jueves, septiembre 04, 2008

Los 100 km que no fueron


San Miguel del Monte, Provincia de Buenos Aires, Argentina. 30 de agosto del 2008, 12:47 del mediodia.
Yo estaba preparando una alikal en un vasito de plástico con agua, mi mente estaba pidiendo a gritos que no siga, mi humor era cada vez peor, las nausas era moneda corriente, pensaba en la gente que odio, es decir, la que me subestima por mis funcionalidad en esta vida, los insultaba en el aire, sentía frustración y los hallaba culpables de eso, sabía que después de haber realizado 57 kilómetros era lo mismo que nada, aunque mi cuerpo decía lo contrario.
Tres personas a mi alrededor me daban papas fritas, me levantaban las piernas y me veían blanco y pálido.
"Buen momeno para morir" me decía a mi mismo, con dolor y con desconsolación.
La doctora me cantaba "9/7 tu presión", yo quería yacer acostado con el sol acariciandome, pero una camilla me llevó a un hospital, me colocaron un respirador y me aplicaron una inyección.
Dormí unos minutos, porque estaba extenuado, y los pensamientos se absorvieron en los sueños.
Todo comenzó 24 horas antes de correr esta carrera, cuando tuve un viernes lleno de stress y ansiedad porque el destino quizo que se me presentara un día así.
Llegamos a las 10 menos cuarto a Monte, luego de 3 horas y media de viaje lleno de tensiones y frustraciones. Comer con nervios hace mal, no me tranquilicé. En mi cabeza tenia mi viaje a último momento a Brasil, el tremendo trabajo que se me venía, donde varias personas no hacemos más que atacarnos y encapricharnos con el otro y destruirnos, en vez de conciliar y valorar al otro.
Igualmente está es una de las realidades, en tono autocompasivo. La otra es mi rendimiento para aguantar 100 km, sea corriendo, trotando. caminando o arrastrandome.
Desde la largada la ultramaratón salió mal, me costo correr a un ritmo menor y me agitaba mucho. Solo disfruté los kilómetros que van del 25 al 30 (acá metía menos de 5' el kilómetro), antes y después se mezclaron sensaciones de suplicio, de malestar y de depresión.
Correr no me hizo feliz esta vez y la palabra revancha se las dejo a todos los virtuosos ( o que se creen) que habitan en este planeta y no a los mediocres como yo.
Las cosas las trato de hacer con el mayor placer posible y no para llegar a la meta y obtener placer por esfuerzo desmedido.

2 comentarios:

Jaime dijo...

Creo entender que no terminaste la carrera. Solo te digo una cosa, animo con la siguiente. Las carreras de ultrafondo son así y pueden pasar muchas cosas en tanto tiempo.

Enhorabuena por seguir con ellas, yo también escribí un blog "de jarapalos al Mont Blanc" que acabo de abandonar y recientemente pinché en el Ultra Trail de Mont Blanc por segunda vez.

Por ahora he conseguido terminar 3 carreras de + de 100 y he participado en 7, pero sigo intentando.

Por cierto, te he descubierto a través de otro foro y tenemos alguna cosa más en común

Te deseo mucha suerte y que te recuperes pronto y favorablemente.

Percho dijo...

Jaime. Muchas Gracias.
Eres un "animal" en el buen sentido, en haberte animado a correr más de 100 km.
La cuestión es no perder las ganas de correr, porque generalmente me hace bien, aunque esto me hizo conciente del limite.
¡Un placer!