jueves, abril 15, 2010

El jefe de gobierno quiere prohibir los trapitos y limpia vidrios


Hace unos dias, el jefe de Gobierno Mauricio Macri, propuso la prohibición de la actividad de los comúnmente llamados trapitos y limpiavidrios en las calles porteñas. Además solicitó que el proyecto sea tratado con urgencia y no sea politizado, ya que hay miedo y preocupación de la sociedad por la inseguridad.
Según una encuesta en Clarin.com sobre esta propuesta, la respuesta tuvo el 90,8% de vistos buenos.
Ahora me pregunto: ¿Quién se creen que son algunas personas de la clase media (media-alta, a partir de esta encuesta? ¿Dónde esta la empatía? ¿Por qué siempre se generaliza al más débil” En fin, resulta ser una medida populista(para lo de esta clase), pero en fin.
Estuve navegando en Internet y obtuve algunas de las siguientes opiniones, que resumo abajo:
  •   “Antes, los odiaba con todas mis ganas...Ahora puedo convivir con ellos. ¡Pero que no cobren cifras de locos! “
  •  “La cosa es cuando se ponen en cualquiera, te cobran y después desaparecen... en su defecto que te den un comprobante o algo... o que no te amenacen si no querés darles nada “
  • “Es cierto que molesta mucho los limpia vidrios y los trapitos, pero si esa gente tuviera un laburo como corresponde la cuestión seria diferente. Eso solo se soluciona dando trabajo y educación. Cosa que para este sujeto no existen. Y más si uno va a ver que hizo el gobierno porteño por la educación. “
  • “Realmente son una reverenda molestia, y aca en San Isidro, encima son ladrones y andan armados ¡Que no aparezcan nunca mas!”
  • “Me parece perfecto. Los trapitos que te cobran cuando llegás son chorros, los que te cobran cuando te vas, bueno, está en vos darle o no."
  • "Respecto a los limpiavidrios, creo que lo más grave es que entorpecen el tránsito. No puede ser que traben avenidas grosas de la capital por terminar de limpiar su vidrio”.
  • “Yo simplemente haría un campo de concentración (si ya se soy un Nazi) pero me tienen las pelotas por el suelo ya ni puedo estacionar delante de mi negocio porque siempre hay uno nuevo que no me conoce.”
  • “Había un proyecto en la Legislatura porteña para regularizar a los trapitos. Me parece mucho más viable y efectivo antes que criminalizar a los pobres.”
  • “Lo que hacen es un delito, y está penado por la ley. Si piden unas monedas de buena manera, todo bien... Pero si se produce una extorción, tienen que ir en cana!"
  • “¿Regular qué? ¿Por que existe significa que está bien? También hay muchos secuestradores, ¿y por eso van a ponerse a regular ese rubro y/o darles alguna salida laboral?”
  • “Este ‘trabajo’ (q no lo es) podriamos darlo a personas q realmente no puedan hacer otra cosa, como personas con discapacidades motrices, ancianos, o cualquiera q no pueda ejercer otra cosa, y NO a tipos jóvenes y con salud, estos merecen ser sacados por la fuerza a q se las rebusquen con el orto.”
En definitiva, existen los trapitos y los limpiavidrios, así también como los cartoneros y demás trabajos cotidianos y perspectivas para las clases bajas, que en Capital Federal siempre son bastardeadas. Ya que no hay ofertas para ir trabajar fuera de la misma, no observo un auspicio para ir a trabajar a otras provincias, y así federalizar más la Argentina.
La educación que ellos reciben tiene el abanico de la limosna o de juntar los desperdicios de la gente de clases acomodadas. Obviamente que todo se mezcla con delincuentes que usan a esta gente para lucrarse ellos. Pero así también las empresas explotan a sus empleados, bajando línea de que hay que dejar todo para la misma, como los medios nos lavan el cerebro con paranoia y desconfianza, mostrando lo peor de las personas más pobres y su convivencia.

La historia muestra que las censuras y prohibiciones no han construido nada, al contrario, han generado más violencia a la sociedad.

lunes, abril 12, 2010

Maratón de La Pampa 2010: Un angustiante abandono otoñal


Luego de transitar mis entrenos bajo un verano harto caluroso, donde jamás me pude poner en forma, aunque llegué a conformarme con un 60% del estado fisico de antes de la periostitis sufrida en noviembre pasado, lo bueno que es cosa del pasado. Pero llegué a estar 5 kilos más pesado y con la hemoglobina y el recuento de glóbulos rojos en un 10% menor que lo que tuve en febrero. Hace días tuve la alergia otoñal, por la noche se me cerraban los bronquios, de día estornudaba seguido y el agua por la nariz era insoportable.



Pero estaba previsto en mi cabeza el maratón de la Pampa, otros 42 km, a los que nunca confié porque como máximo fondeé 22 km. Y el dia que quise ensayar, me quedé en el intento vomitando y mareado.


Pero bueno, son excusas, en este mundo donde los valores conducen en el fin y yo estoy abyecto al él, porque mi máquina de ideas y emprendimientos es prácticamente nula, entonces es donde las quejas, la inacción y la decadencia proliferan en mí ser.


Ahora el viaje a La Pampa estuvo bueno, exceptuando el domingo que fue horrible. Tuve la suerte de encontrarme al mismo hombre que el año pasado, nos hicimos amigos, al esperar en la terminal que se hagan las 9 de la mañana para ir al hotel, sucedió lo mismo que en el 2009, y compartimos habitación. La verdad, para mi, es un privilegio encontrar a alguien con que podes charlar, con cierto relajo, ya que predomina en mi, la ineptitud y la falta de adaptación social, pero por mis formas de dirigirme, que hasta altura prefiero que sea así, antes que ser políticamente correcto o agradable.


El sábado compartí habitación, ya establecido, con otro muchacho, si bien tenía dramas maritales (se estaba separando) también hubo coincidencia y comprensión en el dialogo, y lo más importante atención y respeto.


Pero el sábado unos ñoquis me terminaron de destrozar el estomago, creo que fueron los peores ñoquis que comí en mi vida. Tenían gusto a plásticola y la salsa tenía un sabor muy pero muy intenso. Fui 5 veces al baño a tirarle bombas de mierda al inodoro, sin dudas, fueron explosiones. ¡Que manera de tener retorcijones!


El domingo a las 8 de la mañana fue la carrera, dos veces fui al baño, y largué pesado, por el kilómetro 3, balbuceé el tema “Dia de la mujer mundial” de Calamaro, y tenía que construir mi placer, ya que tenía un fuego que iba de la boca del estomago hasta la garganta.


Al salir de la laguna, en el kilometro 5,5, se tomaba una larga recta hasta casi el 12, la cual constaba con viento en contra. Todavia estaba pesado, pero surtí algunas frase de canciones, sobretodo del tema de Molotov “Gimme the power” en el que grité: “Viva México, cabrones” y me hizo ensayar un cambio de ritmo, que me costó más que cualquier carrera convencional.


La vuelta, es decir, del 12 al 18 se hizo tranquila, cantaba, jugaba, y no la pase mal, simplemente luchaba contra la omnipresencia de mi acidez. En el 19, una mujer, se acerca entusiasmada corriendo hacia mi, y gritó mi sobrenombre y mi apellido. La verdad que recuerdo su imagen pero no la asocio, además que yo no soy famoso, supongo que todas las personas que me conocen, en algún lado coincidimos, así que me hasta el 20, me quedé pensando de donde la conocía. ¿Quien sería?


Al llegar nuevamente a la laguna, el viento se hizo sentir, era el kilometro 23 y hasta el 26,5 hicieron estragos en mi estomago y en mi cabeza. En el 27 pensé si iba a seguir de largo, y no doblar por la recta de los 6 kilómetros (que eran del 27 al 33 y del 33 al 39). Pero bueno continué, el tema de Bulldog “La vida” me hizo correr y gritar un kilometro , pero en el 28 las caminatas se apoderaron de mi, un corredor paro y me dio Gatorade, la verdad increible en una actividad tan egoísta. En el 29 y medio, otro corredor que me conoce me saca los dientes como diciendo: “Que pelotudo”, y cuando me pasa alguien que en los papeles no me debía pasar, por un estúpido orgullo de no querer que sea mi peor marca, me arranco el número al llegar al kilómetro 30 clavado.


Podía haber seguido, pero no iba a ver disfrute, a esta altura el estomago estaba mejor, es decir tenia ganas de comerme una hamburguesa, pero me faltaba fuerza y combustible para llegar, y sobretodo mi cabeza me dijo: “en tres semanas corres otra, no te gastes”.


Cuando decidí abandonar, tenía que volver 6 km, y cuando entablé la caminata, tuve muchas sensaciones, malas sensaciones, como angustia, rencor a no poder sentirme bien; soledad, es decir, saber que no perteneces a una comunidad a que le importa la marca, y a mi me interesa meditar, y lo cual tenes que juntarte con ellos y justificar que importa poco, pero que a la vez yo estaba abandonando porque iba a ser mi peor marca en llano. En fin, una confusión propia de un imbécil.



La vuelta fue de terror, con un grupo homogéneo, que parecía la publicidad de sonrisas y liderado por un tipo insoportable, que mostraba a todos a su amante, no preguntaba a los demás que quería prender el aire, si el tenía “calor”, iba al chofer a prender el aire, mientras me cagaba de frio.
Todos contentos organizaban su próximo viaje, y hablaban de cuanto se querían. En fin, mi bronca es que tuve que soportar 8 horas de viaje, con hambre e incómodo, y como dije al principio estoy en una etapa carente de ideas, de emprendimientos y de limitaciones físicas, por eso me quejo y me quejo, que a esta altura es lo mejor que se hacer.


Espero que mi próxima maratón, en Sao Paulo, no tenga orgullo y la termine en 20 horas y contento.