En estas fechas de carnavales, una de la fiestas más tradicionales festejadas en el mundo tienen un probable origen en los rituales paganos a Baco, el dios del vino; en los festines que se realizaban en honor al buey Apis en Egipto; o en las "saturnalias" romanas, en honor al dios Saturno.
Con el paso del tiempo, el carnaval fue adoptado por los pueblos que poseen tradición cristiana, precediendo a la cuaresma. El término carnaval proviene del latín medieval carnelevarium ("quitar la carne") refiriéndose a la prohibición religiosa de consumir carne durante los cuarenta días que dura la cuaresma.
En la actualidad, el carnaval se encuentra muy arraigado a la celebración popular, alejándose de su significado religioso, alargando los festejos a los primeros fines de semana del mes de marzo.
La devoción del hombre por usar mascaras puede encontrarse ya en el antiguo Egipto o en Grecia, e incluso en el teatro japonés. Pero en el carnaval propiamente dicho fue Italia la que adoptó la careta, más precisamente Venecia, donde se usó no sólo como vehículo de alegría sino que sirvió para guardar el incógnito y gozar de impunidad en venganzas y conspiraciones, aunque también facilitó romances y amoríos.
La costumbre de arrojarse distintos tipos de elementos también fue heredada de los romanos, quienes se divertían tirando con fuerza confites de menta, rosa o anís a la cara de los transeúntes; de aquel habito fue que se adoptó el papel picado. Pero este, como lo conocemos hoy en día, tuvo su origen en una imprenta de París. Allí, un obrero que perforaba pliegos de papeles de colores, al ver caer los redondelitos sobrantes los juntó y se los regaló a su hijo; el obsequio no sólo causó se nación entre los niños sino también en los adultos, quienes comenzaron a encargarle bolsitas de papel picado para arrojarlo durante los días de carnaval.
El origen de esta nota, no es el carnaval mismo, donde hoy día reluce de excentrecidad, con colores, glamour, bailes pero sin sexo, simplemente con insinuación a este, pero careciendo de práctica sexual explicita.
En sus origenes, la fiestas bacanales eran simplemente grandes orgías en montañas o montes(por ejemplo el Monte Albano en Italia). Se llegan a reunir 10.000 personas en las mismas, Cada persona que acudía a estos lugares, se entregaba sin delirios de culpa y moral, al cuerpo de un hombre o mujer totalmente desconocida.
Sin duda, desde el punto de vista civilizado en actualidad, puede agredir la etica de las costumbres de ciertos paises de occidente.
Al leer el origen del carnaval, lo primero que se pudo expresar. Al reverenciar al Baco se referencia al vino y a la carne. Por eso hombres y mujeres desnudan, haciendo culto a su cuerpo y al vino.
El cristianismo hizo del vino un elemento necesario e imprescindible en su liturgia. La nueva religión del Imperio surgida entre los judíos hizo desaparecer los sacrificios pero conservó el vino como elemento de aproximación a Dios. «Sangre de mi sangre...» es la historia de una de las alegorías de la Última Cena más referenciadas del orbe católico.
En consecuencia. Mi sueño es llegar a participar o conmovorar este tipo de rituales, sin caer bajo ni cayendo en lo ordinario; sino en un sueño como cualquiera sea de todas las actividades que realizo. Sueño en jugar a este juego tan castigado en su moral y tan mitificado.
5 comentarios:
que suerte que conservas tu alma de "niño" por los carnavales...
Debes investigar más sobre el origen de los bacanales, los cuales en un principio no eran en realidad los ritos orgiásticos, sin algo más elevado y espiritual en su origen. ÁLVARO MORALES (alo_200_12@hotmail.com
Suerte en la persecución de los sueños!
Esto es algo de hace 3 años, mis sueños van mutando.
En la mitología clásica griega, Dioniso (en griego antiguo Διώνυσος Diônysos o Διόνυσος Dionysos) es el dios del vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y un personaje importante de la mitología griega. Aunque los orígenes geográficos de su culto son desconocidos, casi todas las tragedias le presentan como «extranjero».[1]
Fue también conocido como Baco (en griego antiguo Βακχος Bakkhos)[2] y el frenesí que inducía, bakcheia.
Fuente: Wikipedia
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