viernes, diciembre 31, 2010

Año 2010: Muchas finales de etapas, pocos emprendimientos.


Culmina, por fin el año 2010.  A pesar de que no soy muy devoto del paso del tiempo, hace muchos días que estoy pidiendo la hora de su final.  Viviendo en una ciudad donde cortan la luz todas las noches, mitad por el gran consumo de aires acondicionados, mitad porque no hay infraestructura para soportarlos.  La gente de cualquier clase corta la calle, y a la vez, se quejan de los que la cortan, por creer que la causa del otro no es justa.  Somos muchos y nos queremos poco. 

Hace 20 años había comenzado a escribir un diario, en una agenda convencional, día a día, contaba lo que hacía y lo que sentía. Además empecé a ser estadísticas clasificando las jornadas como Dia Bueno, Normal o Malo.
Un 31 de diciembre de 1990 escribí lo siguiente:  
“Lo importante fue la noche en casa de mis tíos, pero con esta familia me sentí dejado de lado, igual que en el colegio, como en otras cosas.  Este año me sentí como vacío”
Este párrafo dio comienzo a sentir a la adolescencia, a sentir que de que del externo no podía confiar.  Hoy 31 de diciembre del 2010, puedo afirmar que no confío en nadie, es muy triste, pero yo mismo generé esta desconfianza, yo mismo no fui hábil para confiar en las personas; en definitiva he perdido la ingenuidad, siento que los demás son los enemigos y lucharan, principalmente, por salvarse ellos.   
Pero algo de la metáfora "del espejo" creo, si yo no tengo confianza en el prójimo es porque no confío en mi mismo, y es prácticamente una realidad, durante los meses de este año me sirvió para saber cuan contaminado y dejado estoy, culminando agotado y vacío como en el año 1990.

¿Por que muchos finales de etapa? Hace muy poquito he cerrado mi trabajo en un lugar donde me sentía más cómodo que en cualquier otro lado; aquí, era imposible postergar mis tareas, pero como beneficio de mi voluntad,  es que me iban a rajar en Mayo, y culminé mis actividades este 28 de diciembre, dejando todo porque valoro mucho: la comida al mediodía, los patos, las charlas con un compañero a media mañana y a media tarde, no tener tanta presión, tener espacio para trabajar y no tener chicos creídos que se la sepan todas, así como no convivir con alguien que me mande, por el solo hecho de ordenarme y convencerme de que es un ser superior.

Igualmente hay dos puntos flojos.  El primero jamás incrementar mi tarifa desde que comencé a trabajar, si bien tuve la bonanza del 2008 y parte del 2009 de cobrar en dólares y más en Brasil, aquí nunca me atreví.
El segundo punto fue haber descubierto una solución inédita y directa de Factura Electrónica y no saber explotarla para venderlas a otras empresas, es decir, ahora es un poco tarde, pero tuve una oportunidad que no supe aprovechar.  En consecuencia se cerró la etapa de trabajar por mi cuenta, ahora con mi carácter y mi introversión será difícil venderme.

Otro cierre muy importante fue el que mi compañera voló, abrió las alas, sintió que conmigo era prácticamente imposible, que sus sueños eran otros y me dejó.  Ella me salvó de situaciones angustiantes, en que mi entorno era desesperante y yo no le veía sentido a la vida, ella con paciencia y amor le dio un sentido.  Y cuando volví a nacer, se adaptó a mi filosofía y fue la compañera de grandes desafios: como nuestras travesías en bicicleta por varios lugares en Uruguay, por La Serena-Chile y por Puerto Madryn, como de estupendos viajes donde participé en maratones o ultra-maratones.   Además de acompañarme a recitales, por más que diga que se le pasó la edad.
Además de saber escucharme, ya que ella era la primera a la que le contaba cualquier novedad o cuestión del momento; también de tener el ímpetu de soportar una familia distinta, cosa que yo me ofuscaba en sus reuniones familiares
Pero ahora, lo mejor es estar solo y yo deseo fehacientemente, que ella, pueda cumplir la mayoría de sus sueños en este año que viene, deseo que se consolide más con respecto a sus hitos. 
Se lo merece porque es una gran persona y estaré agradecido de por vida a la casualidad, que nos juntó tanto tiempo.

Amigos tengo pocos, pero uno me había demostrado confianza a lo largo de este año, pero sus quejas a otros, son las propias quejas a él. Recuerdo un ataque de risa que sostuvo porque le dije que si corría por mi en una carrera y dijo que pasaría vergüenza.  Se estaba burlando de mi, me subestimó, además de mentirme por la forma de entrenar, que los otros eran unos imbéciles y el entrenaba igual.  Supongo que a los otros les dirá que estoy mal de la cabeza, y se reirá de mi como lo hace cuando me habla de los otros.   La verdad me arrepiento hablar de más con esta persona, le tengo cariño es cierto, pero mucha desconfianza.
Luego mis relaciones fueron efímeras y cortas, algunas aprovechables y entrañables;  rescato a mi compañero de trabajo que en las charlas aprendí o por lo menos me retroalimenté, él tiene más de 60 años y unas orejas que me escucharon durante el año, además de ser mi partener con los patos, pájaros y cualquier bicho que le damos de comer al mediodía.

También creo que cerré mi etapas de maratones y ultramaratones, sin disfrutar ninguna de las 2, ni un poco parecido a la alegría de los años 2007, 2008, 2009.  Cerré con un grupo de entrenamiento, no me gustan realmente la gente que es muy pendiente de un lider, ni tampoco que me disciplinen, cuando me puedo auto-disciplinarme, si total los objetivos propios son distinto al que me proponen.

La última salida que tuve con mi hermano me llenó de sentimentalismo.  Me contó que fue a ver una película en el mismo cine donde estabamos, el Gaumant, y me dijo que fue a verla con una chica y eso me puso la piel de gallina, ya que a lo largo de su vida nunca se supo de ninguna mujer, más que pagando a una puta. 
Además que, como es la persona con la cual más me identifico, coincidimos en gustos musicales, cinematográficos, etc; y es la única persona que me relacioné y fue mi compañero de por vida, soportando situaciones horribles y otras de calma.

En el 2010 se cerraron muchas puertas, quedé en un círculo, ahora abro los ojos y digo ¿Qué hacemos? ¿Cuál será la próxima puerta para abrir?

martes, diciembre 28, 2010

Leopoldo Torre Nilsson (1924-1978)



INTRODUCCION
En mi penúltima entrada de este año 2010, no quería dejar pasar a un mentor y a un creativo como Leopoldo Torres Nilson.
En épocas donde las carmelitas descalzas eran prácticamente carmelitas descalzas, inocentes, joviales y románticas. Leopoldo Torres Nilson jugaba con el personaje no tenga los tintes previsibles en que esperaba la gente. Que el amor podía desaparecer, que el ser bueno podía cometer una crueldad, que la fanfarrona se podía suicidar.

La dualidad que él mostraba en sus actores y actrices era marcada y desconcertante para el público popular y masivo.
También jugaba mucho con los planos, planos entrecortados pero con una grotesca cercanía, los claroscuros, que intimidaba y que también aterraba.
Torres Nilson fue un maestro en el manejo de los grises tanto en los guiones (que en gran cantidad eran proporcionados por su compañera y socia Beatriz Guido) como en los enfoques y escenarios.

Al hacer un paralelismo, con Piazzola en el tango, Torre Nilson fue más allá de la estructura convencional del Cine Argentino, y que en gran parte, aún conserva esa fórmula comercial.


RESEÑA BIOGRAFICA
Leopoldo Torre Nilsson nació en Buenos Aires en 1924, fue hijo del pionero director de cine Leopoldo Torres Rios y se formo como cinematográficamente entre 1939 y 1949.

Debutó como director en 1947 con el corto “El muro” donde ya demostraba su controversia contra el cine comercial e iba hacia una búsqueda literaria e intelectual.
Su primer largometraje fue una adaptación de una novela de Bioy Casares, llamado “El Crimen de Oribe”.

En 1951 conoce, en casa de Ernesto Sábato, a la escritora Beatriz Guido quien será su esposa y consejera hasta el final de sus días.


Pero su obra cumbre, o al menos su punto de partida al que se convirtió como el referente de futuros directores de culto fue, “La casa del ángel” mostrando, no la realidad que queremos mirar, sino que las miserias, densidad y perversiones que hay alrededor de una pareja y sus entornos. La novela fue co-guionada con su esposa Beatriz Guido.

Torre Nilsson exponía un cine distinto, con lucha hacia una temática seria y la posible expresión del mundo, acentuando la problemática existencial arrastrada desde la infancia y ubicada en el plano social contemporáneo.

Torre Nilson realizo otras peliculas controversiales como “setenta veces siete”, “el ojo del espia”, “boquitas pintadas”, “Piedra libre”, entre otras.
Además hizo la adaptación cinematográfica de las obras teatrales y/o literarias consagradas como por ejemplo: “Los siete locos”, “El guapo de 900”, “La guerra del cerdo”.
También se sostuvo con películas biográficas comerciales como “El Martin Fierro”, y la tan criticada por sus seguidores, de “El Santo de la espada”, que describió la vida de San Martin como si lo fuera la revista Billiken.

Leopoldo Torre Nilson en esa época sentió presiones económicas y politicas, es por eso que se dejó llevar por la censura y “El santo de la espada” fue una película ilustre, decorativa y previsible, mostrándo al General San Martin como un mártir y no como un ser humano común y corriente (que también lo era). Igualmente está fue la pelicula más vista de Torre Nilsson en su historia.

Torres Nilsson fue, al igual que su padre, un jugador compulsivo. Su padre erróneamente creyó que al llevarlo al hipópodromo de muy pequeño, este se iba cansar o aburrir, pero era una excusa ante su madre, para no sentir culpa de ser un jugador compulsivo. La consecuencia es que heredó su obsesión, y el trabajo que le llevaba cobrar por un film podía perderlo en una jornada.


Su relación con el dinero fue siempre difícil y juntos vivieron momentos duros y momentos de esplendor, aunque en las épocas de pobreza se esforzaban por mantener las apariencias. Se vestían bien, y en los viajes citaban a los productores en los mejores hoteles, aunque se hospedaran en uno más barato. Cuando entraba dinero lo destrozaban, y en los períodos difíciles apelaban a los recursos más variados: prestamistas, venta de las piezas de arte heredadas del arquitecto Angel Guido, el padre de Beatriz.


Eran muy vólatiles con el dinero ya que adquirían propiedades onerosas en Mar del Plata, Punta del Este y automóviles como Mercedes Benz, y en escasos día tenían que volver a empezar.


En esa época, los problemas de salud de Torre Nilsson empezaron a manifestarse. Tal vez intuyó que le quedaba poco tiempo y se propuso realizar proyectos que fueran a la vez populares y de calidad, como La mafia, Los siete locos y Boquitas pintadas. En Piedra libre, su último film, volvió a trabajar sobre un libro de Beatriz, algo que no hacía desde Fin de fiesta. Y aunque se propuso recuperar el clima intimista de los primeros años, el resultado fue desparejo, seguramente porque el cáncer ya estaba avanzado.


Fue en ese momento cuando Beatriz se decidió a encarar su gran mentira. En su afán por embellecer la vida de Leopoldo, decidió que él pasaría su último tiempo lo mejor posible. Lo internó en la habitación más grande y cómoda del Instituto del Diagnóstico, donde recibieron a las visitas con champagne, apostaron a las carreras por teléfono e hicieron planes para las vacaciones en Punta del Este. Le permitieron volver a su casa y llegó a dirigir algunos avisos publicitarios, aunque los dolores eran ya insoportables.


En su desesperación, Beatriz visitó curanderos y hasta lo llevó a España para que lo viera un médico que le habían recomendado. La familia Nilsson le facilitó el dinero y viajaron con un enfermero que le aplicaba morfina cada cuatro horas.


Cuando Leopoldo murió, ella se abandonó completamente. En realidad, comenzó una especie de espera hasta que llegara su propio momento de morir.


En su último film: “Piedra libre” que, a pesar de sus críticas, me pareció un film jugado, donde la metáfora de Amalita está en todas partes (lo peor de una mujer) muestra a una inocente Marilina Ross jugando al lesbianismo con Luisina Brando.


Está película fue jugueteada por Miguel Petato “el censor” y vengador de su ex asistente de dirección Torre Nilsson. Su hermana Mía decía, que Tato no podía tolerar que el alumno haya superado ampliamente al maestro. Tal es así que le hizo una jugarreta desesperante al estreno del largometraje.


Torre Nilson, resignado, expresó: “Ante esta posición de la censura, siento que la situación del pais se torna muy incómoda para hacer cualquier película en que quiera mantener mi discurso cinematográfico actual. Entonces anuncio que no volveré al pais a dirigir cine mientras exista una censura con ese criterio”, aunque el 16 de Setiembre, finalmente, y a sabiendas de la enfermedad de Torre Nilsson, se estrenó la película sin casi auspicios ni anuncios.

IDEAS Y FRASES


“Un director cinematográfico Deberá abandonar el cine cuando descubra que el profesionalismo lo aleja de sus pesadillas y de sus vivencias, o de las pesadillas y las vivencias de los demás.”

“Quizá alguna vez podremos pensar, escribir, hablar de un cine que empiece a equivocarse por sí solo, lejos de la mohosidad actual de los sets, cerca de la gente, de las caras de la gente, y las alegrías de la gente, un cine que recupere la realidad”

“El cine que quiero hacer es un cine donde se vea reflejado el hombre. No por un simple documental de mostrar hombres, sino por una suerte de síntesis que haga de muchos hombres, un personaje. Ay de aquellos creadores que pretenden reformar el mundo con sus obras. La obra no da soluciones, sino interrogantes. Yo me alegraría con poder mostrar, a través del cine, un solo hombre”.

“Mi padre había decidido de un modo bastante terminante que mi carrera tenía que ser la cinematografía. Acepté sin amor, pensando que iba a ser un oficio, una técnica. Y así lo viví durante años, casi dolorosamente y amargamente, como leyendo poemas escritos debajo de un taburete, o leyendo a escondidas a Proust y a Valéry. De pronto descubrí que el cine podías llegar a ser también vehículo para la imaginación que latía en mi."


“El cine me vuelve impiadoso con las cosas más queridas, como por ejemplo no haber podido asistir al lecho de muerte de mi padre, para no arruinar la secuencia de escenas; o no asistí al nacimiento de uno de mis hijos para concluir una mezcla de sonidos. "

miércoles, diciembre 15, 2010

Mar del Plata 2010: Crónica de una media maratón cantada.


Mar del Plata, nuevamente el lugar que elijo para trotar cada final de año. ¿Por que? No lo sé, supongo que cualquier argumentación sería absurda, si digo que me gusta y ya, queda librada al azar mi justificación.


Arrancamos temprano, desayuné una banana, dos turrones y jugo de pomelo artificial. Luego de tantos nervios sufridos la noche anterior, por mi constantes idas al baño, me alteraba volver a correr casi dos horas seguidas, ya que si me pongo a pensar, es mucho tiempo, mi temor era no pasarlo bien o no disfrutar de la vista, de las canciones y de mi locura que construye todo esto.
Mi preparación solo fue salir de mi casa a trotar, y a cantar por 15,18, hasta 23 kilómetros, con cambios de ritmos impuestos por la música, sin ningún plan impuesto por mi ni por nadie.

Entramos en calor con Kona, unos 5 minutos, lo más apreciable es que el Hotel donde me hospedé, estaba solo a 2 cuadras de la largada y no tenía que irme hasta el puerto como en otros años.
A las ocho y segundos, dieron el tiro de largada, y arrancamos.


Yendo por la calle 9 de julio, mis primeras sensaciones no fueron buenas: calor, ganas de mear y un tanto pesado, tal es así, que la canción del mundial: “Waving flags” por David Bisbal y no se quien es el otro que canta en inglés; pasó sin pena ni gloria, pero a partir de allí, ya comencé a balbucear: “Bien Levantado, bien levantado” de Perro Bocha y no paré más. En ese momento pasamos por el Hermitage y nos dirigimos hasta Playa Grande.


En el cuarto tema levanté a unos adolescentes que estaban sentados tranquilos en la costanera, seguramente cansados del trajín de la noche y los arengué con “La Bomba loca” de Gustavo Cordera, aplaudieron y fue el punto de partida para las sonrisas conmigo mismo y con otros corredores; y doblamos, por fin, por Playa Grande, esos kilómetros me parecieron un tanto forzados ya que sentí mucho las cuestas.
Al dirigirme hacia el norte, cantando “Los Divinos”: “y nadie y nadie me da bola”, ja

En el kilómetro 9 me topé con un español que me dijo: “Ah! Tú si que disfrutas, sabes como manejarla”, “La música me lleva, lento, un poco más rápido, pero me entusiasma, y los gritos me dan fuerza”, le contesté, a lo que agregué: “¿Por qué kilómetro vamos?”. Y me preguntaba, a mi mismo, que mierda es lo que estoy buscando, interpretando la canción de “Un final feliz” de Bulldog.

Pasamos el kilómetro 10 y algunos ya llegaban a terminar una de las pruebas, a mi me quedaban 5,55 km de ida y 5,55 km de vuelta. Después de esto, grité grosera y vehementemente: “Viva México, cabrones” con la canción: “Gimme tha power” de Molotov.

En el kilómetro 12 se me junta un corredor no vidente, acompañando a una mujer y me pregunta: “¿Que no cantas más?”, “Lo que pasa es un tema lento”, le digo, estaba escuchando “Hay momentos” de Guasones, hasta que largo: “Llamado de emergencia” de Daddy Yanquee, y repetía una y otra vez: “Ven aquí rápido”, lo cual bailaba en forma cómplice, con los del otro lado, que se dirigían a la meta.

Pegué la vuelta con Cadena Perpetua, y lo veo al Bohemio que estaba a punto de darla también, y le digo: “Me vas a alcanzar”. Los temas de Cadena me levantaron y luego lo bajé con uno de La Mancha de Rolando.
Aquí un corredor que estaba entrenando me reconoce y me miró como diciendo “¿que hace este?”…Le digo: “No cambio más”.


Tuve una impronta graciosa con el corredor no vidente, cuando canté un tema de Carlos Baute: “Cuidado, cuidado”, y el atleta me dice: “Cuidado con la bombachita, un maestro Ricky Maravilla”.


“El Hijo de Hernandez” del Cuarteto de Nos, me hizo gritar como un loco, cada vez que mencioné el nombre del tema y asi llegué a la meta con “Ojos de Perro” de Attaque 77: “porque yo soy una especie diferente a vos…”.


No sé, si soy de una especie diferente, pero es bastante ridícula mi forma de cómo tomo esto “de trotar” carreras de calle, o en si mismo el entrenamiento. Muy difícil de justificar, lo único es que puedo tener cierta certidumbre es que me saca o me posterga las malas sensaciones.

domingo, diciembre 12, 2010

Sucesos de viaje a Mar del Plata.















 Como una especie de ritual, el cual: me establece, me equilibra y me limita; ya que no veo necesidades de ir a otro lugar que no sea Mar del Plata, en esta parte final del año.

La excusa fue la media maratón, como hace ya varios años, mi motor para viajar y conocer o revolver, como en este caso, a este sitio.  Pero el viaje es una excusa, la cabeza es, en realidad, como mimetiza y le da su animosidad al tour.

Arribo a Retiro antes de las 5 y media de la mañana, lo cual retiré el pasaje y me senté a esperar las 6 y 15 para despachar la valija y salir hacia “la feliz”.  Un viaje al que tuve que esperar 20 minutos a que me despachen la valija y luego ocurrió algo curioso, sube un señor con asiento mayor a la capacidad del micro.
Me quedé dormido, pero el micro salió una hora tarde, hasta que de repente, me desperté en Avellaneda, con el micro parado a metros del Peaje de Dock Sud y mis oídos se encontraron con la queja generaliza hacia los responsables del micro y el gran descuido de la empresa., por no medir las capacidades de la unidad, por ende teníamos que esperar otro micro, y mientras tanto se escuchaban quejas como esta:
 “Yo a las dos de la tarde tengo que entrar a trabajar, no se dan cuenta los inútiles que son”
“Yo trabajo en la secretaría de transporte, ustedes dos quedan despedidos cuando bajemos”
“Siempre tome Rutamar, nunca tuve problemas, y como no conseguí pasajes esta será la primera y última vez que use está empresa”

La gente se “hacía valer”, con exacerbación y cinismo. Atrás mía tenía una pareja, donde el hombre tenía la voz y el aspecto de Pomelo, el personaje de Capussotto  y su mujer, una fémina común, y en un momento del paráte ella me contaba (ya que su marido salió a fumar):

“Es el primer viaje que hacemos los tres juntos, esto es un delirio”. Mientras mi mirada estaba centrada en la sonrisa de hija de más o menos un año y mi respuesta fue:
“¿Como se llama la nena?”.
“Delfina, pero no se puede creer es de terror esto, nos están esperando en Miramar…”(bla bla bla).

La cuestión es que en menos de una hora, arrancamos para Mar del Plata y la última queja que escuché fue de una señora diciéndole al acompañante que no le hable al conductor porque lo distrae.

Llegué al hotel, mucho calor y con el cielo celeste hizo que planificará ir a comer y luego a la Playa.  Caminé como 15 cuadras para encontrar un lugar que me convenza para comer; ingerí salmón (con muchas espinas) y puré.  Cuando salí del Restorán, cayó una lluvia fría, y la temperatura que bajó 15 grados.
Sin dudas no fue mi día, así que fui al hotel a dormirme una siesta y ver el juego de fútbol, y luego, fuimos a cenar con unos conocidos, pero otros ausentes habían quedado y yo había reservado mesas, y la verdad que no tuvieron ningún recelo ni excusa, hacia su falta, y me sentí algo decepcionado y frustrado, porque contaba con ellos, pero bueno, pasan los años y sigo demostrando que, aún, no sirvo para convocar.
A la noche, tuve una especie de cistitis y me auto-paranoiqueé, además la carrera del otro día me daba nervios.

El domingo, luego de la media maratón y un sandwich de milanesa completo, decido alquilar una sombrilla. Me metí al mar dos veces, donde hizo más frio afuera que adentro. La verdad que me entretuve bastante porque las olas me tiraban a cualquier lado, pero mirar el mar, leer, escuchar conversaciones, observar trajo serenidad a mi cabeza.  Recuedo las conversaciones entre dos chicos (un nene y una nena) de 6 o 7 años, que acusaban con sus padres que se tocaban “el pis”.   Supongo que si tenían 7 años más sería un escándalo, pero causaba, alrededor, mucha gracia.

Iba a ir al Casino, pero me quedé dormido a las 21 hs y me desperté al otro día, donde caminé muchas cuadras por la costa, escuchando música, contemplando el mar de color marrón más hacia la orilla, y verde oscuro en la parte profunda del mismo; y lo que sentía era el viento fresco que era una caricia placentera en mi ser.
Estaba solo, apegado a lo que elegía en ese momento, todo tiene un tiempo limitado, pera al rememorarlo en esta líneas, es como si volviera al mismo.

A la noche me tomo un taxi y el conductor me pregunta:
“Hacia donde va”.
“A Caballito”, le digo.   En plaza San Martin, para y me dice:
“Subí el vidrio”. Yo lo miro sorprendido
“Flaco, no lo llevás hasta Caballito”, le dijo a otro taxista,
“Que?”, le digo.
“Me arrepentí”, me dice
Mi rostro denotó enojo, y la ira hizo que le cerrara en forma violenta, el tipo me mira y me dice: “No me cierres así”.
“Perdone”, y retiro la maleta de la parte de adelante del auto, y le empujo con la misma fuerza la puerta.

El otro taxista me comentaba todas las formas de robar que tienen los tacheros, de la mafia de Retiro y yo pensaba que cualquiera es vulnerable a este tipo de sucesos, pero por ahora, soy afortunado. ¿Será que no estoy muy expuesto?