lunes, noviembre 21, 2016

Otro banda reencontrada en el 2016

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Corría los finales del 1991, incursionando en la adolescencia, donde mis valores eran ver fútbol, jugar a las canchitas, escuchar y cantar música.  Para esa época, una radio zonal pasaba música en castellano y rock Argentino de manera predominante.   Me compré un casset porque un tema llamado: “Bienvenidos al tren” cantado por el hermano de Calamaro, llamado Javier.  Calamaro estaba en ese momento en España, con un grupo de nombre “Los Rodriguez”.  Contaba con una adolescencia sin atractivo para ninguna mujer, por ende mis salidas, era ir a la cancha o escuchar música todo el tiempo.  Al otro año fui a mi primer recital masivo donde la fiebre de Queen me pegó, asi como “The Beatles” en años ha.  Una de las bandas soporte fueron “Los Guarros” y me había encantando su performance, además que ya tenía el casset. 
Así me han acompañado durante un par de años, en los que fui muy, pero muy fanático, a lo cual, siendo menor de edad, he ido a recital en antros que no estaba acostumbrado y en Mar del Plata, en un lugar llamado “Margarita”, donde me daba un tanto miedo, pero culminé una noche maravillosa, en medio del escenario, con minita y con Javier que me puso el micrófono para cantar.  No pude dormir de lo contento que estuve, y ahí es donde nació uno de mis tantos amores por una banda de Rock.  Mi amor es ridículo, mi vida también, asi que mutis en ahondar la justificación.
Me enteré de la vuelta de “Los Guarros” la semana pasada, y no dude en asistir al Rosedal el sábado 19 de Noviembre.  Como el recital era gratis, dudé de mi seguridad, y realmente, por fortuna, me equivoqué en el preconcepto. 
La banda principal era Airbag, aunque Animal una hora antes que llegue, había llevado muchísima gente.  Llegué con “Coverheads” una banda de covers que está, de a poco, teniendo tendencia nacional y uno de los lideres es German Trippel.  Luego “Barco” una banda de funk que suena aceptable.  Después de unos 15 minutos, una especie de video introductorio del fundamento porque se volvieron a juntar “Los Guarros”, y salieron con el tema “Rosas en tu pecho”, donde canté enfáticamente delante de chicos, muy chicos para mi, algunos con sus padres, la canción con un tanto de timidez. 
Me sentí como si fuera visitante y en la tribuna visitante seríamos 10 que seguimos a ese equipo, con la diferencia de un respecto absoluto del público que fue a ver otra cosa. El espectador de fútbol continua siendo un cavernícola. Canté las canciones que conocía y me sorprendieron la voz intacta de Javier Calamaro y lo showman que sigue siendo avivando al público y mandando fruta. Gitano Herrera impecable en la guitarra.  Una performance de, aproximadamente, una hora, donde pasaron por sus discos y cantó las dos canciones que popularizo con su hermano Andrés: “No me nombres” y “Este minuto”.
Volvieron “Los Guarros”, retornó un pedazo no tan agraciado de mi vida, pero que la música de ellos le daba el sentido de sonreir y me energizaba.  Todo fue mejor de lo esperado.  “Vamos a la Ruta”, con ayuda del público cantando el título del tema, fue el último tema.
Javier Calamaro resume su vuelta con: “GLORIA es eso que vivis cuando sentis que lograste algo que te merecías desde hace mucho tiempo; cuando estas eufórico, inspirado y descargando toda tu energía haciendo lo que mas te gusta; cuando jugas en equipo y te sentís ganador sin importar el resultado…
Anoche volvimos con gloria. Total!
Con la sensación de que había pasado solo una semana desde el ultimo show; con un montón de sensaciones encontradas.
Así nos fuimos a dormir: felices, eufóricos y agradecidos de la vida… y con ustedes
Así que… muchas gracias por estar con nosotros!


viernes, noviembre 18, 2016

Otro Reencuentro

















Estando en la oficina donde trabajo, de repente suena el teléfono y una voz muy respetuosa pregunta por mi nombre y apellido.  Pregunto “¿de parte de quien?”, me responde que es el viudo de mi madre. Continuamos hablando por un rato y me comentó que se separó de su tercer esposa.  Si bien, en este sentido, el piensa de diferente forma que yo,  acaba en soledad.  A sus 76 años, el puede vivir sólo, y yo estoy pensando, al no sentirme seguro que después de determinada tengo que estar acompañado o internado en algún lugar, porque soy una persona débil que, tal vez, no sabe moverse por si mismo. Aunque, igualmente, prefiero que el estado de anestesia (a lo Bukowski) me lleve, a sabiendas que yo no soy conocido en ningún medio, y Charles Bukowski tuvo un séquito de personas que lo asistieron.

Finalmente nos citamos un domingo en su hogar, en un lugar en el barrio de Munro. A priori pensaba que una persona a su edad le iba a costar mantenerse en pie, que iba a patinar en el habla, que no se cuanto más. Esos prejuicios se deben porque sé muy poco de gente de su edad y su manutención.  Además a mi madre la vi anciana cuando ella tenía 56 años y la internaron en el barrio de Temperley.

Fui a la casa, lo ví, y realmente gestualmente intacto. Hacía 6 años que no me encontraba con él, le instalé el whatsapp y fuimos a tomar la merienda en un lugar, donde solíamos ir los tres, nosotros dos y mi pareja de ese momento.  Realmente, yo siento mucho el pasaje de vida y me veo proyectado a gente mayor que yo, y sin dudas, se lo veía bien: lúcido, didáctico, reflexivo, analítico y bastante coherente en cada una de sus conclusiones. Sin dudas, me ha gustado conversar y poner al dia con él. Nos contamos cada quien de su vida, e hicimos catarsis de las frustraciones conllevadas, así como los momentos sosegados y de abundancia.  El sigue trabajando vendiendo productos de ferretería y demás, cada tanto. Su ex mujer se quedó con su auto y la casa, y además le sigue exigiendo cosas. Parasitarios y perjudicantes hay todos lados: supongo que con la excusa que se lo “merecen” por el hecho que usaron su tiempo para “servirlo” y “amarlo”.  En fin, todo lo que sea cuestión de dinero hace cruel al ser humano.  Y realmente, creo que casi todas las relaciones que uno tiene es por la posición que se ubica y “la guita” como el sol, siempre está.

Me acompañó a la parada, me tomé el 93 y me fui lleno de grata sorpresa y de, algo más, de conocimiento.

martes, noviembre 08, 2016

Chau auto de mierda






















Hay relaciones de todo tipo. Mi relación con mi primer auto fue de regular para abajo en el promedio y en los últimos años fue malísima. Siempre me enfadé, y procrastiné muchos arreglos y detalle. Aprendí a odiar a este y odiar manejar. Aunque decir que me tranquilaba en pocas ocasiones de reuniones hasta la noche.
En definitiva, tendré que aprender a usar taxi, porque siempre va a ser mejor inversión que mantener este auto y quedar a la deriva de si puedo estacionarlo, si arranca, si no se funde el motor.

Alrededor del auto conocí personas muy buenas negociadoras, tanto para el que me lo vendió como el que terminó "comprandomelo". Realmente, ellos fueron los mejores postores para la puja del precio de compra y venta del misma. Obviamente que no volveré a transaccionar con ninguno de ellos por la compra de un bien amortizable, como por ejemplo un automovil.  Y también los mecánicos que se rieron de mi ignorancia por los precios y por los autos, exceptuando el tipo que me cambió el aceite que me mandaba a comprar respuestos y me decia lo que hacía y cuanto costaba, detalle por detalle. 
Con los demás me vieron la cara de pelotudo, y está bien, porque así es el mundo donde el dinero hace elevar el estado de ánimo, y ganarle a otro, mejor aún. 

El auto tuvo como subrayando muchos problemas los problemas de arranque.
Yo no lo quise venderlo, quise sacarmelo de encima. Cuando pujo el precio razonable con uno de estos vendedores, lo llevo a Devoto y comienza a encontrarle cosas como rayones, tapizado, el bloqueo a la calefacción, el pie del motor. Lo quiero arrancar y se queman los condesadores, y el tipo me dijo que lo tiene que llevar a arreglar, por ende, que me ofreció un precio muy bajo, me lo bajo más.  Y yo peleé el mismo con la excusa que con el precio que me das  lo prendo fuego y lo vendo como chatarra. El tipo se río. Pero yo no tengo fuerza, no se pujar, no se enfrentarme a otro ser humano que vive bien en un mundo y situación capitalista, que le sienta muy cómoda. Y perdí y terminé vendiendolo a dos pesos. 
El tipo para forrearme un poquito más, con toda razón porque soy un forro, me quizo regatear una luca, sólo por el placer de burlarse...Le dije que no, que me quería ir, y me fui, como un perdedor nato. Situación de mierda que espero no volver a tenerla.

Con respecto a los autos, no tendré por un tiempo largo, y empezaré a vivir una vida que tuve antes del auto. Y realmente, el balance me demuestra alivio, como si fuese la salida de una relación de mierda.  En definitiva, no lo voy a extrañar


miércoles, noviembre 02, 2016

La hipocondría






 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Comencemos con la definición del tema que me atañe en esta entrada de mi cuadernito que anoto cositas:
“La hipocondría es una actitud que el individuo adopta en la enfermedad.  La persona se somete, constantemente a un autoanálisis minucioso y preocupado, incluso obsesivo, de las funciones fisiológicas básicas, y piensa en ellas como una fuente de segura enfermedad biológica.”
Partiendo de la base, como alguna vez escribí, que aparentemente carezco de una red de contención, por el hecho que mi personalidad muy atractiva no es, vaga por diferentes estadíos irritables para cualquier entorno, apartándose y huyendo de los acontecimientos que, para mi, no son nada fácil de solucionar.
El tiempo pasa, el empirismo acarreado, me ha potenciado cierta fobia a cada padecimiento, y al envejecer, cada vez más hipocondriaco, entonces asocio cada picazón, dolor de estómago, mancha en la piel, dolor de cabeza, palpitación, mareo, pesadilla a una enfermedad terrible en la que culminaré postrado en la cama de donde esté viviendo.
Lo que más me preocupa es la dispepsia, cada vez más fuerte, o por lo menos que focalizo más seguido. Entonces evito el café, el alcohol, mucho más que antes.  Pero, como realizo todo de mal manera o a medias, o mal, entonces no me cuido con otras comidas.
Es que la voluntad no la tengo en nada en lo que me tengo que enfrentar dia a dia, y me voy apagando.
El ser hipocondriaco está relacionado con crisis existenciales, y siento que la vida es dolor y deterioro. La vejez es despreciada en el reino animal, los animales suelen a apartarse y a dormir cuando están viejos.  El ser humano pareciera que necesita lo contrario: juntarse y dormir menos.
También uno es hipocondriaco, según el Doctor José Antonio Garcia Herrera, cuando uno tiene relaciones interpersonales desastrosas. Como a admito que me sucede, tengo una inteligencia interpersonal desastrosa.  No sé conversar, no puedo convencer a nadie de nada, no soy seductor, no atrae mi experiencia, ya qué no la sé enaltecer. En fin, en algún momento me califiqué como un ser ignorante en este tipo de relaciones que realmente, además de no experimentarlas demasiado, no me interesa hacerlo.  A lo largo de la vida, me he “salvado” en soledad en la mayoría de las veces.  Habré tenido algunos ángeles que le estoy eternamente agradecido, pero no soy el angel de nadie.
El hipocondrio es un órgano en la región superior y lateral del abdomen (dolor que padezco recurrentemente).
Algo que estoy muy de acuerdo con la doctora Amparo Fusher:  “El hipocondriaco está todo el tiempo alerta a lo que sufre su cuerpo.  Además tiene miedo de los efectos adversos de los medicamentos.”
Por consecuencia, evito tomar medicamentos porque creo que me van a dar una patada el hígado, y sin embargo, cuando padezco de dolores musculares me clavo un diclofenac con B12.
La vida es dolorosa, hay muchas prácticas como la buena alimentación, meditación, el camino a la nada, que hacen postergar los diferentes dolores que aparejan. Sin embargo, el sistema te exige ser competente, rápido y atractivo para que sigas percibiendo un valor que te permita mantener un status conllevado.