevado a la congoja. 

Repasando la letra, la misma da lugar a opciones que, el autor, minimiza, subestima, como si el poder que el tuviese, que es impuesto por el “gran estandard de vida” que todos desean.  Moris pareciera tenerlo, pero en la canción muestra bronca y disconformidad.

Por ejemplo, un párrafo del  tema dice: “Veinte horas al cine puedes ir, y fumar hasta morir, Con mil mujeres pueden salir,  a los amigos lo pueden llamar…De nada sirve”

Estos elementos son el ropaje que uno se pone para exteriorizar su desnudez, su esencia: el cine, el cigarrillo, las minitas, los amigos. ¿y uno mismo que? La dependencia externa, supuestamente, te haría feliz.

Desde el inicio, Moris, enumera los factores externos que hacen el confort la vida ideal que las empresas nos hacer postergar la reflexión, de hecho, nuestros temas de conversación tienen que ser por estos factores externos, más que lo sentimientos de uno mismo, que esto último, casi no se utiliza, por lo que Moris describe su enfado con: “Si están podridos y aburridos de este mundo podrido. No, de nada sirve”.

Moris, sin embargo, destaca el fuero intimo con este párrafo: “Si uno usa la soledad interna que siempre nos corre, que siempre nos corre. Cuando están sólos, están bien sólitos? Ya no hay guitarras ni amplificadores. Están sólo en la cama y empiezan a mirar el techo y en el techo no hay nada”.   Aquí refleja la pesadez de la vida, la vida transita, yo pienso, el techo no me ayuda, no hay ideas, sólo dudas, muchas preguntas, ninguna respuesta, entonces de nada sirve.

Moris sabe que está sólo y aburrido, se pregunta el mismo, cuestiones esenciales y generales: “¿Qué puedo hacer? ¿Qué es mi vida? ¿Qué es este mundo? ¿Qué soy yo? Me voy a volver loco, no sé qué hacer”
Moris expresa la paradoja de que lo que sirve es darse cuenta de que nada sirve. Que la libertad, justamente es enajenarse.
En los tramos finales, Moris expresa lo que "tenés que hacer". La verdad, es hacer, por más que de nada sirva. ¿O no?

El ritmo de la canción se acelera. Para mí es una obra de arte del cuestionamiento existencia. La música pasa a tercer plano, porque además de la letra, esta la aceleración y desaceleración de Moris.

A continuación, trascribo la letra de Moris: “De nada sirve”. Una oda a la pesadez de sentirse sólo y de tener que sentir lo que el entorno quiera (o por lo menos disimularlo):

De nada sirve escaparse de uno mismo. 
De nada sirve escaparse de uno mismo. 
Veinte horas al cine pueden ir 
y fumar hasta morir. 
Con mil mujeres pueden salir; 
a los amigos los pueden llamar. 
De nada sirve... 
No se dan cuenta que de nada sirve 
tocar la batería, seguir la acería, 
no, de nada sirve. 
¿De qué le sirven las heladeras 
y lavarropas, televisores 
y coches nuevos y relaciones 
y amistades y posiciones? 
Si están podridos y aburridos 
de este mundo que esta podrido... 
No, de nada sirve. 
Los que van a la oficina dicen que todo sirve. 
Los que hacen música, creen que lo más importante 
de nada sirve. 
si uno lo usa para la soledad interna 
que siempre nos corre, que siempre nos corre. 
Cuando están solo, están bien solitos; 
ya no hay guitarras ni amplificadores. 
Están solos en la cama y empiezan a mirar el techo; 
empiezan a mirar el techo y en el techo no hay nada. 
Hay solamente un techo. 
¿Que pueden hacer? Es muy tarde, 
son las tres de la mañana. 
Los bares están cerrados, las mujeres duermen, 
los cines también están cerrados, 
la guitarra no se puede tocar, 
sino el vecino se va a despertar. 
¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo hacer? 
Estoy solo y muy aburrido 
¿Qué puedo hacer? ¿Qué es mi vida? 
¿Qué es este mundo? ¿Qué soy yo? 
Me voy a volver loco, no sé qué hacer... 
En ese momentito se dan cuenta 
que todo es una estupidez. 
Cuando van de veraneo y bailan shake 
con sus movimientos centroamericanos, 
sensualidad fabricada, 
tratan de levantar mujeres. 
Pero están vacíos y están muy podridos. 
Volvemos a la cama, que es un gran lugar 
para dormir o también para fifar. 
Cuando lo consiguen, en este mundo es difícil, 
está reglamentado... 
Muerden la almohada de desesperación. 
No saben qué hacer con sus vidas, 
ya todo fracasó. 
Han masticado chicles, han comido chocolates, 
han leido Radiolandia, han llamado a sus amigos, 
han salido con mil mujeres, han grabado treinta mil discos, 
han sido famosos, han firmado autógrafos, 
han comido hasta reventar, han fumado hasta acabar. 
¿Y qué queda? 
No queda, no queda, nada queda, nada queda. 
Hay una cosa que sirve, 
que sirve a esta humanidad, 
y es darse cuenta que nada sirve 
si uno lo usa para escaparse de uno mismo. 
Amigo, te doy un consejo aunque yo consejos no doy: 
trata de hacer la prueba de parar las maquinitas, 
las maquinitas que llevas dentro de tí 
y fíjate qué es lo que pasa 
cuando te agarra la soledad y te agarra el hastío. 
No escuches discos de Bob Dylan, o de Los Beatles, 
o de los Rollings Stones o de Mick Jagger. 
Mucho silencio, mucho pensar, mucho meditar. 
Nada de evasión y pensar 
¿Qué es lo que pasa conmigo? 
Si soy inteligente y también soy intelectual... 
Soy bastante inteligente pero estoy muy aburrido. 
¿Qué es lo que pasa conmigo? 
Yo aún no me lo puedo explicar, 
por favor que alguien me lo diga. 
No puedo salir de mí, estoy muy encerrado 
en mi prisión de carne y hueso. 
No puedo salir, no puedo salir. 
Me voy a morir dentro de mí. 
Antes de morir yo quiero salir, 
ver las estrellas, el mar, me quiero ahogar 
y quiero salir, quiero vivir, me quiero ir 
por favor, de mí. 
¿Qué puedo hacer? No hay nada que hacer. 
Tenés que vivir, tenés que sufrir, 
tenés que sentir, tenés que amar, 
te tenés que arriesgar, te tenés que jugar, 
no podés tener seguridad, no podés tener 
ninguna propiedead, te tenés que jugar, 
tenés que jugarte, tenés que salir 
a que te rompan la cara, que te maten, que te pisen. 
Tenés que querer a cualquiera, 
tenés que odiar a cualquiera. 
Ay, ¿qué puedo hacer? Estoy solo 
y todos pasan a mi lado. Nadie me mira 
o si me mira es para encerrarme. 
Estoy muy encerrado. 
De nada sirve escaparse de uno mismo.