martes, junio 01, 2010

Trotar en Otoño















El domingo, a pesar de que Mayo se despedía, me sentí en otoño. Partí, poco después de las 9 de la mañana hacia el Parque Chacabuco, y la época plena del equinoccio otoñal comenzó a cantar “presente”.

Lo principal fue la tranquilidad que sentí, es decir, la gente con 10 grados, con un cielo gris siendo domingo a la mañana, se queda en la casa, y eso es un aliciente porque no tengo que esquivarla ni prestarle atención.


La combinación del paisaje y la música fueron estimulantes, el camino de hojas amarillas, los árboles casi pelados, el gris del cielo, etc.
Mi buen estado corporal, es decir sin dolores articulares ni estomacales, hicieron, en definitiva, que gran parte del camino me relaje, distienda la cabeza y piense asuntos positivos, sensitivos o de percepción; dejando atrás mi bronca de días anteriores, hacia tomar esta actividad como una rutina para sobrevivir cuando planeo participar de una maratón o ultramaratón.


Fueron poco más de dos horas consecutivas, a un ritmo llevable, sin restricciones de ritmo y tiempos por kilómetro, escuchando la música que quiero y que me entusiasma; observando más detalladamente un paisaje que, la mayor parte del tiempo, obvio.

Y esto es una especie de controlar el tiempo, eso dejarse llevar, hace sentirte con cierta levedad hacia el exterior y un presunto fortalecimiento conmigo


Muchas veces se plantea la felicidad, dicen que hay que buscarla, pero a veces se encuentra, más allá de que el día comenzó con un despertador que irrumpió el sueño y las dudas de salir al exterior o seguir durmiendo, estuvieron latentes unos cuantos minutos.

Al despertarme, malhumorado, me pregunté “¿hasta cuando voy a seguir con esto?” y esa postura cambió al llegar diciéndome “¡Que bueno haber salido hoy!”. Estos antinómicos escenarios muestran la flexibilidad vital, y que justamente el moverse, a veces uno puede tener la sorpresa de generar eso; consecuentemente, hace que me enamore, cuan melancólico, de estos momentos.


Trotar, en muchas situaciones, me hizo encontrar con la mejor parte de mi, sabiendo o suponiendo que mi esencia tiene muchos estadios.

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