jueves, agosto 05, 2010

Historia de garcas

Julio Repares trabaja en una mediana empresa multinacional, donde un gran porcentaje del capital se va al extranjero. Pero más allá de los fundamentos patrióticos que no son demasiado coherentes cuando hablamos del sector privado, nos referimos a esta historia, donde una PYME tiene valores de empresa con premios altamente comprobables y castigos que parecen ser premios pero que a simple vista uno no puede darse cuenta, ya que se basan en valores que manifiestan el presagio de “ponerse la camiseta”.


Julio Repares es un ser muy ambicioso e inteligente, siempre y cuando el término inteligencia esté basado en el entorno del trabajo que esta haciendo, en realidad es un ser funcional a los requerimientos del puesto que lleva y más aún.   A la vez es poco hábil para pensar una vida fuera de la empresa, eso porque lleva unos quince años trabajando en un ambiente de horarios fijos de 9 horas, de medios de transporte llenos, de vestimenta formal, entre otras cosas que conlleva la oficina: positivas y negativas.


Julio tiene un buen sueldo para su puesto, pero él le hace entender a su jefe, día a día, siendo el referente del grupo de trabajo, y que por decantación, va, a obtener el puesto, en futuro que tanto anhela, el reemplazante de su jefe que ya está entrado en años.


Julio no ve más allá el progreso dentro de la vorágine que él eligió, laboralmente hablando. El tener gente a cargo es piensa que lo fortalece y le da un reconocimiento, nacional e internacional, de la empresa.


Marta Brunetti era lo contrario, ella veía su lugar de trabajo como una fuente vital para poder adquirir su sueldo, y además un lugar de compartir vivencias, charlas, amistades, compañerismo, simplemente tenía en claro las jerarquías, pero no pensaba en ascender en escalafón; le importa que no le fallen con la paga, que la traten bien y agradar a sus compañeros, y a las 6 de la tarde, o antes, volver a su casa, a disfrutar otras actividades que eligió para su vida.


Julio y Marta compartían muchas tareas, aunque Julio siempre intenta abarcar la totalidad del trabajo del sector; cada tanto le vociferaba privadamente a su jefe:”La verdad tengo que estar en todo”, procurando encontrar el error de los menesteres hechos por su compañeros.


Si bien el trato oral entre los compañeros de trabajo era muy bueno; donde Marta, a menudo, organiza salidas y esparcimiento, donde ella es el referente de estos eventos donde se desparrama humor, calor, charlas relajadas y alegría.

Julio no sólo comenta lo que hacen sus compañeros en sus puestos, sino que cada logro todo el mundo tenía que darse por enterado; yéndose dos horas después a su casa y llegando media hora antes, en promedio, la cuestión era siempre estar cuando los compañeros llegasen o emprendan se regreso a casa.


Un día Marta comenzó a notar que no tenía mucho trabajo, que sus quehaceres cotidianos estaban casi todos resueltos, es que Julio ya los había despachado de manera irreprochable y brillante.


Llegando el ocaso del año, el super-jefe de la empresa, en una reunión, les avisóo a todos los jefes de sector que tenía que hacer un recorte de gastos por la crisis internacional, y sugirió que la manera más expeditiva era reducir el personal en cada sector.


El jefe, al observar que Julio hacía su trabajo y el de manera Brunetti de manera intachable, le comunicó sin problemas, que Marta Brunetti era prescindible por la brillantez de Julio y que en un futuro, Julio podría resolver otras cuestiones y podrían reducir aún más el personal.


El super-jefe entusiasmado por esa determinación, y en la fiesta de fin de año de la empresa, decidió entregar el premio de empleado del año a Julio Repares, donde orgulloso emitió un discurso que decía: “En esta empresa, donde crecí tanto profesional como personalmente, en que me brindaron todo el apoyo para ser lo que ahora soy, estoy orgulloso trabajar bajo el mando de mi super-jefe, ya que él es un referente, no solo en lo laboral, sino en lo personal. Gracias es muy emotivo haber recibido este premio. Hoy, junto al nacimiento de mi hijo, es el día más importante de mi vida”.


Al comenzar el año Marta Brunetti y otros empleados eran expulsados de la empresa.

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