"Los financistas de Fretes y Nieto me dejaron de pagar, primero con excusas de enfermedad, luego con cortes energéticos, y finalmente se borraron"
“Y si
el tiempo te liquida y si todo era nada en verdad. Lo que sigue puede ser peor…”
Un fragmento de la canción de Smitten, pero hay densidad, hay dolor, hay
alivio, hay sentimientos concretos, lo abstracto, como la felicidad, el amor y
la libertad, están enredados a momentos.
Auto convencerse de que sé está equilibrado y vivir de manera previsible,
fundamenta, aún más esos momentos.
Pero el
2013, fue un año más desequilibrado que el anterior, con mejores y peores
momentos y con más extremos. El anterior se basó, principalmente en
especulaciones.
Transitando,
en mi memoria, Enero mostró un viaje por Entre Ríos, donde visitamos: Colón,
San José, Villa Elisa y Concepción del Uruguay. El primer lugar nos quedamos
mucho tiempo y tuvo prioridad el río crecido, más salidas al golf. Villa Elisa,
fue el mejor lugar, por las termas y su limpieza. Concepción del Uruguay
algunos Museos y las playas extensas. El
viaje fue de larga duración, unos 19 días.
En
enero comenzó la constante de la máquina y sus 7 pitidos, y punto inicial para
la primer estafa concebida, a través de Matias Barrios.
La otra
parte de Enero y parte de Febrero entrené para la nadar de noche, pero se
suspendió por algo insólito en la laguna de Colón que se morían los peces. Lo
reemplacé nadando 1 hora y casi 40 minutos en San Pedro. Luego, comencé a
entrenar para Santa Rosa.
Mientras
tanto, sufría, en Febrero la segunda estafa, esta vez a cargo de Luis Lyang y
Franco Condina. Mi incredulidad se acrecentaba enormemente.
Marzo,
me ordené con el tema de la Bolsa, todos los días leía y una vez por semana
creaba una estrategia mediante análisis técnico, y tuve una mirada superficial
del análisis fundamental.
Abril
tuve un viaje a una isla del Tigre que no me gustó realmente, no es para mí (o
lo que pretendo en este momento), me siento encerrado, aquí la constante fueron
las peleas con Fabiana y la carencia de entendimientos. Pero a su vez volví al
Laboratorio, viajé a Brasil y me subió el ánimo. Por eso Abril, además de correr la Maratón de
manera impecable y placentera, en Santa Rosa, estuve eufórico.
Lo que
me aconteció es que después de los esfuerzos, tanto en San Pedro y Santa Rosa
caer con fiebre y resfrío. La recuperación de este tipo de pruebas se pagó
cayendo en cama.
El
proyecto se extendió casi 5 meses, por negociaciones tensas y por mi rebeldía.
Me gustó la convivencia en este ambiente, jugamos al futbol, participé en un
torneo de fútbol, y sentí ameno, el lugar, como hacía mucho no lo experimentaba.
En
Agosto pasó lo peor, que creí que nunca iba a suceder. Los financistas de
Fretes y Nieto me dejaron de pagar, primero con excusas de enfermedad, luego
con cortes energéticos, y finalmente se borraron. Además, Fretes se quiere
hacer el bueno devolviendo la plata, invirtiendo más plata. Bicicleta de la
gente sin escrúpulos.
Este
punto fue lo que me liquidó en 2013, y que es consecuente con el año que se
aproxima, porque tengo que afrontar con algo que creí que sería de mi posesión
pero no.
Este
tipo de inversiones, que realicé a partir del 2010, y que algunas son
totalmente alocadas, y además a desconocidos, sin ningún marco legal, me sirvió
para no entrar nunca más con este tipo de gente, que estafa sin tener ningún
tipo de consideración y perjudicando al resto. Es por eso que, a veces, festejo
cuando les pegan un tiro en la cabeza o lo asustan a este tipo de chantas que,
ante la mansedumbre de gente como yo, y fueron más de 300, salen impunes.
Setiembre
tuvimos el viaje a Ushuaia, lindo lugar, lindo correr al amanecer, lindo bajar
9 kilos luego de que sólo iba al gimnasio y jugaba a la pelota. Lindo esquiar,
lindas algunas excursiones, aunque la relación con Fabiana fue tensa y no tuve
la valentía de irme de la casa. Acá fue un quiebre, ya comenzó a excederme sus
aspiraciones contra mi austeridad.
Octubre
fue el peor mes, dolido por las estafas, se agrega Siro Cuzzoni, comenzando con
las mismas excusas. Una Maratón, en Buenos Aires, que dolió mucho, un
sinsentido constante.
Noviembre
mucho entrenamiento para Mar del Plata, entusiasmado por ello, pero con muy
poca apertura para cualquier cosa, la excusa para escapar, para sentir alivio,
para salvarme unas horas, y tener charlas conmigo que, soy con la persona que
mejor me llevo, aunque tengo que lidiar con gente que me siento perjudicado y
no sé cómo enfrentarla (casi todos, siento que no tengo aliados).
Diciembre,
finalmente, la coyuntura fue caótica, entre el calor insoportable, los saqueos,
los cortes de luz, los cortes de calle, la inflación que fue la más alta en los
últimos 10 años. Pero celebrando la Maratón de Mar del Plata, así como el
viaje. La llegada de un amigo del
exterior y volver a anestesiarme con el alcohol, cenas con ex compañeros de
trabajo; la vuelta al trabajo al laboratorio, está vez por dos meses, la fiesta
del trabajo, la falta de liquidez y un bache económico, el sopeso de una mujer
que quiere viajar a lugares paradisiacos y de imponerme tener una casa con
pileta, además de someterme y descalificarme. Yo no sé cómo huir de una vez por todas. Un mes intenso, el último del año.
2013 se
caracterizó por las estafas, por el trabajo inesperado, por jugar a la pelota, por
las tres maratones, por los bajones físicos, por el ahogo ante pretensiones,
por la continuidad eufórica de la música y mi admiración a todos los músicos
que no me dejan caer.
Chau
2013, escribí lo que está al alcance de mi verboide y mi reminiscencia.