viernes, febrero 12, 2010

Las oportunidades


“A veces esperando las oportunidades, no se ven y se tira toda a la marchanta”, reza una canción de Andrés Calamaro.
Comencemos definiendo la palabra oportunidad, según la RAE:
· Sazón, coyuntura, conveniencia de tiempo y de lugar.
· Sección de un comercio en la que se ofrecen artículos a un precio más bajo del que normalmente tienen


La primera acepción determina la conveniencia, por una cuestión accidental o no, lo cual llamaría un cambio, que básicamente, sería para establecer un cambio, que se puede ilusionar para mejor.
La segunda acepción esta relacionado con alguna oferta o descuento.

Recuerdo cuando salía con alguna mujer y le pagaba la velada, la cita, o lo que sea, me reprochaba el costo de oportunidad, ya sea económico o de tiempo, pero a colación de lo mal que lo pasaba; pero inicialmente tenía la oportunidad de disfrutar el encuentro, sin darle importancia al derroche de tiempo o dinero invertido, porque seguramente me sentía feliz, y estas sensaciones están por sobretodo costo.

En fin, las oportunidades se presentan en numerosas ocasiones, generalmente como novedad de lo cotidiano. Pienso que una vida sin oportunidades no tendría sentido, esto no quiere decir que hay que aprovecharlas, pero da lugar a que una persona se desarrolle en la toma de decisiones, que mejor le encajen en el momento en que viva.

Recientemente deseché una oportunidad de irme al exterior a vivir, prácticamente en forma definitiva, si bien era algo nuevo, encapsulando la cultura e idioma diferentes, preferí dejar mi futuro a la deriva, es decir, a ver que pasa, y negarme a estar ligado bajo un cargo con más alta responsabilidad y sacrificio hacia una empresa, por más que algunos me indiquen que perdí “la oportunidad”

Aunque las oportunidades no suelen aparecer en forma súbita, uno puede ser algo inteligente e irlas buscar para obtener satisfacción personal de diferentes maneras (mayor posibilidades laborales, mayor reconocimiento, mayor placer, etc, etc), aunque puede marearse de tantas oportunidades que te da la vida y el entorno, y entonces, como dice la canción, deja que las cosas sucedan a la marchanta.

Alguno dijo que las crisis traían oportunidades, en realidad, es parte de la supervivencia, cuando un cambio se presenta en forma drástica, causando algún tipo de perjuicio, lo que tiene que tomar es una decisión, ya que si se queda quieto, el inconveniente lo tapará y podrá hacer grandes estragos a su vida, es por eso que la decisión tendría que cambiar el rumbo el camino, para generarse una oportunidad convertida en una nueva ilusión.

Las oportunidades, en definitiva, son el estímulo para vivir, sino pienso que la vida sin ellas es chata y previsible, tal vez sea cómoda, pero puede resultar aburrida.

Y si algún día apareciera la gran oportunidad que me de la presunta comodidad para el ocio y el placer, entonces no la dejaré pasar. Como dice el tema de La Mancha de Rolando: “Ey, súbete a este tren puede que no pase otra vez”.

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