lunes, febrero 01, 2010

La fiesta de Casamiento



Culminando enero del 2010, Florencia me invitó a un casamiento de un amigo de ella que coincidieron en un foro de Internet, para lo curioso es que a este muchacho lo conocí antes aún en otro foro de Internet que hablaba sobre fútbol y que nos juntamos una gran cantidad de veces a jugar al fútbol y/o a comer algo, siempre como tema presente: el balonpié y todo su entorno.

En fin, la cuestión es que no estoy de acuerdo con las fiestas de casamiento, en realidad con lo que conlleva todo eso.
Primero el lunch, que sonreis, comés, y dejas pasar el aburrido tiempo. Ya me estaba enfadando con mi disfraz, es decir, ropa no acorde para esta época calurosa del año.
La ceremonia fue mixta, donde los protagonistas en un altar escuchaban el guión de sus representantes religiosos palabras como DIOS, amor y otras tantas frases idealistas, Sin dudas, un émbole.
Luego nos sentamos en la mesa, nadie hablaba, solo entre los conocidos, es decir con la persona que cada uno tuvo al lado, eso fue una constante y se me hizo re-largo, ya que soy muy quedado con los desconocidos.
Finalmente los novios ingresaron al salón, con pitos y flautas, y luego comenzó a sonar música judía, y todo se enrareció, parecía que era un espectador de una película, los rostros alegres, la gente mimetizada con el baile, las rondas, todo parecía coreográfico, quedé perplejo ante tanta pasión en la cual no me elegí no identificarme, sin siquiera acoplarme.
Luego lo previsible, por cada plato de comida, un baile distinto, como el vals, donde me asombró que casi todos los hombres se colocaron el saco y deseaban bailar con la novia, la verdad que, al no conocerla y no gustarme bailar el vals, no accedí a dicho baile, simplemente volví a jugar el rol de espectador.
Luego las tipicas canciones de salsas, algunas de hoy dia otras de ayer, pero la gente, de todas las edades, volvía a divertirse, y yo sinceramente envidiaba tal forma de diversión, porque, al ser tan limitado, nuevamente me quedé al margén.

Las viejas y nuevas costumbres de fiestas de casamientos siguieron su paso, con la “tirada del ramo” para las mujeres y la “tirada del cartón del vino.
El aire acondicionado no alcanzó, pero fuera del salón, cuando llegó la mesa de dulces, que para este verano caliente, es demasiado empalagoso.
Y llegó el horario de partir.

En conclusión saco, que se afirma que no es de mi gusto las reuniones adonde se come y se baila, y tampoco me gustaría ser protagonista.

Supongo que las fiestas de Casamientos tienen origen de la Aristocracia, donde el novio y la novia juegan el rol de príncipe y princesa, y todos sus invitados los veneran y congratulan a estas personas que juegan por un tiempo a estar hermosos con sus vestimentas, el brillo de las alianzas, los adornos del salón, todo me hace pensar que la gente vive en un castillo.

1 comentario:

Natie dijo...

Me encantó el último parrafo.