viernes, junio 22, 2012

Enajenado al fútbol, otra vez



¿Fines de etapas?   Si, me respondo.  Ya no tengo entusiasmo por las carreras (siquiera corro),  los viajes, ya no adoro los recitales, donde iba a mansalva, tampoco la música me acompaña todos los días.   No escribo asiduamente, no tengo ideas, no poseo musas; cuando lo hago son nimios conceptos, sin fundamentos y de frágil contenido de información.
No me es fácil conseguir trabajo, es decir, ya no puedo elegir donde trabajar, además de que en empleos que no me apetecen  me alisten. 
Ni hablar de emprender algo nuevo, que, apresuradamente, todo me salió mal o no tuvo sus frutos. 
Menos entusiasmo hacia la vida, es decir el presente molesta, antes era disfrutar hoy y no importa el mañana.  Ahora, estoy preocupado por mi actualidad y por lo que vendrá.  Difícil ¿No?
Pero volvió una pasión de la adolescencia, que es tomarme seriamente el fútbol.  En la pubertad, iba caminando al colegio, por ejemplo, entre otros ahorros, para poder pagarme una entrada para este deporte.  Era lunes y quería que llegue el sábado para asistir a las gradas de un estadio.
Hoy todo es televisado, en un fin de semana me he visto siete partidos, con sensaciones  de adrenalina, y extasiado al observar este espectáculo, que, a veces, pienso más profundamente, que está guíonado.
Tanto la primera y segunda división del fútbol Argentino tiene definiciones arriba y abajo.
San Lorenzo se puede ir a la segunda división directamente si no gana, si gana, depende de que no gane Banfield, ni que apenas empate Atlético Rafaela.  El “taladro” del Sur es muy probable que descienda, ya que si no lo hace ahora, el próximo campeonato les queda muy pocos puntos para afrontar la primera división.
La promoción, además,  la pelean, a la vez San Martin de San Juan y Tigre. A la vez el campeonato se define por los inéditos Tigre y Arsenal, que juegan bien, aunque en otras circunstancias no serían campeones, porque no tienen figuras descollantes.

En el Nacional “B”, River Plate tendría que ascender ganándole de local al tibio Almirante Brown, pero todo puede ser, ya que si no gana depende de que Quilmes no le gane a Brown de Madryn y Rosario Central no le gane a Desamparados de San Juan. Por su parte, Instituto también tiene que ganarle a Ferro para asegurarse el ascenso.
En el descenso, porque todo se encadena, Chacarita con Patronato, Atlanta contra Huracan, y como el mencionado Desamparados le gane a Central.
En fin, fue un campeonato que vi muchos partidos de fútbol y mi vida fue un sinfín de frustraciones, lo cual las he volcado en comentarios del tipo: “Es malísimo, como roba”; “Ese técnico no sabe nada”;  “te vas a morir en la B”; “Corré muerto”; entre otros agravios e injurias sin sentidos, ocultando y transfiriendo mis fracasos cotidianos.

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