viernes, agosto 19, 2005

Autobiografía II

Mi infancia, mi querida infancia.
La verdad tengo mejores recuerdos de la infancia que en la adolescencia, si bien no fui modelo de una niñez ejemplar.
En la escuela me descriminaban por mocoso y por sucio. Si, es cierto fui mocoso y sucio. Por ende tenía muy pocos amigos en el colegio. Igualmente hay mucho por hilar para esto.
Cuando entré a primer grado inferior, en el primer dia de clases me aisle de los otros chicos, era sumamente desprolijo (característica que aún conservo), al punto que estuve por repetir primer grado ya que mis cuadernos eran unos grandes manchones de tinta, y mi letra era ilegible. Tenía problemas en relacionarme con los demás y estuve cursando en un grado diferencial durante un mes.
Que humillación pensaré, voy anticipando que no soy un heroe, los laureles convencionales no hacen de mi vida una persona aceptada al menos por la gran mayoría de la gente. Y me pregunto: Conviene ser aceptado por la mayoría de la gente ? Depende de cada uno, y eso es lo que me revienta, que no veo nada trivialmente bueno.

A mis seis años de edad, mi padre compró, mediante una venta, un departamento en San Clemente del tuyú, donde nos ibamos los fines de semana a una playa semidesierta. Con mi hermano jugamos al cabeza, e ibamos a los videos juegos, aqui sentía que el lazo con mi hermano era sumamente notable.
Para esa epoca, creaba un montón de personajes y mi hermano era el mediador de los mismos, esos personajes tenían deficiencias de algún tipo:
Chichichi le faltaban dientes, Monini sacaba los dientes, Trenzo realizaba los gestos de un conejo, Furia hablaba con la voz hecho una furia, Mounstro hablaba como un mountro, entre otros.
Estos monigotes creados, sin duda, eran mis amigos imaginarios, esas personas donde los defectos y su posibilidad de ser vulnerados eran bien marcadas.
Al estar en Voga Titanes en el Ring un programa de Catch, combatíamos con mi hermano paradiodando al mismo programa.
Con mi hermano siempre tuve una relación muy unida, debido a que nos sentíamos descriminados o no interesados por el resto de la familia fuera de mi madre y mi padre, por ende con él congeniabamos y sabíamos jugar de alguna manera.

A los 4 años, inventé un juego llamado las "canchitas": que consistía en tomar distinto grupos de cosas y armar un campeonato de fútbol similar al que se jugaba en el momento, por ejemplo tomaba el domino jugaba contra los soldaditos mediante un dado chiquito y donde movía cada objeto con las manos haciendo combinaciones de malabarísticas.
Este juego tuvo mucha incidencia en mi vida, ya que descubriría que solo podía divertirme y además su duración fue hasta los 17 años de edad.

Recuerdo una tarde a los 4 años que mediante el dominó aprendí a sumar juntando los puntitos, y mi madre estaba ahí para juzgarme las sumas.

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