miércoles, mayo 16, 2007

Caminando




Salgo a la interperie, la música me acompaña como siempre, todo se repite, vivo en un film casi sin riesgos y previsible.

Mientras tanto camino y canto; sonrío, para crearme placer; por lo menos convierto mi posible rostro inocuo.

Elijo acostumbrarme a determinadas actividades, que pueden convertirse en niemedades o en descargas relajantes.

No deseo destacarme entre los demás, tal vez sienta tensión, pero en la mayoría de los acto caigo en contradicción.

Acepto mi paradoja y sigo caminando, cantando, pensando, asociando cada parrafo que escucho, para dejarme llevar.

Muchas personas alrededor, mucha elegancia, mucho rubor, bastante color, demasiado frío a mi alrededor.

La gente aniquila al sistema, cruzando en rojo, y privando el paso a los furiosos automovilistas.

Apurados, esperando llegar y no perder tiempo para empezar y omitir la necedad de los comentarios de los demás.

No sentirse débiles, hacer su labor correcta o tender a la perfección, para no tener que ser vulnerados o retados.

Vuelvo a hacer foco en mi, y cuanto dura en mi caminata, falta poco para arribar a ese lugar y volverme a enajenar.

El tiempo y el dinero son los factores predominantes en mi vida, y me doy lástima, porque gasto uno por el otro.

Realizo rutinas a las cuales puedo no fundamentar, a veces entro en caos, a veces tengo un orden estricto.

¿Adonde quiero llegar ? No lo sé. El tan preciado placer lo veo cerca y lejos, medido por mi grado de tensión.

Estoy subiendo al ascensor, miro mi reproductor músical, las demás miradas tienden a esquivar las otras o no mirar.

Me doy cuenta que ya no me hace falta pensar, sino automatizarme y repetir, una y otra vez : "Hola. ¿Como estás?".

2 comentarios:

Merak dijo...

desgraciadamente la sociedad se está covirtiendo en eso... aunque tengo esperanzas en que no terminemos automatizados

anita (la gurisa) dijo...

si, yo tiendo a no ser masa, mejor dicho, me gusta no formar parte de ella, de alguna manera destacarme...