jueves, noviembre 24, 2011

Mi cronología con la tecnología - 1ra. parte















La tecnología es uno de los pilares para el entretenimiento y dispersión de varias generaciones,  es por eso que la siguiente entrada se refiere a mi crecimiento (en edad) mediante a aquellos artefactos electrónicos que, de alguna manera, alteraron mi vida.
Comienzo primero con la fiesta de egresados de la Colonia de vacaciones del club Comunicaciones, yo estaba disfrazado del zorro, y mi madre sacó de su cartera un tremendo armatoste a la que llamaban Polaroid, era una máquina fotográfica que revelaba automáticamente la fotografía. Tal es así, que tomé la cámara y fotografiaba a todo infante que posaba.
Al frente del departamento donde yacía, vivía un compañero que jugamos en la calle.  Una vez me invitó a cenar, y me propuso ver una película.  Me mostré sorprendido que él tenga un cine en su casa, tal es así, que la primer película que miré en video reproductor fue “Tiburón”.  Luego, otros amigos tuvieron “videocaseteras”, e implementamos rutinas para alquilar película.  Con uno de ellos todos los lunes (ya que el club estaba cerrado) adquiríamos alguna. El cine, igualmente, seguía siendo una salida con mi hermano, por ejemplo un domingo a la tarde, donde asistíamos a “Cines de Barrio”, que pasaban un largometraje estreno y otro de cabotaje.
Las películas que mayor nos atraía eran las de terror (por ejemplo las saga de Martes 13, Halloween, Pesadilla, Tiburón), las de Rocky, las de Superman, y las “comedias bizarras” como “Y donde está el piloto” (I y II),  “La pistola que desnuda” y la fabulosa “Top Secret” con Van Kilmer y Omar Shariff.
Luego llegó el Master Top, un “aparatejo” que contaba con 6 juegos, como el ta-te-ti, Black Jack, un compositor de canciones, entre otras cosas.  Este artefacto, enorme, de color rojo, me lo pasaba componiendo músicas tontas en una sola tonalidad, ya que no se podía pasar de octavas, hoy día, es como hacer ruido con el teléfono digital, pero en esos tiempos el paradigma de lo “digital” (exceptuando los relojes, que ya eran comunes)  recién estaba comenzando.
Los relojes a jueguito, rememoro el de fútbol, que contaba con 5 niveles, que me pasaba horas y que improvisaba campeonatos; así como el de pasar autos, todo en un relojito.  Los más pudientes traían los jueguitos como el Mario Bros. o el Western.  Mis padres no podían comprármelos, tal que me maravillaba con la musiquita de la película del golpe del juego “Western”.
En materia televisiva contábamos con 5 canales, para ver los dibujitos tenía que esperar hasta las 16 hs, para que comience “Telejuegos” o el programa infantil pertinente, al mediodía era imperdible ver “Crease o no de Ripley”, así como disfrutar de todos los programas que tengan videos clips o concursos de canciones.
En las vacaciones de verano, me entusiasmaba con las películas de Trasnoche Aurora Grundig por el Canal 2, y sus publicidades con el enunciado “Caro pero el mejor”, y todas las dramatizaciones que se hacían con cada producto, contraponiendo a la marca “Pirulo” y sus inconvenientes. 
Su competencia fue “Kenia Sharp Club” por canal 7.

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