martes, julio 19, 2011

Una historia de amor intensa de solo 100 dias - Segunda parte










No llegábamos al mes, y tal es así que planifiqué un viaje a Concordia, Entre Rio. Antes del viaje, recibí el siguiente escrito de su parte


“Per:
Te amo como nunca amé a nadie. Las cosas que me escribís son todo lo que
alguna vez esperé de un hombre, pero nunca pensé que podía llegar a existir..
También son todo lo que yo alguna vez me imaginé compartir con alguien, pero nunca lo pude decir. Con vos puedo, y no tengo miedo...
Estoy ansiosa por salir a la noche... estoy ansiosa de estar con vos...
Te espero, lindo...”

El viaje fue maravillos, el agradecimiento era una constante, porque estábamos experimentando la gran preciada conexión sideral.
En las termas del lugar tuvimos momentos felices, así como la visita a unos amigos de allá, y todo el mini-turismo, Ella, siempre, quedaba bien parada, y al observarla, me enorgullecía estar a su lado.
Luego del viaje tan “espectacular” le escribí:


“Hola,
No se si vas a leer este mail, trate de ubicarte en el celular pero no me contestó nadie.
Me envío un mail mi amigo de Entre Rios, dijeron que eras muy agradable y que tuviste una muy buena relación con su mujer. De hecho me felicito y me deseo buen augurio con vos.
La verdad pienso en el viaje que realizamos y quiero seguir con vos, quiero vivir con vos, ahora me haces falta, en serio, no imagino sin tu prescencia en mi cabeza.
Mientras venia del trabajo pensé mucho en la calle en todo lo que vivimos, y me quedará un gran recuerdo de este viaje juntos.
Gracias por haberte cruzado, Te amo hasta la emoción
Beso
Per.”


Yo tenía algunos problemitas en el trabajo, con la carga misma, con los taxis, asuntos que no podía soportar y que ella, me aconsejaba y se identificaba, es por eso que me sentía, a pesar de todo, acompañado. Ella era parte de mi, le confiaba cualquier cosa como a mi mismo, creyendo que no corría ningún tipo de riesgo.
Ella me contuvo con los siguientes consejos, en el siguiente e-mail:


“¿Cómo amaneciste? Espero que de mejor humor que ayer.
Me quedé mal, cuando te escuché tan agobiado...
En ese caso me gustaría ser todopoderosa y quitarte todos los males
mágicamente... pero todavía no aprendo... Mirá como estaré que hasta me pongo celosa de tu mal humor!
Me parece que sos demasiado exigente con vos mismo, que no está mal serlo,
pero también tenés que ver las cosas buenas que te pasaron en la semana.
Para eso pasan las cosas buenas, para recordarlas cuando uno las necesita.
No te ahogues en un vaso de agua, Per, me hacés acordar a mí. Siempre enroscándome de más con todo, y creyendo que lo que hago nunca es suficiente. Le pusiste pilas para solucionarlo! Eso también cuenta.
Como ya sabés te exrañé hoy a la mañana, y te sigo extrañando, y ya quiero que sea hoy a la noche.
Besos por todos lados...”

Una vez le dí para leer, mi relato cuando realicé “la proeza” de los 100 kilómetros en Olavarría y opinó lo que sigue:
“Venía en el tren leyendo algunos mails de los que te mandaron cuando
corriste los 100.
No puede dejar de emocionarme. Creo que no lloré para que no me vieran, pero lo tengo atragantado.
Te admiro por haberlo hecho y creo que me queda mucho que aprender. Me hizo
pensar en lo cansada que estaba hoy a la mañana cuando me levanté, y en que siempre se puede hacer un esfuercito más. Y es aplicable a todos los aspectos de la vida.
Te juro que entré al estudio con una sonrisa y con muchas mas pilas.
Te amo, Per, como no te imaginás...
Gracias por transmitirme tantas cosas buenas.”


Mi ego se llenaba cada día más, todas las cosas que realizaba en mi vida tenían un sentido, los bajones, que antes eran cómunes, ahora no se presentaban tan tremendos ni catastróficos; sin dudas, estaba viviendo un tiempo bueno. Estar en pareja con esta mujer era lo mejor que me pasaba y eso tenía repercusión a todo lo demás: el trabajo, el deporte, lo que sea. Además más allá de eso, yo podía hacer feliz a alguien, sintiéndome de la misma manera, y no hay nada más mágico que el compartir eso.
Ella me escribió, confirmándolo:

“Totalmente!!!!!!!!!! Más FELÍZ!!!!!!!!!!!!
(La eterna inconforme)
Más felíz aún, seré cuando me salga de aquí dentro...
Cuando te tenga dentro de mi casa, dentro de mi cama, dentro de mi...
jaja! estoy hecha una pilla hoy, mirá!!!!!!!!!
Beso”


Al mes y medio de relación ya apuntamos un viaje a Cosquin, en principio a ver el regreso de Calamaro, a quedarnos unos días y yo me iba a Penitentes – Mendoza a hacer una temporada para correr la etapa del Cruce de Los Andes.

Contando poco más de 50 días de relación, estaba dada como un idilio mutuo, ella cerraba, como mujer, con moño y estaba metido hasta la coronilla, pero confié plenamente en esa entrega a pesar de los riesgos que tuve nula cautela.

2 comentarios:

Antonio Di Bolazzo dijo...

Uuuhhh, más intriga tengo ahora. El hecho de que todo vaya tan bien pero que ya se sepa que fueron solo 100 días le da un suspenso casi terrorífico a esto. Me siento identificado porque hace mucho tiempo tuve con mi primera novia una historia con emociones parecidas y también fue corta, y terminó casi trágicamente...

Percho dijo...

Lo que me sorprende de toda historia, son las confecciones y cartas de amor...
Y si fueron 100 dias maravillosos, pero luego desequilibraron mi vida.