jueves, mayo 26, 2011

Los subtes a la hora pico















Un día de índole laboral, alrededor de las ocho y media de la mañana, como un acontecimiento extraordinario, tuve que realizar una diligencia en el centro de la Ciudad de Buenos Aires.

La estación Primera Junta dibujó un andén colmado de gente. Sorprendido y algo frustrado, me dirigí hacia el fondo del mismo.
En unos pocos minutos arribó el tren conteniendo a la gente apretujada en las puertas, lo descarté, pero otros seres más atrevidos, se introducían empujando a los cuerpos, sin importarles si alguno emergiera al techo a raíz de tanta presión.

Me subí en el siguiente subte, mi cabeza estaba serena, pero los rostros de los demás, se expusieron mufados, de mal humor, con dejos de apnea y cuya exhalación manifestaba bronca e impotencia.
A medida que avanzamos, se acrecentaba el número de usuarios, subía la temperatura y la incomodidad. Muchas personas se piensan que, por estar sentado, evitan los contactos físicos. A una mujer, sin intención, le golpeé la cabeza, y mi arrojó una mirada de inculpación, además de frotarse la cabeza, clavando sus ojos sobre los míos, de los cuales tuve que evadirlos, para no comenzar una discusión.

Al llegar a Loria, se escucha un vozarrón masculino que, con desesperación, exclamó:
- Ey, el de la mochila de Riff. ¿No te das cuenta que por tu culpa el subte no sale, ya que estás bloqueando la puerta.

Una señora, con angustiante semblante, le dice a un hombre robusto:
- Usted es muy grandote. Me está aplastando
- ¿Y que quiere que haga un pozo, señora?

La mujer trato de elaborar una respuesta, pero salieron palabras inconexas cuyo volumen disminuía al estilo “in fade”.
Yo me dediqué a pivotear en un angosto pasillo, para que la gente pudiera pasar, pero un muchacho sintió molestia y se quejó:
- Ya te tengo que soportar tu peso, no puedo aguantar el de otro.
Yo le dije:
- No te pongas así, discúlpame

En realidad es imposible no tener contacto con las demás siluetas, y algunos pueden ser violentos con los demás usuarios. La ventaja del subte es que, si funciona bien, en menos de 20 minutos, se llega al destino que, con auto o colectivo supera los 45 minutos de duración.


Los servicios podrían mejorarse colocando un vagón más por cada servicio, pero hoy día, se organizan con unidades que saltean paradas, para hacer más dinámico el servicio y que toda la gente, tarde o temprano, pueda viajar. Lo que hay que tener en claro, es que el centro está superpoblado.

1 comentario:

someone dijo...

Chabon sos un pan de dios encima que se quejan en la hora pico del subte sos comprensivo y pedis disculpas
Se nota que tenes Don de gente!
saludos y muchos exitos!