viernes, octubre 16, 2009

Maraton de Buenos Aires 2009: La loca, loca maratón



Contento por terminar la maratón número 22, prácticamente sin rasguños ni un gran esfuerzo. Se aparejó al hedonismo, simplemente por darse así y por sentirme bien al ritmo que llevé.

Comenzamos muy temprano el día, para largar de mañana, a las siete y treinta. Más de diez mil personas envueltas alrededor de una meta: completar 21 o 42 kilómetros de la mejor manera posible.

Al comienzo, tuve ganas de orinar, y es por eso que me separé de la carrera y en un arbolito meé. La gente me encerraba, la fobia hacia las personas crecía, hasta que veía a alguien conocido y me ponía a charlar. El kilómetro 4, fue adonde me acomodé con el camino, sufrí mucho la presencia de tanta gente estos primeros kilómetros. Aquí, con el tema “Como Ali”, rebotaba en vez de trotar.
Me aparejé, sin querer obvio, al ritmo de Gustavo Polzunkov y charlamas un kilómetro, hasta que apareció Vazgrial (un competidor nato) y tuvo la amabilidad de parar, tras mi grito: “VAZGRIAAAAAAAAAL” y saludarme con un medio abrazo. Acá mis gritos eran de placer y monocordes, el periodistas Martin Liberman me mirá con megalomania y dijo “jaa, ¿y este loco?”. Tuve la deferencia de putear a alguien que me ve como un pelotudo, total es gratis insultar a alguien que no tenés interés.

En el 9 km me acomodo aún mejor, con la música de Intoxicados, y Eduardo me pregunta si era Pitty, le digo que si y ya teniamos la subida de Viamonte bastante salada, en el 10 paso a Flecha y por Corriente sigo cantando, a viva vos: “Estamos enfermos, perdonen-nos”. Alcanzo a Felix y a Jackie en el 13 y me dicen: “Segui cantando”, yo pido disculpas, al igual que Richard que troté junto a él 500 metros. Aparece Calamaro por el 13 km, no fue muy cantado, pero canciones como “lejos”, “Acto simple”, me hicieron mover.
Al pasar el Ministerio de Economía, me encuentro a Marianito que compartimos Rio Tala. Hablamos un rato y el se despegó, pero fueron unos 400 metros de plática, como si no estuvieramos corriendo.
En Paseo Colon como una banana, y en cada puesto (cada 5km agua, o cada 7,5km gatorade) fueron respetado, no me gusta ingerir liquido corriendo, es por eso que caminaba unos 10 o 20 metros, bajaba las pulsaciones y volvia.

Paso la Boca en el 17, y del 18 al 20 me pasó un montón de gente, más de lo que yo podia pasar, es por eso que no paraba de saludar. En el 19 paré, nuevamente, para orinar, y Estelares fue lo que sonó. La llovizna se hacía lluvia

En el 21, Eduardo se encontraba al lado mio aún, pero en el 22 km, al escuchar Cristian Castro, comencé a correr más suelto y más alegre. “Azul “repetí innumerables veces. Uno me dice: “Sos la diversión de la carrera”, yo me lo pasé boludeando todo el trayecto de Cristian hasta el 27, que era lo largo de Costanera Sur…Aullando “Volver amar”, “Necesitas amar”. En el 27 lo encuentro a Marianito nuevamente, me mete el verso de que le explotó el gemelo, pero agarramos ritmo y pasamos gente, en el 29 no me soportó más y me fui solo.

El 30 lo paso con “la argentinidad al palo”, gritando a viva voz el título de la canción y jugando con un ciclista que ayudaba a otra persona y se bancó mis desafinados gritos hasta el 32, que no lo vi más. En el 33 comenzaron los Rodriguez, mucha gente camina y mucho más en el tunel de Sarmiento que teniamos sus respectivas bajadas y subidas, pero con viento fuerte en contra, para desembocar en el 35 y por fin doblar. Aquí tuve que hacer fuerza contra el viento, pero al doblar sentí como un ahogo ya que no corría aire e hizo calor.
En el 36 lo encuentro a Daniel Hernandez, lo saludó con un apretón de manos y le doy unos higos que la organización me dio.

En el 37 masticando un higo y entrando a los lagos de Palermo, me tropiezo con una loma y me queda un pedazo de higo en la garganta, al cual no pude escupir, recién en el 40 mediante una parada y un trabajoso gargajo lo escupo…Quedaban solo 2200 metros y canté “Todos atrás y Dios de 9”, “Malvenido” y “Sapo de otro pozo”, y la gente me miraba raro.
Mientras hice este eterno, lo ví a Nestor que era como mi zanahoria, y yo no lo reconocí porque me molestaba el sol en los ojos, también a Edgar tornillo y leo Carabatta.
Arribo a la meta y el “colo” Martinez me nombra y me pregunta si escuché a Calamaro.

La verdad fue un gran viaje, esta maratón, sabiendo que lo mio no es la práctica del atletismo en sí, porque ni paro el reloj al arribar a la meta, sino paro y festejo haber llegado.
Fisicamente culminé con el predecible cansancio, pero sin dolores ni mareos, y animicamente con una gran euforia; esta lucidez en el final y la alegría en el camino transcurrido me hicieron realmente feliz.

4 comentarios:

anita (la gurisa) dijo...

Vasgrial, ¿paró realmente? no te lo puedo creer! ja

Linda historia de tu maratón! como ando sin mucho tiempo, casi no entro al foro, y me perdí de mcuhas cosas.

Otra cosa que "no te puedo creer" es esa parte que ponés que escuchabas Cristián Castro! nose nose no te hacía escuchándolo!

beso

anita (la gurisa) dijo...

AH! que bueno esas sensaciones dek final, muy bueno!

Percho dijo...

Y si! Ana, hubo un periodo donde escuchaba...Cristian Castro, entre otros, y volverlo a hacer me dio mucha energía.

La verdad muy contento me dejó esta carrera.
Besos

Anónimo dijo...

Hola, Percho, soy Xos, del foro de fobia social.
Qué tal??
Leí el texto y me pareció divertido, entretenido y muy interesante.
Cómo cuentas tus sensaciones a determinados kilómetros ejej.
Debe de haber sido una carrera interesante , con multitud de preciosos paisajes.
Por lo que leí, tienes muchos amigos a los que les gusta lo mismo que a ti, o por lo menos son conocidos, eso está muy bien.
Bueno, un saludo.
Otro dia te dejo comentarios sobre otros textos tuyos.
Cuidate!!!!!!!!