miércoles, junio 23, 2010

Mi lista negra


















De una idea original del conjunto uruguayo “El Cuarteto de Nos”, saco a relucir un bosquejo de mi lista negra, sobre aquellos que hicieron ciertos actos para que yo saque a relucir mi rencor.


• La maestra de jardin infantes que me mandaba a la sillita era aquella que carecía de confort.
• Aquel que me vio comiéndome los mocos en primario y me etiquetó como “Mococo”.
• Aquel que, en la secundaria, me vio flaquito y me dijo “Poca Vida”.
• Aquel que se burló de mi inocencia de tan solo 12 años, y me preguntó en tono de burla si moje el bizcocho.
• Aquella jovencita que me pidió de salir, que yo creyendo que era una broma dije no, y no me dio derecho a arrepentirme.
• Aquel tipo que me dejó en el banco de suplentes y jamás me volvió a poner, donde me sacó de la titularidad por jugar un partido muy mal.
• Aquella chica que invitó a la fiesta de cumpleaños a todo el curso, menos a mi y a otro pibe.
• Aquel hombre que me palmeó la espalda y que me dijo que tengo que hacer un esfuerzo y quedarme a trabajar hasta cualquier hora.
• Aquel sujeto que me no supo ser padre, y que se arrepintió de haberme concebido.
• Aquellas mujeres que me hablaron o bailaron conmigo largo tiempo, para meterme cualquier excusa, con tal de no compartir cariño.
• Aquellas mujeres ostentosas que me hicieron sentir horrible y me echaron de su lado, de manera compulsiva.
• Aquel pibe que acordamos tablas en un partido de ajedrez y se volvió para atrás.
• Aquellas personas que solo me acompañaron en momentos de su propio interés.
• Al sujeto que cajoneó mis facturas y por ende, tardé un montón en cobrar.
• Al que me imponía cosas, sin darse cuenta de que era incapaz de hacerlas.
• Aquellas personas que no cumplieron con su palabra, y me han distorsionado los planes.
• A la gente que mostró compasión excesiva con respecto a mi vida.
• A la gente que ya no me da bolilla, a pesar de haber compartido muchas salidas o partidos de futbol. Y su tratamiento es de desquite y desinterés.
• A la gente que cree tener la razón en todo y que tiene nula autocrítica.
• A los que me cobran sus servicios y solo piensan en eso, sin saber cuán inútiles son para instruirme o encaminarme en ciertas actividades, haciendo costumbre hablar solo de su persona a modo de ejemplo, sin escuchar mi postura.• A los soberbios, a los engreídos, a los caprichosos, sabiendo que yo mismo puedo tener estas actitudes.

Transcribo la letra del Cuarteto de Nos (es la segunda en la existencia del blog)

Se que morís por descubrir qué lugar ocupas en mi cabeza

y que no te deja dormir en paz saber si estás en mi lista negra.

En mi lista hay traidores,
hay deudores, acreedores y rencores que una vez fueron amores
hay fingidos salvadores vestidos de predicadores
hay santos y pecadores, peores que los roedores
mi lista no se cuece en dos hervores y si fuese vista,
provocaría al mas provocador de los provocadores.


Hay difamadores y desagradecidos
a los que hice favores y ahora se hacen los desentendidos
puse legisladores de varios partidos
y es sabido que algunos se lucen por tener menos luces que apellidos.

Hay vencedores vencidos y empedernidos dictadores
perdón que insista, pero mi lista
es para esos forajidos el más temido de los tumores.
Está el veleta que con traje de etiqueta me tiró en la cuneta
era una vendetta!, por no decirle que tenia abierta la bragueta
están los proxenetas de la a hasta la zeta
está Romeo, está Julieta, el macho alfa y el beta
y ya se pone inquieta la gente cuyo nombre rima con “eta”
que lo parió Mendieta!!!, si escarbo
veo que mi lista tiene mas garbo que Greta.

Se que morís por descubrir qué lugar ocupas en mi cabeza
y que no te deja dormir en paz saber si estás en mi lista negra.

En mi lista está esa,
la que no volvió diciendo “voy al baño y ya vuelvo”
y está ese que se fue con lo prestado diciendo “ya te lo devuelvo”
A nadie absuelvo, ni soy complaciente,
en mi lista hay incluso algún pariente
y la maestra demente que me dio aguardiente en el kinder
mi lista es mi confidente y es valiente como la de la Schindler.

Hay gente del jet set, un cuadro de Monet
una marca de champaña y cabernet, está Ortega está Gasset
no es por meter cizaña pero en mi lista no hay reset,
te lo digo tête a tête
y si saco la guadaña a los de peor calaña
hasta le pongo la foto carnet
y ni la más extraña de las alimañas
se va a dar maña para colgar mi lista en la Internet.


También está Lisett,
esa amiga de mi madre que quería que yo hiciera ballet
y al enterarse de que estaba,
dijo que si la borraba me pagaba el cachet
cuando la leo se retuercen mis entrañas, se remueven telarañas,
el aire se espesa y empaña y se corta con Gillete
así es la cosa mi lista es más peligrosa que una piraña en el bidet.

Se que morís por descubrir qué lugar ocupas en mi cabeza
y que no te deja dormir en paz saber si estás en mi lista negra.


Paso revista y veo al patrón clasista
que me echó porque le surgió en su terapia conductista
y por oportunista están él y su analista
en mi lista hay gente que se pasó de lista
Además están esos que no estuvieron
cuando yo esperaba que estuvieran ahí
y los que de mi se rieron cuando caí, esos también están aquí
mi lista es amarga y es mas larga que el numero pi.

Mi lista es mi tratamiento en épocas de abatimiento
es mi escondite y mi aliento frente al padecimiento
Es mi primer y único mandamiento, es un documento
y en ella están los nombres causantes de mi sufrimiento
no miento, mi lista es mi instrumento
y no sabe de miramientos así que lo siento,
que la muestre o que la preste
va a ser más difícil que verle la sombra al viento.

Se que morís por descubrir qué lugar ocupas en mi cabeza
y que no te deja dormir en paz saber si estás en mi lista negra .

jueves, junio 17, 2010

Un año sin Fernando Peña


















Me pregunto por que tengo que recordar a alguien, cuya única comunicación fue cuando llame a su programa de Radio y el me dijo “Ayyyy Sebastián, coincidimos”. 
En este constante búsqueda de identidad, uno procura identificación y hoy en diversos programas de radio, comenzando por Diego Scott, Lalo Mir, Mariano Ripoll, Sebastián Waimraich y Elisabeth Vernaci, han sido mis interlocutores, ante mi atento oído hacia anécdotas de un tipo desconocido pero que no dejaba de sorprender.  A todos nos falta algo, porque la rueda gira, a Peña también le faltaba, pero particularmente me hubiese gustado tener la libertad, intensidad, inteligencia, la imprevisibilidad, la alegría, la apertura, la hombría, la creatividad y habilidad de Fernando. 
Es decir no sucumbir yo mismo en la mediocridad y en la enajenación.

Cuando pienso: “Que injusto, que no pueda tener novedades de alguien único y original”, es acentuar, indefectiblemente, la angustia, la necesidad (tal vez absurda) de escuchar a un tipo lúcido que te comunica algo en la radio. Porque para mi, Fernando Peña no era ni libros, ni teatro, ni farándula; era él y sus personajes profundos en la radio.  A mi me cuesta mucha energía escribir algo sobre mi, y él inventaba más de 10 historias propias de cada personaje, de los cuales podías odiar, darte lo mismo o quererlos.

Recuerdo la terquedad de Dick Alfredo y su “¿Y tú? Porque ganas 3000 pesos y manejas gente, ¿crees que tenés vida? Eres una mierda que el sistema te utiliza”.
Mario Sabino y sus enanos del jardín y sus tangos. Palito su inocencia, sabiendo que era un pibe chorro, Milagros Lopez que llegó a tener un programa en AM y las señoras mayores que iban a querer conocerla en la puerta de la radio.
Delia Dora de Fernandez que le hizo pisar el palito a Lita de Lazzari en Radio Kosiuko, diciéndole que hay que ponerle una bomba a las villas.
Roberto Flores, y su locura homosexual.
Martin Revoira Lynch y su irritante megalomanía, soberbia, y estupidez anglosajona

Las historias de él como persona, la libertad de agarrar el auto a las 7 de la tarde, irse a un pueblo, entrar en un bar, charlar con la gente y volverse.
Cuando alguien no tiene pelos en la lengua, que dice lo que piensa que no se adapta a etiquetas o a rótulos (que en Internet esta por demás), que sorprende, y además que cae bien a mucha gente, y realmente es referente.  Además de poseer un gran porte, experiencia en muchos otros trabajos y condiciones físico-deportivas admirables.

Hoy escuchándolo nuevamente por la radio (Radio Metro), sentí la ausencia y dejo este espacio de melancolía para recordarlo y absurda e ilógicamente mente seguir queriéndolo.

Dejo el link cuando escribi el dia de su desaparición fisica:
http://percho.blogspot.com/2009/06/gracias-fernando-pena-1963-2009.html

viernes, junio 11, 2010

Ascendiendo en la inadaptabilidad social




















Supongo que cada uno vive un trauma reinante, pero más o menos, forja una personalidad, mientras pueda desempeñar su control o su pulsión.
En los grupos, suelo ser de los tipos que, a lo sumo sirve para sumar un número más y lo cual, siempre no adhiero a esa suma, porque me parece demasiado impersonal.


Por ejemplo en el grupo de entrenamiento de atletismo que estoy, cuando arribo a una clase, el lider, en vez de preguntarme como llevo los entrenamientos, me requiere para asistir a alguna carrera y sumar uno más. Y luego empaparse de orgullo con que batió records en asistencia.
Sin dudas, eso me genera desconfianza y de ninguna manera deseo integración. Mi sinceridad al respecto, alimenta el rechazo de esta gente hacia a mi, fomentándoles la indiferencia y desinterés.


Integrar grupos, donde realmente me siento vacío, es muy perjudicial para mi cabeza, sobretodo cuando el líder se regodea de cuan sabelotodo es, y te usa para su propio interés.   Pero esto tiene un origen y por supuesto parte de mi persona. Por ejemplo no tengo voz clara al hablar, no exagero en mis comentarios, la tolerancia para que me escuchen es muy poca, soy muy agresivo y directo en emitir ciertas opiniones.


Ahora, supongamos lo contrario, que sea protocolar, que tenga una cadencia atractiva al conversar, que tenga la habilidad para conquistar al receptor; todo en la mayoría de los casos; pero sinceramente no fantaseo en eso, prefiero quedar arraigado a la menor cantidad de personas, idiosincrasias, gustos y razones.
Fomento la intolerancia, la individualidad que, en momento, vulnerables seguramente tendré un mínimo apoyo, pero en fin ahora me doy el lujo de luchar o escapar de las personas en las cuales me autodaño al tratarlas.


Pero hay diversidad, y eso lo celebro, aunque usen tweeter, blackberry y todos demás aparatos tecnológicos para no aburrirse, y que les hace sentir apasionados e integrados; y que yo tengo


Sinceramente tengo una escasa adhesión para estar conectado todo el dia, y que, minuto a minuto, tenga el delirio de que alguien tenga la necesidad de mi ser.

Que se vistan con los mismos colores, que usen la misma marca de ropa, que se hable de los mismos temas, que adquieran ciertas idiosincrasias de estados, personas y personajes. Que sueñen con triunfar y ser reconocidos, porque hoy día se está más abierto, para ello tendrán que pasar por estados obsecuentes y exagerar algún talento. O por lo menos tener una caratula o etiqueta y forzarse, dia a dia, a seguir manteniéndola.



Mi inadaptabilidad social pasa por dos factores, primero la desconfianza y luego el odio, gracias a esto puede tener herramientas de depender de un minúsculo número de personas, por ello, con respecto a mi comodidad, gozar de cierto grado de comodidad.
Dicen que la inadaptabilidad social están dadas por ciertas perversidad, adicciones y crueldad, para mi no es tan así, ya que suelo huir antes de hacer daño, creo que es más cruel quedarse y declarar guerras o competencias, para mi es más util, desintegrarse y tratar de enterarse lo menos posible.


El tiempo y las situaciones podrán torcer mis conductas y predisposición. Hoy siento que poseo cierta libertad para rechazar o aceptar aquellas normas sociales impuestas por el contexto que me rodea.

Pero mi inadaptabilidad social, es decir, mis constantes rechazos a reuniones, a formas de tomar las actividades (como por ejemplo la competencia con otro o con uno mismo, cuando en mi caso es predominante el placer más que el esfuerzo) , mi dejadez, mi auto-planificación, mi ociosidad y a la vez intensidad para moverme; tener pocos amigos y poca continuidad en las relaciones hacen que: tenga que luchar aún más, ante la necesidad de otro ser humano. Y realmente, en la actualidad, no me interesa ni me entusiasma tener una periodicidad real porque, en general y por historia, me siento incómodo y me aburro fácilmente.


Ya no espero, ni quiero, encontrar una solidamente social, pero será esporádica por interés o por comodidad de cierto minúsculo grupo.

viernes, junio 04, 2010

El tiempo pesa
















Cierro los ojos y pienso en colores, podría tomar como referencia el arco iris, pero no, prefiero elegir al azar un color y absorverme en los objetos de ese color, como el rojo y los labios, como el amarillo y las hojas de otoño, como el verde y el pasto, como el celeste y mi iris.
En fin, no puedo profundizar más acerca de los colores, y cambio hacia las texturas, aprieto suavemente una tecla y esa dureza que sube y baja me da un templado cosquilleo, no así como al acariciar la mesa hay una sensación tirando a frío, pero no voy a seguir adentrándome porque requiere de una descarga emocional grande y de suma concentración.


Si trato de meditar y concentrarme en cada una de las partes de mi cuerpo, trato de que estas pierdan tensión, como los dedos los pies, la planta del mismo, el tobillo, recorriendo la tibia, la rodilla, la pelvis y llegar a mi estomago y culminar sumido a los latidos de corazón, pero mi mente se dispersa y hace que la mente gatille una veintena de pensamientos distintos.
Los años que pasan son pesados, el calendario gregoriano es lo que refleja un antes y después, y una especie de hacerse cargo. No estoy en plan de celebración, solo de atención y balance.
Muchas circunstancias me pesan, depender todo el tiempo de un agente externo y tener segundos de levedad por día, más allá de dormir, hacen que piense que sin pesadez tendría una crisis y una nueva forma de plantear la vida.


Ser socio de números de cuenta, de rutinas, de comportamientos, de opiniones, hacen que de alguna forma tenga posesión y fundamento hacia ellos, pero es todo una falacia, porque tengo que recurrir a la tensión y la tensión me hincha las pelotas, asi como el miedo. ¡A cuantos objetos, actitudes y manejos le tengo miedo! Me tengo miedo a mi mismo en el enfrentamiento al agente externo: la gente, el dolor físico y mental, ciertas emociones, cuanto más pienso menos espontaneo soy, a veces extraño esas noches de borrachera, donde los agentes externos eran intrascendentes. Pero la borrachera al otro día me trae depresión.
¿La depresión está ligada al miedo o las incapacidades que se van construyendo con el pasaje del tiempo? La experiencia lo único que trae es entrenamiento a reacciones, distintas o iguales a las anteriores, se puede relacionar a la sapiencia pero no, es haberte movido.

La melancolía me sirve en ocasiones para festejar momentos en cuales la tensión no fue pesada, o tal vez si, pero me sirvió para acordarme de la alegría vivida.

Mi vida se basa en el mal menor, es decir, no subscribirme en determinados detalles, como la complejidad tecnológico: ¿Para que quiero Internet en un celular? ¿De que me sirve sumar contactos en una red social? No sé, en definitiva todo pasa por una cantidad y una compañía virtual que no me cierra.
Asi como por ejemplo mis limitaciones fisicas para mantener la velocidad de años anteriores, cuando cada vez soy más lento y menos predisposición tengo al progreso, porque me causa un esfuerzo y solo medio al fin. No suelo cambiar, no evoluciones, me estanco en la mediocridad y en la decadencia (a través del deterioro fisico y mental), pero a la vez tiendo a la levedad y voy con la frase: “Si tengo que esforzarme inéditamente, sigo como estoy”, son estandartes, son miedos, son controles, es ociosidad, pereza o incapacidad.




Pero en fin, no suelo hacer méritos para los agentes externos, excepto que actúe con miedo a la carencia, cuando hayo carencia, siento dependencia en el medio externo, y varias veces al día me veo envuelto en situaciones de carencia para llamar la atención.

En fin, a esta altura, sobreviví y soy parte de la sociedad, pero con pensamientos rebeldes y fantasías de patear el tablero a unos cuantos y a unas cuantas actividades, pero estas quejas no tienen sustento ni una planificación, así que me sumerjo en la misma mediocridad y decadencia de casi siempre. Menos mal que tengo un tiempito para sacar estas conclusiones y retratar mi actualidad, a mi manera, con auto-juicio. ¡En fin! el tiempo pesa, y se siente al comer, al beber, al hacer ejercicios, a pensar, a recordar, a sacar conclusiones, al compararse.


Juventud preciado tesoro: ¡Como te extraño!

martes, junio 01, 2010

Trotar en Otoño















El domingo, a pesar de que Mayo se despedía, me sentí en otoño. Partí, poco después de las 9 de la mañana hacia el Parque Chacabuco, y la época plena del equinoccio otoñal comenzó a cantar “presente”.

Lo principal fue la tranquilidad que sentí, es decir, la gente con 10 grados, con un cielo gris siendo domingo a la mañana, se queda en la casa, y eso es un aliciente porque no tengo que esquivarla ni prestarle atención.


La combinación del paisaje y la música fueron estimulantes, el camino de hojas amarillas, los árboles casi pelados, el gris del cielo, etc.
Mi buen estado corporal, es decir sin dolores articulares ni estomacales, hicieron, en definitiva, que gran parte del camino me relaje, distienda la cabeza y piense asuntos positivos, sensitivos o de percepción; dejando atrás mi bronca de días anteriores, hacia tomar esta actividad como una rutina para sobrevivir cuando planeo participar de una maratón o ultramaratón.


Fueron poco más de dos horas consecutivas, a un ritmo llevable, sin restricciones de ritmo y tiempos por kilómetro, escuchando la música que quiero y que me entusiasma; observando más detalladamente un paisaje que, la mayor parte del tiempo, obvio.

Y esto es una especie de controlar el tiempo, eso dejarse llevar, hace sentirte con cierta levedad hacia el exterior y un presunto fortalecimiento conmigo


Muchas veces se plantea la felicidad, dicen que hay que buscarla, pero a veces se encuentra, más allá de que el día comenzó con un despertador que irrumpió el sueño y las dudas de salir al exterior o seguir durmiendo, estuvieron latentes unos cuantos minutos.

Al despertarme, malhumorado, me pregunté “¿hasta cuando voy a seguir con esto?” y esa postura cambió al llegar diciéndome “¡Que bueno haber salido hoy!”. Estos antinómicos escenarios muestran la flexibilidad vital, y que justamente el moverse, a veces uno puede tener la sorpresa de generar eso; consecuentemente, hace que me enamore, cuan melancólico, de estos momentos.


Trotar, en muchas situaciones, me hizo encontrar con la mejor parte de mi, sabiendo o suponiendo que mi esencia tiene muchos estadios.