domingo, mayo 03, 2015

Padecimientos

















Me cuesta padecer esta realidad, me es sacrificado ser socialmente correcto y protocolar, pero hay algo que es peor aún que son los cachetazos que te brinda el deterioro del tiempo.

Culminé de leer "La vida de Rimbaud", son esos texto que, no creo, vayan a ser socios del olvido. Rimbaud fue un poeta, un indigente, un ateo, un anti-bélico, un holgazán, un espontáneo ser, pero también, de manera contradictoria, fue de adulto un expedicionario, un viajero, un colono, un geográfo, un apasionado por las ciencias, un erudito de los oficios de viajante, un caminante (hacía 15 a 20 kilómetros diarios), en realidad, un inquieto.
A un tipo que odioba la burocracia, el sedentarismo, lo rutinario, padece un hinchazón en la rodilla que se agranda y se agranda. Que le da pelea a sus problemas de caminar y es vencido. En que se puede aferrar en la vida?  y luego le amputan la pierna y el cancer avanza y avanza hasta defenestrarlo.

Ante padecimientos, ante limitaciones en que se puede aferrar la vida? si hay encasillamientos, hay enrolamientos, hay costumbres, y hay discriminación por, justamente, los padecimientos.  Yo tengo terror a las enfermedades propias y de otros, no sé como actuar, me hundo con ella. Mi posición densa ante un padecimiento no me deja actuar correctamente.  A lo cual, es lógico, si no sé actuar cuando se me presentan situaciones normales y comunes; siempre le encuentro un pero, porque, detrás de ese pero hubo un padecimiento.

Entonces si no me integro, si no me adapto: ¿Para que vivo? porque me gusta observar, porque me gusta, aún moverme, transitar en un sentido que aparenta un sin-sentido, me gusta las sensaciones de placer, de goce, de alivio; me gusta escuchar los sonidos de la música, de ciertos pájaros, de algunas voces.  Vivo para eso, a pesar que estoy lejos de reproducirme o de conseguir un empleo o trabajo adaptable para pagar, civilizadamente, el precio de todos los días.
Y eso, es muy oneroso y lo padezco, porque no cuento con la inteligencia mínima para poder soportarlo.

Padezco problemas de salud: por las noches siento palpitaciones, el corazón, en intervalos late rápido y luego cesa, y yo me asusto y me produce insomnio. Hasta hace poco dormía bien, ahora, no se por qué sufro eso, y lo voy a dejar ser, porque tal vez sea parte de mi stress, tal vez manifiesto y ahí cierro, paradojicamente, la duda.

Fisicamente tengo el abductor izquierdo que no cesa de dolor cuando voy a jugar a la pelota.  Y es tan divertido jugar a la pelota, pero se oscurece cuando no hago ciertos movimientos por si rompo, definitivamente, el músculo del abductor. Y no se cura, porque todo lo que se cura, creí que se curaba sólo.  Parece que comienzo a padecer a una deteriorada edad (a mi entender) de dolores crónicos que vengo sopesando, aunque pensé que ya estaban saltados.

El amor no padezco de amor, sino de desamor, creo que no me voy a enamorar por un tiempo, porque me veo, en retrospectiva como un grelún, y realmente muy poco me identifico con el ser que quiere estar "a salvo" sin demostrarle a nadie su estúpida espontaneidad. El amor no me llena, la pasión no lo sé, el alivio y el sosiego es lo que me libra de lo conceptualizado sobre el amor y la pasión que, como es leída por mi, en cuanto a la observación sobre los otros (e incluso de mi mismo, haciendo reminiscencia) , es una aprensión, una obsesión casi llegando a la obligación, al deber de tener un fin, un proyecto: un pragmatismo al que no estoy dispuesto, de ninguna manera, a adherirme.
Padezco eso, porque el entorno donde me muevo sí, y siente que es un motor para caminar día a día.

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