miércoles, octubre 22, 2008

Crónica de la ciclotímica maratón de Buenos Aires 08'



En la vida uno va mutando de sensaciones, en realidad yo voy sintiendo, como si fuese una rueda diferentes estados de ánimo. Pero me voy a enfocar en esta maratón y su preparación.

Hace unas tres semanas odié la preparación de una maratón, odié ponerme los cortos y las zapatillas después de una jornada laboral agotadora, durante apenas 14 días elegí mirar TV, tocar la guitarra o irme a tomar un cafecito. Todo porque tomarme en serio esto, luego de una pérdida familiar, me parecía absurdo y ridículo (aún hoy me lo sigo planteando)

Un domingo(21/9) se me ocurrió volver a correr y me observé bien, y pensé en participar en la maratón de Buenos Aires. Viaje a Brasil, fonditos salvadores de 11 a 13 kilómetros a las 6 y media de la mañana controlaban la ansiedad de las grandes jornadas de trabajo de 13 horas.
Llegó el día, el factor climático no ayudó, a mi me ahoga mucho la humedad y la baja presión atmosférica.

Aproximadamente a las 7:30 hs de la mañana larga el maratón de la Ciudad de Buenos Aires ( 4ta. vez en la misma ciudad, 17 en total) . El primer kilómetro se absorve con el tema “Chance” de Attaque 77, buen tema para comenzar “Tu chance es hoy”, luego elegí un bloque reagge de tres temas. Iban recorridos 3 kilómetros y tenía sed, en el 4 lo encuentro a Richard Umanti y me quejo con un “Está pesadisimo”, es que ya me pesaban las piernas y no había recorrido el 10%, un atleta me pregunto si eran los mismos temas que el año pasado. “No, cambié”, le contesté.

Me tranquilicé y llegando al Parque Chacabuco, un tema depresivo pero con dolor me lleva a desprenderme de Richard : “…es que ya no tengo nada, ya no trato con la vida…”(Adicta). Y me desperté definitivamente con un “Buenos días Buenos Aires, buen dia mi amor”(Guasones). Eso hizo que buscara los rostros cómplices de los corredores de alrededor, excepto de dos que me observaban con cara de furia. En el 13 me pasan Gerardo Ré y Marcelo Muzyka ensayando un cambio de ritmo loco para mis limitadas velocidades. Al llegar al 14 y bajando del autopista los paso a Matías y a Cecilia con un tema de Estelares: “Doscientos monos” que me aconsejaba con un “Ya no puedes correr”, cuanta razón tenia.

Antes de llegar al obelisco (Pelegrini, entre Sarmiento y Perón), saludo a unos vagos con “Aguante la cocaína”, es que estaba escuchando “Magia Blanca” y se me antojo gritar eso. Esta canción me sacó energía hasta el 19 que con “Nada”(Sponsors) :”…El amor sobretoda diferencia social…”.

El olor, al llegar a la bombonera se hacía cada vez más asqueroso e intenso. Aquí me tragué un montón de pozos y sentía algunos mareos. Recién en el 21 tuve mi levantada, gracias a “Pienso en vos estés en donde estés”(Ataqque 77), esto me sensibilizó y se me puso la piel de gallina, como reacción pasé picando y gritando a viva voz la media maratón. En el kilómetro 22 me divertí con los corredores, en su mayoría concentrados, con “…recién empezas a correr…la segunda parte es mejor…”(Calamaro), mientras les decía a los de alrededor:“Hay que estar re-loco para correr con este día”. Para llegar al 24 había que dar unas volteretas insoportables, aquí resbalo. Junto otro corredor compartí calladito un kilómetro, hasta que se me fue, y no alcancé más.

Antes del 25, Rolo y Rubrunner me despiertan mencionando mi sobrenombre; los saludo, paro en el puesto a caminar, me dicen “Dale, dale”, y yo le contesto: “Tomo y sigo”; entonces otro responde con un: “Te cagaron a pedos”, reí y comencé a recorrer mi mejor momento de la maratón, donde cante 5 kilómetros (seguramente porque en la mayoría tuve viento a favor) y temas como “Mi alma lloró”, “Brillar” y sobretodo “Oh! Dios que sacrificio”, me hicieron correr y gritarle a todo el mundo en forma cómoda y confianzuda.

Pasé el kilómetro 30 en 2 horas 32’ 40’’ y ya costaba un tanto correr, me callé la boca y los siguientes kilómetros escuchaba y no cantar, es por eso que en corredor me preguntó “Si no cantaba más” y con todo el dolor le dije “Prefiero calladito”. Los mareos y la baja presión persistían, la música, algunas personas y los puestos de hidratación eran mi salvación. En el 35 tomé mi primer y único gel, es por eso que me concentré con “Hombre espacial suicida” (Juana la Loca) y decidí correr y parar cada 2 temas, pero como máximo caminé 50 mts entre que corría más de un kilómetro, y sentía que tenía dos sopapas en los pies (estaban llenos de agua).

En el 37 me pasa un compañero de rutas Matías, yo lo insulto de puro envidioso y como no pudiendo creer el ritmo que generó. El 39 sirvió para deprimirme por la vuelta abrupta que tenía. Una constante en la carrera(cada vez que quería salir de la misma) fue contar las vueltas a la pista al Chacabuco que me quedaban, es decir que todavía tenía que dar 8 vueltas de 400 metros!.

El 40 junto a “Basta de Penas” pude transitarlo a un ritmo constante y sin parar, el 41 km fue un kilómetro largo, se me volvió a erizar la piel con “Imposible de olvidar, siempre vas a estar en mi mente”(Villanos), llegando a la meta justamente con “El corazón sobretodo”(Estelares), en 3h 36’ 33’’, con frío, nauseas y múltiples dolores físicos(espalda, gemelos, pies, etc).
Sin duda está maratón va a quedar en mi historia personal y en mi recuerdo, por todas las sensaciones vividas.

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