viernes, mayo 21, 2010

Ya está, es suficiente




¡Que frase reveladora! Sobretodo cuando se exclama con solvencia y seguridad, en forma deterministica y sin titubear.



Tal vez sea el punto de partida a un giro inesperado en la cotidianeidad, algún estímulo hace que uno explote, y con toda seguridad arroje tal sensación y con cierta solidez, pueda que sea definitiva. Pero el llamado click se dan en situaciones que pueden causar algún malestar, molestia o cansancio.
Lo primero que puedo arrojar en la mente, son los duelos de las personas y los sentimientos que dan a colación los mismos.


Por ejemplo, los llamados duelos amorosos y esa dejadez que hay hacia un género especifico o condición de vida, en las cuales una persona tiene ilusión de volver, y al tener impedimentos, comienza a manifestar nuevos quehaceres, en que suelen ser de bloqueo, angustia y de inacción. El poder salir de estos sentimientos autodestructivos, porque a uno no le gusta sentirse así, es entonces cuando se fortalece, se autovalora y arroja: “Ya está, es al cohete estar así, es suficiente hacerme pelota”.


La pérdida de algún ser querido puede causar ciertos sentimientos, inevitablemente, que conducen al estado de duelo, por diversas cuestiones. En este caso, el sentimiento de odio es minimizado y lo que crece aún más son la melancolía y nostalgia.


Las obsesiones, los vicios, las rutinas, pueden llevar a un constante estado de cuestionamiento, sobre el dejar tal peso para vivir una rútina distinta. Es un tema difícil, porque suelo justificarlas ya que no puedo despegarme de ellos y decir esta frase liberado, que me produzca el cambio.
Porque creo, que detrás de esa frase tiene que haber una alternativa. Por ejemplo: el fumador, si está seguro de dejar de hacerlo, porque siente que tiene menos calidad de vida, es decir tos, fatiga y otras limitaciones pulmonares, se tiene que dar cuenta de que “Ya está dejo de fumar y ¿Después que?, ¿Cómo cambio dicho hábito?”.


Yo hice psicoanálisis con la misma psicóloga durante 4 años, y en el último año, las sesiones eran reiterativas y chatas, yo por tener una vida sin cambios ni complejidades que realmente me afecten o que no sabía comunicar, y la analista por su incapacidad para cambiar sobre los temas de lugares comunes. Pero yo tenía miedo de ponerle un fin, no sabía como hacerlo, era ir todos los lunes, tenerlo en la punta de la lengua, pensar en eso, pero no decirlo. Casi siempre me iba mal conmigo mismo, con frustración, pero pensando que la semana que viene se lo decía, así durante casi todo un año.
Hasta que finalmente se lo dije y detrás de la frase del título llego el alivio, llevándome a un lugar triunfalista.
Supongo que muchas personas tienen algún tipo de problemas con personas, con actividades, con trabajos, que piensan en decisiones definitorias, y maquinan sin poder llegar a determinarse y es cuando van por la vida quejándose pero sin tener un lugar o espacio para concretar. El exclamarse la frase “Ya está, es suficiente”, sin dar vueltas, sin abusar con el pensamiento, uno puede empezar o dejar de hacer, decir o desdecir, ver o dejar de ver; pero sabremos que, a partir de esta decisión,  un nuevo camino asomará, habrá que arriesgar y personalmente me falta jugármela bastante.

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