Ser macrista o votar a Macri

Mauricio Macri un hombre, al que reafirmó su gobierno por el apoyo de la mitad del pueblo de la ciudad autónoma de la Ciudad de Buenos Aires.



Mauricio Macri, cuya cadencia en el habla, a mi entender, es irritante e irritable. Que es caprichoso, que cambio la postura de agresivo y descalificador, a pacifista, pluralista, de concenso y tolerante (sólo en sus declaraciones). Que dice frases hechas con desgano, lo cual lo hace poco creíble. Su mirada encierra alexitimia, sus ambiciones son siderales pero no por ayudar, sino por negociar con sus testaferros y lobbistas. Si yo observo el rostro de este señor, me genera mucha desconfianza. Y al oirlo con el negro Gonzalez Oro decir que tiene vocación de ayudar, me resulta una incoherencia total, ya que los empresarios sin escrúpulos, no poseen esa virtud por encima de devastar a la competencia.


Si bien se puede asociar o incorporar a gente nefasta como Abel Posse o “el fino” Palacios, su gran adquición fueron Micheti y María Eugenia Vidal que tienen mucho más “calle” que este señor que siempre se rodeó de riquezas y opulencia.
Pero, en fin, estas son apreciaciones particulares. A continuación ilustraré con opiniones a favor, neutrales y en contra.


Anibal Fernandez, jefe de ministros, manifestó: “no me sorprende que la Ciudad se le parezca a Macri y que nunca vi a nadie que le importara tan poco un gobierno como a los porteños.”

Fito Paez, cantautor, expresa, entre otras cosas, que: “aquellos que votaron a Macri le gusta tener el bolsillo lleno, a costa de qué, no importa. A la mitad de los porteños le encanta aparentar más que ser. No porque no puedan. Es que no quieren ser.”

Horacio González, director de la Biblioteca Nacional manifiesta que “el macrismo propone una profunda despolitización, una deshistorización electoral. Nadie pensó en el fenómeno que estaba generando, un bloque cultural profundo en la ciudad.

El ser macrista supone una suerte de estado de balance de las ideologías argentinas, despojadas de sus características más específicas. Además, hay un estilo evangélico que linda con la represión y el racismo, pero no se dice explícitamente. Es como si hubiera venido a resolver el problema de la derecha cerrada, en un ambiente de francachela”.

Un referente peronista Julio Bonanno dijo sobre el machismo: ““En el PRO deberían realizarse un test de tolerancia, ya que parece tenerle fobia al peronismo que llegó a 9 de Julio para traer a esta ciudad un gobierno peronista”.

Horacio Verbitsky, escritor, realizó una asociación entre el gobierno militar y la ideología macrista: “La denominación PRO surgió de un discurso presidencial dirigido a explicar cómo se combatiría la corrupción para suplantarla por la honestidad, la idoneidad y la eficiencia. Según el jefe de Estado que inspiró a Macri, con madurez y sentido de unidad es fácil pensar en la recomposición del ser argentino. Ese ser argentino, basado en madurez y sentido de unidad, permitirá inspirar para elevarnos por encima de la miseria que la antinomia nos ha planteado, para dejar, de una vez por todas, ese ser anti y ser, de una vez por todas, Pro: Pro argentinos. El autor de esas palabras fue Jorge Rafael Videla y las pronunció en su mensaje al país del 24 de mayo de 1976, al cumplirse dos meses de su gobierno.”

Un forista anónimo expreso: “Me parece que la gente esta harta en la Capital del estilo K y sus alegres muchachos y votara una opcion mas acorde con sus intereses de ciudad y sus intereses de clase. Es tan legitimo como que el sector mas favorecido por el gobierno y ahora incluyo a los homosexuales que no son proles para nada lo apoyen a rajatabla.”

Para finalizar redondeo, con humor, las razones de la gente que voto a Macri, por Santiago Varela:
“Un reciente estudio encargado por una Prestigiosa Institución y hecho por Alguien, elaboró el siguiente listado que indica quiénes fueron, fehacientemente, los que votaron a Macri.


1) Los que aman a Macri.
2) Los que están de acuerdo con la forma de pensar de Macri.
3) Los que no saben qué piensa Macri, pero que igual les gusta Macri.
4) Los que se sienten totalmente representados por Macri.
5) Los que están en contra de Filmus.
6) Los que están en contra de Cristina.
7) Los que no la tragan ni a Cristina ni a Filmus.
8) Los que odian visceralmente a Cristina, a Filmus, a Víctor Hugo, a Forster, a Barragán y otros de la misma laya.
9) Los radicales de la capital, que pusieron a Giúdici para disimular.
10) Los duhaldistas de la Capital, que pusieron a Todesca, pero no lo pueden disimular.
11) Los lilitienses, para que Lilita esté feliz sin necesidad de tomar la pastilla verde en ayunas.
12) Los que no les interesa la política, ni los políticos y que creen que Macri trabaja de ingeniero.
13) Los que dicen que están aburridos de ideologismos, intelectualismos, academisismos y otros ismos similares.
14) Los que no les gusta cambiar de caballo en medio del Riachuelo.
15) Los que nunca les gustaron los progres porque se la creen.
16) Los que nunca les gustaron los bolivianos, los peruanos, los paraguayos y los negros en general... Ojo, nada personal.
17) Los que están bien sin necesidad de pensar por qué o por quién están bien.
18) Los que están muy bien independientemente de que sí sepan por qué o por quién están muy bien.
19) Los porteños que no usan las escuelas públicas ni los hospitales públicos, ni los medios de transporte público. Y que tampoco les molestan mucho los baches.
20) Los que aman el cotillón, los globos y el papel picado y que, además, saben que la discusión y la preocupación produce arrugas.
21) Los de ultraizquierda para no darles el voto a los reformistas de siempre.
22) Los de ultraderecha para no darles el voto a los zurdos de siempre.
23) Los que piensan que el acto de meter una papeleta en un sobre en el cuarto oscuro es un acto personal y solitario y que, como el onanismo, no es para después andar divulgándolo por ahí.
24) Otros. “