CLASE CORPORATIVISTA

En una habitación con su máxima iluminación, posee una fachada moderna a través de la tecnología e higienizada mediante una puntillosa pulcritud. Rodeado de gente que yace en pupitres marrones y asentaderas negras.
¡Petroleo y excremento que conjunción!
Los temas son propuestos e ideados por un guía al que se autodenomina "facilitador", el puñado de gente demuestra gran interés ya que el tema es la empresa donde nosotros trabajamos y comemos y nos desarrollamos gracias a ella. Escribir "nosotros" es por en un sentido de pertenencia que asumo en la multinacional, solo por el salario percibido cada mes.
La gente de este cubiculo defiende su cultura y su trato; tipo que no hacen diferencia si va a comer un directivo y el empleado que limpia.
"Las semejanzas en encuentros, plasman aún las diferencias, el poder está visible", pensé.
Además cuentan de sus estereotipos, de su filosofía, de la comodidad que aún no he descubierto estando rodeado de ellos. Tomo conciencia que siento ignorancia y no poseo ningún conocimiento y mi defensa ante lo que me perjudica es huir, en este caso lo realizo mediante este escrito.
Preconceptualmente el tomar el rol reverso a los presente me enciende a opinar que algo está bastante oscuro, por consecuencia estoy abnegado a justificar y soy complice de las personas que alzaron la voz.
Mis sensaciones son de bronca por este rol de complice de situaciones o descripciones que en su mayoría no estoy de acuerdo, pero no mi arma es este silencio sepulcral y el sudor que me va cayendo en mi sien.

El tiempo sigue pasando, las nausea se acrecentan y sube el volumen de los seres de alrededor.
Mis ganas de gritar, de golpear algo o alguien se intesifica; la ansiedad y agresividad son sentimientos que en este momento se muestran omnipresentes en mi mente. Desearía que la misma se eleve y que deje mi cuerpo como señuelo.
Me concentro aún más y series infinitas de bloques de algodón aparecen en mi procesador.