Hoy, culmino otro proyecto en el mismo laboratorio que
me albergó. Otro final, otro paso a la
incertidumbre laboral. No hay nada concreto, no hay nada digerido.
En la extensión de este blog, mi constante queja fue
mi alienación laboral, de los cuales pude sacar rédito, trabajando por
temporadas, darme ciertos respiros y algunas satisfacciones. Pero mi relación
con la gente no ha mejorado, mi disfraz, es un tanto más notorio.
No supe, como tantas veces que rumbos tomar para
palearme en la vida laboral. Algunas situaciones eran por mi angustia
conllevada (2001, 2005) y otras por falta de proyección económica (2008 y
2015).
Este ciclo comenzó a fines de Mayo del 2015, cuando
estaba en un pozo económico (que puedo volver a caer a fin del año que viene),
una llamada de alguien que me tuvo en cuenta (como una especie de mesias) que
tenía una entrevista con unos alemanes y brasileros. La entrevista fue
desastrosa y no tuve un augurio de torcer mi situación. Tuve una especie de
periodo de prueba, otro de captación, hasta que “click” enganché el laburo, a
costa de un esfuerzo extraordinario que tuvo, entre otras cosas, un viaje
impresionante y sorpresivo a Orlando.
El 2015 lo culminé con cierta sensación de “gloria” y
de “reconocimiento”. En enero del 2016
he sufrido de una manera incierta. En Febrero enganché otro proyecto, en el que
tuve más participación y trabajo de lo esperado. Pero mi calidad de vida había cambiado, al
subyugarme en otros rumbos, en mayor gasto (sideralmente mayor), y en otros
caracteres y costumbres. Entonces lo que ingresaba, inesperadamente a lo largo
del 2016, lo he consumido en viajes a Europa que realmente tuve el privilegio
de realizar, porque no se me había ocurrido en el corto plazo visitarla.
Fui un referente para los resquicios del sistema
anterior, y para las definiciones en el proyecto nuevo que subsiguió al del año
pasado. Los diferentes “desafíos” fueron, en su mayor parte, resueltos. Tuve la
suerte (no me cabe otro concepto) de ser tildado con benevolencia y reconocido,
cada vez que alguien tenía un problema. Entendí, por supuestos, las
descalificaciones de otras personas por mi falta de entendimiento con el inglés
(que este año no he mejorado mucho, no sentí mejoras), además por mi forma de
ser directo e impulsivo, en los cuales mucha gente chocaban conmigo, y quedaba
tildado entre ermitaño, asqueroso y pelotudo.
Pero en la etapa de resoluciones, la etiqueta de “genio”, hizo que pudiera
trabajar más de lo esperado, y que ensanche la espalda que, yo mismo construí
con cierto status que me “impuse” este año (en algún momento escribiré mi
reflexión sobre este “año caro”).
Sé que esto lo leo yo solamente, que mis reflexiones,
son vueltas a analizar, reflexionar, y hasta me hacen sonreir, porque me gusta,
por mismo, aislarme y reflexionar, cuan película se tratara. Miro, con calma, a
pesar de mi realidad ansiosa, incierta y falible que me está esperando, a
partir de este fin de ciclo. ¿Se siente los fines de ciclo? Y realmente cada
vez más, pero partiendo de la base que, por el momento, puedo vivir así,
pensando en cuando termina, y fantaseando en el final que, de repente ya llegó.
Hoy, invité a desayunar a un par de colegas,
conversamos, y cierta euforia se ha absorbido en mí. Las preocupaciones y
ocupaciones, se han disipado por ser éste el último dia.
Los saludos, los abrazos, los besos, ciertas palabras
conmovedoras, forjaron mi salida que, intenté que fuese lo más discreta
posible, carente de efectos especiales. Porque de ello, no me gusta ser
protagonista entre la gente, porque me acostumbré a jugar en la sombras.
Cuando se llega al final, sea cual fuere el resultado,
una sensación de nada aparece en mi mente.
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