lunes, abril 17, 2006

100 km en Olavarría

ESTO SUCEDIO EN UNA EPOCA DE MI VIDA - ENTRE OBSESIVA Y GANAS DE TENER UN HITO.

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La noche eterna
Luego de fútbol de primera por la noche,(lo daban un sabado), se apoderaban los nervios de mi. Pensaba en limitaciones que me construía, las cosas que hize y que estaba en falta, hacia cuentas: “42+42 = 84”, cualquier ruido (las bocinas, la lluvia, todo me molestaba). Encendía y apagaba la luz, por suerte Chien(mi compañero de cuarto) ni enterado, lei, sin leer un cuento de Kafka y me tranquilicé, a 45 minutos de levantarme.

Pre-Largada
Finalmente me bañe y desayune junto a Richard, Dardo, Chien y Rosa, en lugar donde estaban chicos que, al igual que yo, todavía no habian dormido, la diferencia es que estaban muchisimo más relajados.
Cuando llegamos al lugar de largada, hubo filmación, fotos y en repetidas veces fui al baño, los nervios me sacudían, respiraba profundo para sacarmelos. Aclaro que mi tensión se basaba unicamente a mi incerteza de no llegar y de que me pasé algo fisicamente.
El grupo de apoyo ya estaba preparado: Francisco y Mercedes en un auto; Rosa y Ernesto en otro; habían dos autos mas( un polo y VW)
La lluvia no cesaba y a las 6:10 de la mañana largamos.

La vestimenta
Ya que el frío y lluvia azotaban, me puse un short verde( de futbolista), una dry fit, debajo de una remera larga y arriba de está una simil rompeviento amarilla, ya que no rompía nada, gorra y anteojos de sol(puestos sobre la gorra, sino no veía nada).

El comienzo
Largué en punta los primeros 200 mts, hasta que me confundi de camino, junto a otro corredor de apellido Recabarren, aquí ninguno de los que estabamos quería desprenderse, con excepción de Dardo, pero unos 50 mts, al pasar el primer kilometro(6:02) Recabarren se va.
En el kilometro 3 empezó el ripio, si bien era firme, había innumerable cantidad de charcos, pasando el 4 me acomodo con uno de los co-protagonistas de mi carrera: Dardo. Más adelante se sumó Chien y los tres corríamos sin esfuerzo, mucho disfrute en cada paso. La primer hora no tome nada mas que agua, la lluvia y los charcos no cesaban y hasta hubo barro y patinadas por doquier, a esta altura Richard estaba indivisible del camino.

Después del kilometro 15
Hasta el kilometro 15 solo paraba a orinar y para atarme los cordones, era una canilla, pero no tenia apuro, si necesitaba lo hacia, mi mente estaba serena y calma, casi como si no hubiese corrido. En el 15 como por primera vez almendras, me atraganto y tomo agua, luego tomo agua caliente por consejo de Chien y proporcionada por Francisco y Mercedes, que no paraban de corrernos para alcanzarnos las provisiones. Para esta altura seguía desagitando.
Pasamos el club Loma Negra, y empezé a prestarle atención al paisaje, lleno de verde oscuro por la lluvia, los olores, esos olores fuertes que no alcanzó a divisar, pero que se sienten agradables. Recordé que Sara (en la maratón de Concordia) disfrutaba de estos olores, yo también lo hize. Asi que fueron 5 kilometros de observación y de disfrute, a Chien lo tenia al lado, Dardo se adelantó, Richar estará llegando me preguntaba.

Chau Chien
Mas o menos por el 22, Chien se para para caminar, yo no quería hacerlo y falte para con él y sigo corriendo solo, alcanzo a Dardo, pero en las bajadas el era un tobagan, aca nos pasa Caporale a un buen ritmo, lo saludo, el me ignora, “ok estara concentrado”.
Llegando el 30 viene una cuesta enorme, Mercedes y Francisco me ayudan a vestirme, me pongo una remera naranja abajo y la musculosa del club de mi barrio llamado Ferro; encima, me saque todo lo que tenia puesto y estaba embarradisimo. Llego al 30 caminando en 3:01, iba a mas de 6 el kilometro, no importa me dije, estuve intentando, en la cuesta que seguia, prender mi cucaracha de MP3 y lo logré y ahí empezé a volar, 23:30 me dio los 5 kilometros, y eso que camine los primero 200 mts, en el 35 segui las directivas de Francisco y mientras llegaba miraba a Rosa y bailabamos a la distancia, de caminar la subida y tirarme después, ya Dardo estaba cerca, pero se alejaba, aunque en el 40 lo vuelvo a alcanzar y veo que da 3:52, buenos 10 kilometros.

Ya soy ultra
Al llegar al 43, ya lo habia pasado a Dardo, siento un bocinazo, era la voz de Ernesto que me decía que era ultramaratonista, yo pensaba que me queda aun mas de la mitad, aca corrimos a campo travieso, con algo de barro y una inmensa soledad, siempre muy cerca de Dardo y con Let it be en mis oidos y cantando junto a Dardo alcanzamos a Richard.

Colonia San Miguel
Llegamos a un pueblucho de no más de diez casa, medio abandonado, que me hizo acordar la película los chicos del maizal, entramos en un complejo que nos guio Ernesto. Tuve mi primer sensación adversa una puntada arriba de los genitales, luego nunca mas la volvi a sentir, Dardo levantaba velocidad, a mi no me importaba, a esta altura pasaba algun que otro corredor, pero ni bola.

Después de la mitad
Pasé la mitad y me sentí bien. Aquí empeze a sacar cuentas de lo que vendrá y pensé que el esfuerzo era aun mayor. Hasta aquí camine solo en algunas subidas, como muy bien me anticipo Mercedes. La misma era hecha en menos de 5 horas.
En el 55 Dardo pasa a uno de Trelew, yo lo alcanzó y el me pasa, estaba medio cansado y de mal humor, al parar primero con Rosa y luego con Francisco le digo a el “Que estaba de mal humor”, me frota un relajante en el gemelo que algo duro estaba, y me tomo un push gel, aclaro que tome en el 15 y en el 30 una pastilla para el espamo, llamada pasmovit. Por eso la panza estaba firme.
Pasando el 55 iba palmo a palmo con Michia, pero el se escapó. En el 58 pasó al desecho Recabarren que caminaba, y en el 60 vuelvo a divisar a Dardo y a Michia. Recibi la primer emoción al ver que la gente de la posta me aplaudía, aquí alguien que vivió en la Paternal me acompaña y mientras me daba agua me contaba su vida en el atletismo y sus objetivos.
Luego pasó a Michia y estoy dispuesto a pasar a Dardo.

Lo que pudo haber sido
Asi es como dijo Calamaro en una canción “Quien escribirá la historia de lo que pudo haber sido?”.
Todo empezó cuando seguí a Dardo y doblamos hacia la derecha, donde habia una cantera, entre caminos de barro, sendero, y un camino prácticamente desconocido, ya que habia hecho la tercera posta el año pasado, empezé a dudar, pero Dardo era mi objetivo y mi guia. Me parecia raro que Michia no este atrás pero recorde que el estaba desecho y cuando lo pasé lo hize como poste.
Después no diviso mas a Dardo y entro a gritar desesperadamente si habia alguien, ya la sed me carcomia, y encuentro a Dardo en una bajada de casi un kilometro. Sacudimos las zapas y entre en una casa a tomar agua, el tipo ni bola solo me dijo “pasa por alli”. Después de varios kilómetros y desesperación nos guian mal primero y luego llegamos al kilometro 60, donde estaba Ernesto y Rosa esperando y mis energias se esfumaron en mis caprichos. Me tentaron llevarme a la tercer posta, yo iba a contestar afirmativamente, por suerte dude, ya que ensuciaria por demás la carrera, no sería meritoria. Vivi puteando a los organizadores, que me desvian el tema ofreciendome provisiones, a todo dije que no. Ademas Dardo me dice que quedan 40 nomás, yo lo quería boxear, tuve ganas de llorar, mi energia se esfumó
Luego llegue al auto de Ernesto y estaba Rosa, me ofreció algo y negue todo, también tenia una bici al lado mio, me sente en el cordón y pensaba en abandonar, pero no podía hacerlo, vine a terminar. Le digo a Rosa “Termino la carrera caminando, me van a tener que esperar hasta al amanecer”. Una hora y veinte al pedo, pensé.
Unos metros mas vinieron Mercedes y Francisco, que primeramente les di vuelta la cara y Mercedes bajó y me dijo - Que vas hacer?
Que terminaré la carrera caminando - contesté
Mercedes me respondió -que esta bien, que es una mierda, que ya esta, esto hacelo para vos.
La cuestion es que volvimos a dudar sobre donde seguia el camino cuando se dividia en tres y no sabiamos adonde preguntar, Mercedes tenia miedo de que siguiendo derecho nos perderiamos nuevamente, aquí empeze a trotar y no pare hasta varios kilómetros, que el barro me impidió, aquí la fuerza volvió, las cuestas poco me importaban.
Y cuando hubo barro comi naranjas, camine en el barro y cuando pude correr lo hize.
Antes del 70 paso a Dardo y era darme cuerda, correr y descansar en alguna cuesta.

Post 70
Llegó a la estación de servicio de Hinojo. Aquí como un sandwichito. Me suelto y sigo con Mercedes. En un camino que no estaba señalizado, un auto me indicó que tenia que doblar a la izquierda, ya que no habia señal para doblar( desastre). Aquí tomo otro push-gel.
Aqui el sol molesta, pero hize 10 kilometros de buena forma, ya que mi estrategia era correr hacia un punto fijo y después darme el premio de parar, pero testadura yo corria un poco mas de donde me proponia, asi era el juego y me gustaba, la locura se apoderaba de mi mente.
El compañero de la bicicleta:Eduardo, no paraba de halagar mi fuerza, yo mas me la creia y corri por Sierra Chica en buena forma.
Lo curioso fue encontrar a Dardo en el 80, era imposible, ya que jamas me pasó y a aparte iba firme, tambien lo diviso a Richar,
Pasando el 80, Ernesto toma el rol de psicologo, escuchando todos los delirios que me salian de la cabeza, mi camino era sin duda hacia la demencia, recuerdo que parte de mis recuerdos de infancia estaban capturandome, asi como analisis de canciones, mi basta familia, etc, muchos corrieron en mi cabeza. Al dejarme me dijo, acordate: “Son 12 horas”

Mi posible final
Pasando el 80 Mercedes no es mi compañera, al igual que Dardo quedo con una bicicleta de compañero, a esta altura supongo que Dardo estaba mejor, ya que se fue junto a Richar.
En el 85 realmente senti dolor, el sol como agujas penetraba sobre mi, ademas cada impacto dolia, asi es me dolia la planta del pie en cada paso, me molestaba caminar. Yo le dije a Eduardo “no puedo correr mas, me siento mal”.
Francisco me cambia las medias, me da un gel y me saco la remera naranja, dudabamos nuevamente el camino a seguir. Ernesto me da el reproductor de MP3 pero no me afecta.
Empiezo a trotar despacio y Eduardo trota con la bici a cuestas, me sentí mejor.
Me mienten en el kilometraje mientras me dan gatorade, agua, a esta altura tomaba y comia todo lo que me daban.
Cuando faltaban algo mas de diez, vuelvo a correr y me pongo una y otra vez un tema de los Piojos llamado “Luz de Marfil”, que lo asociaba con la meta ya que decia “Hoy sostenes esa luz en la mirada. Luz de Marfil, Todo lo demas no es nada…Cambia la piel y la deja en el espejo, debes seguir dandole duro y parejo”… Mi locura y desesperación reinaba, y Mercedes y Eduardo esstaban presciando la misma, mi velocidad aumentaba y mis ladridos también.
Al salir del camino de ripio, entramos a la ruta de Olavarria, diviso a Dardo y a Richard, los paso a ambos, y Richard cambia el paso de manera estrepitosa. Ernesto me tira abajo cuando me dicen que quedan 4 kilometros, creí que quedaban 1500 mts. Paro, Mercedes me trata de convencer que no que da nada que corra y me propone un trote lento, Eduardo, Mercedes y yo alcanzamos a Dardo, y le digo que al llegar le iba a dar un gran abrazo, ya que fuimos lo que sufrimos por demas esta carrera, y de algún modo juntos.
En el 98 me hablaban y yo corria o camiba cuando queria, en mis oidos solo sonaba ruido, la gente no existia, yo estaba con la cabeza en blanco, masticando bronca, acordandome que pudo haber sido mejor la carrera, que estaba sucia. En fin en el 99 troto y segui unicamente a Mercedes, que nos confundimos en un trayecto, los ultimos 100 mts, descargue todo mandandome un pique y tirando mi gorra al aire, abrazo al primero que encuentro y después a mis amigos: Richar, Dardo y Chien, donde estaba contento que juntos pudimos hacerlo.

Post-final
Sinceramente después de una carrera jamás volveré a tomar alcohol, me pego fuerte el champagne, pero me da la sensación de que queria llegar bien para la próxima. Se que es difícil, correr tanta distancia, pero si se es terco, caprichoso y sobretodo optimista, se puede hacer.
Pienso que esta carrera marco el hito mas importante este año y que descubrirme en miles de sensaciones, sobretodo el sentirme omnipresente y vivo no se cambia con nada. Fueron 11 horas, treinta y nueve minutos y cincuenta y tres segundos el tiempo que me llevó el camino a la locura, ya que no soy el mismo.

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