lunes, enero 21, 2013

Gestión 2013












Los años pasan, y cada uno, bajo mi punto de vista, es una suerte de mandato, que parte de las perspectivas, metas, proyectos y quehaceres de un año, que lo suelo soñar (no tan concretamente) en Enero o Febrero, para sacar conclusiones en diciembre del mismo. Me genera entusiasmo comenzar un año, luego de haber dejado otro desastroso. Este estímulo puede ser, el que se desemboca de una actitud desesperada y un poco nihilista, pero, en fin, es vida, y aún hay que vivir.

Nace el 2013 sin certezas, pero con ganas de cambio, ya que, si mi comportamiento es similar, o en la misma dirección, que el 2012, ese resultado se apesadumbra más profundamente negativo que el periodo anterior.
La gestión que realicé en el 2012 arrojó mucho más errores que aciertos. El subsanar aquellas faltas implicará ciertos sacrificios, que en años anteriores creí que estaba controlado. 
Me refiero, por supuesto, al ingreso de dinero;  el año pasado, tuve como resultado  pérdida económica. Voy a tener que trabajar con menos pretensiones, bajo un sometimiento, donde tengo que ampliar mis limites de tolerancia; producto de falta de ideas, además de quietud para emprender alguna cosa que me solvente.
Más allá de eso, soportaré negativas más contundentes de consultoras por mi inactividad en el 2012; justificaciones de por qué no quise trabajar de esto.  Que en realidad son: falta de estímulo, menos independencia, horarios inflexibles, ambientes incómodos, trato diplomáticos y jerárquicos que me exacerban, porque fomentan la hipocresía y falsedad, y un sinfín de razones que no me entusiasman, y hace que mi temeridad, aparte de mi resignación, estén omnipresentes en este panorama.

El otro día leí en los diarios, que los jóvenes de hoy están valorando que hay otra vida, además de la laboral, y de ahí pretenden gimnasio, permiso para hacer cursos en horarios laborales, etc El asunto cultural que siempre me apuntaló la cabeza, y es una de las razones por la que no tuve hijos: fácil necesito 2 horas por día para mi y estar encerrado 11 (2 en un medio de transporte, 8 en una oficina y una en una confitería o comedor) no me daban las cuentas, es una apología al sedentarismo que tanto odio, cuando aparece en exceso.  Además, de que estoy años luz por debajo de la movilidad y motor que poseen los jóvenes, mi experiencia, lamentablemente claudicó y soy prescindible facílmente

Pero, así es, la gente que adoptó está metodología sin drama, tuvo hijos, compró su casa, tiene viajes hermosos y autos de una gama respetable.  Todo pasa por tener, y yo adopto, en parte, esa postura, lo que no quiero pagar es el precio. No encontré, aún, o la flexibilidad de horarios, o estar en un lugar que sienta alegría.

Estos planteos pseudo-filosóficos lo inicié en un gran número de entradas de este blog, y jamás llegué a una solución, lo que quiero sintetizar es que voy a tener que hacer esta vida, por un tiempo indeterminado o hasta que la salud me deje, el presupuesto me aconseja esto.   El ajuste se debe porque vengo de deudores incobrables, que pueden ser más, y eso detona la aceleración de que tengo que trabajar de “pichi” y sin reproches.

Con respecto a la actividad física, arranco cansado, no es lo mismo que antes, realizar varios días seguidos jornadas deportivas.  Mi anemia y somnolencia aumentan y mi hierro escasea.  Me gusta proponerme metas, pero se hace más difícil el camino a ellas.

La convivencia es otro tema a resolver, por ahora, las aguas están tranquilas, pero, tengo delirios de rajarme y tener ciertas libertades para hacer lo que se me antoje.  Mucho no puedo extenderme en este tema, porque hoy la prioridad es otra, pero en el transcurso del periodo, veré como viene.

La salud la tengo postergada, porque estoy en obras sociales abandonicas y de cero contención.  En un futuro, espero tener una prepaga, pero eso depende de lo de arriba.

En cuanto al país, hay cierto temor porque el 2013, por estadística, es año de estallido:1989 y 2001 demostraron que cada 12 años, en democracia, explota, y estoy vulnerable para estallar también. 

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