miércoles, noviembre 18, 2009

A esta altura del año


Seis menos cuarto se prende el televisor, señal de que tengo que abrir los benditos ojos, para levantar la conciencia, y comenzar un nuevo día a un horario que me es forzado empezar.
Mi primer balbuceo de estos últimos días al primer centelleo de la TV es:”La puta madre, otra vez”. Me quedo remolando en la cama, subyugado al televisor y los noticieros cuya costumbre de dar malas informaciones me parece irritante, pero no quiero mover un dedo para ponerme en pie e ir a lavarme los ojos, que yacen semicerrados, mover las piernas cansadas de tanto estar sentado o parado a lo largo del día anterior.

Pero a esta altura del año no puedo hacer grandes cosas ni grandes cambios, especulo con todo, con tal de abstraer mi mente a un agente externo que me entretenga o me tenga embobado: TV, música, Internet, etc; la cultivación del desarrollo intelectual o de razón involuciona, es por eso que a esta altura del año me conviene minimizar el dialogo, porque seguramente mi nivel de conciencia será muy primitivo con respecto a mis idelogías.

A esta altura del año están las reuniones, y como el desarrollo del habla y de la atención disminuyen por el estado estenuado, desembocando en somnolencia y aburrimiento; de por sí la gente me agobia con sus logros, sus conclusiones, su lucidez, su manera de ver el mundo, que teniendo a mi favor la injustificación de mi presencia que atengo a mover afirmativamente la cabeza, casi sin saber que me quieren comunicar.

A esta altura del año mi nivel de concentración fluctúa en la boludez, tengo que leer miles de veces algún párrafo o frase de libro, diario o revista, para dar con la idea expresada.

A esta altura del año, no me interesa conocer gente nueva, siquiera lugares nuevos, me podría sorprender, pero no me da la memoria para recordar un nombre, un paisaje, un momento, una frase, una canción.

A esta altura del año reflexiono si tengo que ir a correr, entre el dolor en el tobillo y mi fatiga mental y muscular, siempre gana: el ocio, el paquete de papas fritas, la levité y algún partido o comentario de fútbol, que hablan cosas concretas del juego y sus chismes. Las pruebas atléticas y las aguas abiertas, a esta altura del año, están totalmente descartadas.

A esta altura del año, siquiera puedo planificar, el mismo no culmina, y no hay un camino claro para decir voy a hacer esto y lo otro porque no, los planes son frágiles y débiles, por ende mi actitud sigue siendo la haraganería y el ocio, algún día dije que mi pecado capital preferido era la pereza, a esta altura del año lo rectifico.

A esta altura del año, en el ambiente laboral, miro el reloj a cada momento, me siento incómodo, y eso que el contexto es gustoso, pero me mata, a esta altura del año, la rutina impuesta.

A esta altura del año, me doy cuenta que numéricamente se me va otra década, y el haber vivido muchos años y pensar como si tuviera menos edad, me da incredulidad de cuanto tiempo pasó de que sigo pensando y actuando casi igual.

A esta altura del año, me da ganas de escribir estas cosas superfluas y opacas, porque a esta altura del año florece mi decadencia.

martes, noviembre 10, 2009

El yoismo




Partiendo de la base del significado del término yoismo, si nos referimos al latín, “yo” tiene origen al ego, y “ismo” se refiere a la palabra "práctica", por ende, es la práctica del ego, colocar el mismo en primera persona.
Utilizando el sentido común el “yoismo”, en el orden linguístico, puede ser el abuso del término yo, en el habla.
Por ejemplo: “Yo estuve ahí en Finlandia, porque yo me morí de frío, pero igual yo lo pasé muy bien”; como para dar un ejemplo burdo. El repetitivo uso del YO y/o el gran egoísmo, son parte del uso de esta palabra, inexistente en la Real Academia, pero decantada en el lenguaje cotidiana.
Ahora, ¿ Por que el yoismo está tan mal visto, si realmente focaliza el ser?
Cuando uno escribe en un blog, por ejemplo como lo hago ahora, sin duda hago práctica a una subjetividad desemboca en un yoismo; sea para el halago como para la crítica, proveniente de uno mismo como del exterior. Como bien leí en una pseudo-definición:
“La persona reconociendo a su yo, se convierte en su propio SOBERANO. Esta visión del egoísmo ve en el otro a una persona con igual capacidad de gobernarse que la que uno tiene, por tanto no se trata de una visión competitiva de la persona en relación a las demás, sino de una actitud ante uno mismo que en nada impide la cooperación mutua o el compromiso voluntario, y que incluso puede alcanzar su mayor desarrollo en el ejercicio de estas.”

¡Ojo! que el yoismo es una arma de doble filo, ya que por situaciones de enaltecer el propio ego, la persona puede ser cínica y perjudicar a los otros, ya que el yoismo carece, en esencia, de la voluntad comunitaria, exceptuando que el hecho filántropo sea hecho para satisfacción personal, con consecuencias beneficiosas para el otro.
Particularmente opino que las grandes personalidades han practicado en su vida, el yoismo, ya que al ser líderes y hacer poco caso de ajenas opiniones, sino hacer uso para construir un mundo mejor, lograron su propia satisfacción extendida, como consecuencia, a muchas personas, estas personalidades pueden ser: San Martin, Gandhi, Shindler, etc.
Otro quisieron refugiarse en su propio “yo” y aislarse, pero sin embargo fueron grandes referentes en lo artístico, como por ejemplo: Fredrich Nietszche, Van Goth, Kafka, etc.

Pero aquel que no práctica el yoismo proveniente de su propio ego, sinceramente en mi opinión, es una persona parásita, es decir dependiente del “yo” que lo manipula, para el cual el hombre (o la mujer) es dócil y sumiso, para conformar un yo obsecuente y repetido.
En mi opinión, la libertad y el desarrollo del yo, puede construir bases para un mundo mejor, siempre y cuando el yo hace inmersión en cada uno de los contextos que mira, y repitiendo solamente cuando provenga una auto-reflexión de lo que ocurre.
Pablo Gomez describe en una nota interesante de "MDZ online", situaciones del yoista argentino y de otros paises en el siguiente link http://www.mdzol.com/mdz/nota/55870
A pesar de que hay una paradoja en su última frase: “el antiyoísmo bien entendido, empieza por casa”, porque el antiyoísmo, no tiene poder reflexivo, ya que uno focaliza la mirada del yo, a partir del otro.

Particularmente no conozco una persona que no haga uso de la práctica yoista.

Haciendo una exaltación del yoismo, escribí esta entrada en mi blog

lunes, noviembre 02, 2009

Las pérdidas


Al fin y al cabo, el mundo y la naturaleza te sorprende.
La semana anterior, incluso hoy mismo, tuve que soportar las pérdidas de muchos crías de patos, hasta de una de las patas adultas.
Los patos, las crías de la semana pasada que eran 10, hoy solo quedo uno y encontré a uno muerto, sin saber la razón, los otros ocho ni noticias.
La semana pasada desapareció la otra madre, Matraca, y sus dos hijos, yá de tres semanas y bastantes grandecitos. Con esta última tenía comunicación, sentimientos y hasta confianza, pero yo no soy el dueño durante casi todo el día, es por eso que no pude saber nada de ella.
El lunes pasado, al no encontrar rastro de ninguno de los tres, me sacó el sueño, me angustió hasta sentí desgano por algo que tal vez ni tengo que alterar, simplemente porque sentía cariño por esta pata.

Hoy luego de un fin de semana veo a la otra pata con solo dos cachorritos, y al mediodia encontré uno muerto, es decir está la patita escondida La actitud de la madre pata es desesperante, se agazapa, no para de cuak-cuak pero de desesperación. Está asustada y escondida, los patos machos están volviendo a arremeterla y acosarla para intentar copular con ella.

Estas situaciones, en las cuales, los animales son vulnerables, ante los embistes de la naturaleza y de lo que lo rodea: vaya a saber si tragaron algún veneno, si se lo comieron ratas o algún que otro bicho, o los mismo patos machos han matado a sus propias crías, aunque el rol de padre no existe en los patos.
La tendencia está en que otra pata va a desaparecer y sería la ultima pata del lugar, los 2 machos tienen vida normal y controlada, el habitat jamás les puso la vida en peligro, ya que hace más de dos años que se encuentran en el lugar, las tres patas no llegan al año de vida (hay dos desaparecidas)
Sin duda la vida de las hembras en este lugar, las ha llenado de stress, de miedo y luego de muerte. Y justamente al dar vida y tener paciencia para empollar un mes, se encontraron muy repentinamente con la muerte y/o la desaparición.

En definitiva la historia de estas tres patitas me trae congoja y angustia.