viernes, julio 31, 2015

Una carrera dolorosa.

 
 
 
 



















Luego de desgarrarme, y ciertos dolores, dos o tres veces por semana salgo a rodar. No sé si llamarlo entrenamiento, pero no puedo darle demasiado tiempo a trotar. Entonces dos días de los laborables, elijo y trotó 12 km (si no llueve) y uno del fin de semana unos 16 km. Hace dos meses que sigo esa rutina, pero no cumpliéndola a rajatabla, pero si en la mayoría de los casos.

Una de las tantas cosas que no me destaco es que mi presentismo no es el 100% y dejo libre algunos imponderables que puedan surgir en la semana. Hoy, la prioridad, es lo laboral, lo demás es complementario.  Por consecuencia no se me ocurre, hoy, entrenar para una maratón, sino mantenerme y disfrutar cuando pueda que, por suerte, son la mayoría de las veces.

El último domingo fui nervioso a una carrera de 15 km organizada por un conocido profesor. Pero no me sentía bien, porque en la semana arrastraba un fuerte dolor de muelas que llegaba a la cabeza, y me hacía difícil dormir.

Acudí nervioso y me lo pasé meando cada 10 minutos, además fui influenciado por el frío ambiente. La carrera la arranqué un tanto alterado porque había mucha gente alrededor. Al llegar al kilómetro 2 y medio, me sentía incómodo en el golpeo, de hecho mi calzado está gastado para rodar en el asfalto y se siente el dolor en el golpeteo. En el 3 y pico tuve que parar para mear, nuevamente. Sentí, cada tanto, puntadas en el maxilar izquierdo por el dolor de muelas.

Recién en el kilómetro 7 me acomodé, y ya me relajé a disfrutar la música que escuchaba. El clima estuvo un tanto húmedo y yo todo duro, porque mi cuerpo está alterado entre el sedentarismo y el gimnasio.  En el 10 km, le pedí disculpas a gente que entrena seriamente, bajo un plan y evolucionando en el día a día. Evolución? Actividad que no realizo, en este ámbito, más de 10 años.

En el kilómetro 12 le dí un poquito más fuerte, al ritmo de la música, para establecer cierta paridad entre el promedio de los 15 kilómetro. Arribé discretamente a la meta y con algo de agitación. Finalmente no fue del todo tortuosa, tuve kilómetros de relajo, sosiego y placer.  No puedo decir que me fue mal, sino que me dio la pauta que tengo que renovar el calzado, porque con respecto a la muela fui a la guardia y el dolor cesó temporalmente con ayuda de Amoxicilina.

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