miércoles, marzo 19, 2014

Hugo del Carril (1912-1989)

Al tener sensaciones encontradas con una de las joya del cine, entitulada, “Las Aguas bajan Turbias” que relataba la explotación laboral y humana en los yerbateros de la Mesopotamia Argentina, pero haciendo una historia simple, musical con contenido social.


Hugo del Carril es uno de los grandes cantores de la música popular del tango y folklore nacional.

Nacido en el barrio de Flores, su nombre original fue Piero Bruno Hugo Fontana

De alma cantor de muy joven, cuya primera profesión fue la de locutor en Radio Pueblo, allá por el 29’. Estudioso del canto, para perfeccionar, aún más, su amada profesión, tuvo su exitosa carrera de Cantor, con el Trío París, y luego con el dúo Acuña-Del Carril.

Su primera incursión en el cine, fue en la película: “Los muchachos de antes no usaban gomina”, y es aquí por su pinta, por su sonrisa, y demás dotes de “macho”, que Manuel Romero lo inicie en su apoteótica carrera en el Cine Nacional. De ahí tuvo un éxito tras otro, como actor, haciendo más de una docena de películas como por ejemplo: “Madreselva”, “Gente de Bien”, “La vida de Carlos Gardel”, “La cumparsita”, entre otros largometrajes.

Paralelamente su carrera de cantor seguía haciéndose fuerte, realizando giras por toda América, acentuando su prestigio y fama. Su repertorio “gardeliano”, además de su estilo propio, genera emoción al escuchar sus éxitos “Nostalgias”, “Percal”, “Buenos Aires”, entre otras obras maestras del tango.

Abordó como director a partir de la década del 50’, iniciándose con “Historias del 900”, y su gran éxito: “Las aguas bajan turbias”, basándose en el libro “Rio Oscuro” de Alfredo Varela (hoy, supongo que está película hubiese ganado el Oscar por su innovadora forma de protesta social)

Su carrera de guionista, llegó a ser muy limitado, pero siempre intentando enviar un mensaje claro y sensible al público espectador, aunque, según la crítica, caía en el melodrama o folletería.

Hugo del Carril será, eternamente recordado, también por la marcha Peronista, que hoy día se sigue escuchando en los actos políticos, como canto de gloria y de jarana.

En el 55’ se tuvo que exiliar a México, luego de estar preso. Al regresar, Hugo del Carril, perdió gran parte de su prestigio, y se encontró con otra valoración del público espectador. Igualmente siempre fue respetado, incluso cuando protagonizó junto a Donald, en la película de argumento infantil e inocente: “Siempre fuimos compañeros”. La voz intacta cuando le tocó interpretar algún tango.-

Hugo del Carril culminó su carrera filmográfica en 1976, con la película: “Cantores de Buenos Aires”.

A comienzo de los 80’ realizó una gira nacional y luego entró en el olvido, porque los peronista los tildaban de traicionero por decirle que “no” a Perón en su regreso, y de los “gorilas” por la omnipresente marcha peronista.

En 1986, en el Teatro Presidente Alvear fue nombrado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires. Sin poder superar la pérdida de su compañera, fallecida el 12 de abril de 1986, el 16 de enero de 1988 Hugo Del Carril ingresó a la sala de terapia intensiva del Hospital Privado de Mar del Plata con un complejo cuadro de infarto de miocardio. La recuperación fue lenta y progresiva, lo suficiente para asistir el 9 de septiembre de ese año a un homenaje que se le realizó en el Luna Park, al cumplirse 50 años de su primera actuación.

Mi homenaje a un tipo que, por su música y semblante, que realmente emociona.





jueves, marzo 13, 2014

La primera vez en el Mar – 3 km. Villa Gesell 2014.




Corría principios de marzo de este año, fuimos con Fabiana y su hijo Franco a pasar el carnaval, donde incluyen dos feriados. Los días espectaculares y el agua agradable hacía más divertidos y agotadores los días.


La excusa del viaje, además de cambiar de aire, fue coronar los 2 meses de entrenamiento de natación en la pileta de Ferro en los 3 kilómetros de Villa Gesell, mi primera vez en el mar.

Fuimos al balneario del Paseo 124: Afrika, me anoté, y dijeron que comenzaba la carrera en la 105. Mucha espera para largar, como siempre nos tiene acostumbrado “El reencuentro de los delfines”. De las 11:30 se atrasó a las 13 y pico. La corriente a favor era tremendamente favorable. La boya estaba en la 105 a 200 metros de orilla, había olas dispares.

Largué nervioso y apresurado por llegar a la boya del 105, corriendo, saltando olas, haciendo Mariposa, siempre con la vista a la boya naranja, llego, y me costó unos minutos comenzar a hacer crol. Tenía mareos si respiraba cada tres y tragaba agua, entonces mandaba cada 4 y cada 2 brazadas la respiración. Tuve colisiones con algunos nadadores y algunas olas me asustaban. Pero iba, buscando referentes delante mío para poder seguirlos.

Como me pasa, cada vez que nado continuo, el patrón competencia desaparece y se hace presente la relajación, cierro los ojos, pienso en una canción o en asuntos óptimos. En este caso, el tema fue del grupo Rosarino: Cielo Razzo, llamado “Luminoso” y que habla de la marea y de las olas, totalmente literal mi estímulo para marchar.

Me pareció pronto la gente ubicada en las canoas que me decían : “Allá está la meta”, le metí sin mirar y me desvié 100 metros, salí de la orilla con un trote cansino y me dirigí en diagonal a la meta, realizando el trayecto en 35 minutos.

Esta experiencia dismitifica el miedo atroz que le tenía al mar, más allá de la rompiente, realmente estoy contento de haber tenido el privilegio de participar en una competencia de mar abierto y llegar. ¡Me hace sentir más vivo!