Planes macabros

A lo largo de mi vida, ha reinado más el odio que el amor, si bien son dos pasiones, una puede ser de índole destructiva y la otra constructiva. Pero, reprimir el odio no es destructivo ??????

De pequeño, en las grandes cenas de fin de año, teniendo como colorario los almuerzos de principio de año; sentía un tremendo aislamiento de parte de la gente grande de la familia no elegida y eso me llevó al aburrimiento; junto al aburrimiento desembocaron pensamientos oscuros, como las ganas de romper todo y que se arruinen esos festejos furtivos y tan hirientes para mi, que hacian que bloquee mi ser y permanezca quietito como un fantasma que ocupa un lugar.

A partir de eso, y comprobándolo en otras reuniones, me dí cuenta que la gente en gran número no me hace divertir, puede haber aliados como lo fue mi hermano, pero todo se rodeaba de convencionalismos y temas del dia que no realmente no me eran elocuentes.
Además tampoco podía jugar a las cartas ni al dominó, porque para los grandes, era muy pequeñito.

Muchos chicos en la primaria se burlaban de mi, por lo sucio, desprolijo y desalineado. Varias veces llegaba a mi casa proyectando oniricamente violencia ante ellos, en forma macabra y resentida.

Varias veces esas tormentas mentales me han llevado a "la dirección" por pegarle a alguien, pero eso no me hacía sufrir, ya que más pena y congoja sentía, cuando algún niño se burlaba y además ganaba cada riña, y vaya que los hubo. Por cada batalla perdida, yo llegaba a mi casa desconsolado: sin venganza, golpeado y humillado.

En el colegio secundario corrí con la misma suerte, está vez se reían de lo flaco que era.
Lo más doloroso que en esta segunda etapa, estube acompañado de la pubertad.
Mi despertar sexual me llevó a desear a una mujer, aunque sea tocarla o besarla, pero me era imposible para esas epocas, es por eso que veía a ellas como "entes abominables".
Además de tener el cuerpo casi esquelético, no he tenido verborragia, y además las féminas se anticipaban a mi, con su cruda pero sincera crueldad, dandóme a enteder que era "horrible".

Como todo mounstro o bestia, quise vengarme de todas ellas, y he llegado a robar sus pertenencias delante de sus narices, he tirado gaseosa sobre sus vestiduras, he tratado de tener contacto como si fuese un accidente, he insultado, entre otras injurias producto de mis heridas.
Si no podía siquiera vengarme, entonces caminaba más de cincuenta cuadras junto a mis sollozos.

Cada mal que causaban, las personas que me sentía humillado, reflotaba mi odio contra mi deseo de pertenecer a alguien, de ser respetado, de ser un humano normal.
Recuerdo que cada noche, mis pensamientos reflejaban un rostro a destruir, a golpear, o hasta de aprovecharme de ella.
¡Y cuanto que odié!
Cuanto me odié cada vez que el plan macabro no tenía los resultados esperados o los reprimía por la sencillez de mi temor, de impotencia, de mi debilidad, de mis carencias.

Un día en épocas facultativas, rondando los 21 años, mi padre junto a su mujer, se trasladó a vivir con nosotros. La convivencia se hacía dificil, mi padre suplicaba a un pseudo-DIOS: "¿Para que los tuve ? ¿ Quien carajo me obligó a tenerlos ?" .
Mi mente iba procesando estos pregones, y comenzaba a acumular resentimientos. De súbito, una noche, su mujer intento pegarme, y temperalmente me he defendido.
Mi hermano, mientras tanto, al ser más débil, recibía agresiones fisicas y verbales de ambos, sin ofrecer ningún tipo de resistencia.

Finalmente mi plan macabro, que me llevó concebir durante casi un año, era irme de la casa de ellos, sin ningún tipo de aviso y no volve nunca más. Asi se sentenció, mi venganza fue cumplida y los deseos de mi padre cumplidos, ya que yo solo iba a quedar en el recuerdo.

Hoy día, trabajo en una consultora de sistemas, y después de siete años en que la verdad, sentí mas peticiones y presiones que gratificaciones, llevó a renacer mi odio ante todos los miembros que se sienten pertenecientes.
He descubierto falsedades, dogmas de tipo :"Los proyectos son así", "Aca hace falta compromiso después de hora laboral", "Ponganse la camiseta", "Hay que completar los siguientes formularios", etc, etc.
Al observar tanta presión humana, me volví a deshumanizar y comenzé con mi plan que consistía en contestar mal, tratar ironicamente de UD. a gente endiablada, repeler todas las charlas que me proponían, a demostrar una desastroza motivación para hacer las tareas infundadas, además de no sentirme capaz de hacerlas.

Y a fantasear con un futuro correo electrónico destapando ollas de muchos referentes de está empresa, además de insultarlos de arriba a abajo, por todas las heridas causadas.

Todas las noches ensayo la forma de despegar, el dialogo final y todos los días son un gran fracaso, ya que permanezco en este teclado, junto a este monitor, perpetrando mi plan macabro que, tal vez, mañana empieze a gestarse.