Corría una tarde de verano en la casa de, con la que era mi novia, Verónica, estábamos tomando la merienda junto a ella, y su primo Cristián. Yo contaba con sólo 21 años y tenía mi cabello largo; al irnos para algún lado junto a Vero, Cristián, me mira por encima de mi cabeza y me dice:
- Te vas a quedar pelado.
Fue mi primer encuentro e indicio hacia la alopecía.
A los 22 me corté el pelo para conseguir trabajo, a los 23 años ya comencé a encargar Minoxidil al 5% y más adelante el finasteride. Pero este último me hizo mal para el ámbito sexual y mi pareja me obligó a dejarlo; además de que era muy oneroso y no tenía dinero para comprármelo.
Transité un recorrido contra este padecimiento, ya que un motivo más de burla y rechazo para el mundo exterior, que tanto creí que hacía falta su juicio.
El origen de mi calvicie se debe al padre de mi madre, recuerdo que su hermano siempre fue pelado, incluso más joven que yo, solo contaba con pelos en los costados.
¿Que es la alopecia?
La alopecia es el signo fundamental de la mayoría de las enfermedades del cuero cabelludo
Los perfiles de los que tienen alopecia
- Positivos
- No están demasiado preocupados por la caída del cabella y tienen auto-confianza
- Dispuestos a considerar algo que pueda mejorar su aspecto.
- Aprensivos
- El grupo más preocupado y con menos confianza en sí mismos
- Dispuestos a considerar cualquier cosa que pueda solucionar su problema
- Escépticos
- Bastantes preocupados por la caída del cabello
- Piensan que no existe un remedio eficaz y que, además, la aplicación es incómoda por lo que normalmente no se han decidido todavía a utilizar ningún producto o lo han abandonado.
- Pasivos
- Los menos preocupados por la caída del cabello
- Preocupación por su aspecto inferior a la media.
- Resignados a alguna forma de alopecia
Creo que mi perfil va entre el segundo y el cuarto, más tirando al cuarto.
La alopecia me genera sensaciones como de potenciar mi fealdad y mi vejez; me creo el cuento de Sansón, que el que no tiene pelo, pierdo fuerza, por ende, tiene debilidad. Además de ser objeto y sujeto de burlas y de vulnerabilidad.
Si bien son sensaciones encontradas, sale de un esquema de imagen, mi calvicie.
Ahora las soluciones mágicas dicen ser el microtrasplante capilar, pero sacarte pelo de la nuca (que no es el mismo pelo frontal), da grosor al pelaje de adelante y a la vez uno sigue abriendo agujeros por otros lados. Sin duda el microtransplante, es como una cirugía estética, es decir, de cuidado permanente y además de aplicaciones cada 2 o 3 años, con una inversión bastante onerosa, haciendo un círculo este tipo de intervención.
El peluquín tipo Silvio Soldán o Claudio María Dominguez, es una ridiculez.
Por último trascribo una entrada del sitio: http://elultimopelo.blogspot.com que relata las seis etapas subjetivas de la calvicie.
IGNORANCIA: La sufren casi todos los calvos, y es el momento en que comienza a retroceder el cabello de las entradas apenas un poco, y la coronilla pierde densidad levemente. Uno ignora el génesis del ocaso y vive feliz por escasos meses, generalmente tras egresar del secundario.
NEGACIÓN: Esta etapa puede durar pocos meses, o muchos años, en casos graves. Se trata de aquellos que claramente perdieron su calidad de melenudos y cualquier intento de ocultar el cuero cabelludo es inútil y muy obvio. Un caso muy emblemático es el de Matías Martin, quien tiende a mantener su pelo como si nada pasara, negando su realidad e irónicamente, hace publicidades de maquinas de afeitar. Sospecho que los directores de este producto sabían exactamente el efecto que producirían. Otro ejemplo interesante lo podemos ver en el excelente filme "The Matrix", cuando Neo se introduce por primera vez en una realidad virtual simulada por unos ordenadores futuristas de la nave a cargo de Morfeo. En el mundo real, Neo está con la cabeza rapada y sin embargo, dentro de la matriz, mantiene su cabellera intacta.
ESTUPOR: Mi etapa favorita. Es muy breve, pero intensa. Se produce justo entre la negación y la aceptación. El individuo no puede negarse más, pero tampoco aceptarlo, una maravillosa contradicción interna que se manifiesta como crisis y toca lo mas recóndito del alma. Es todo el dolor junto que se vino postergando en la negación, la realidad le gana a la evasión y contemplación selectiva. Puede ser detonada naturalmente por la súbita toma de conciencia de verse al espejo, o por un comentario increíblemente certero como "tu viejo es pelado, ¿no?", "te quedaría mejor rapado", "¡Pelado! ¡Tirame un centro!", etc.
ACEPTACIÓN: Aquí el semicalvo ya en plena conciencia de su condición presente y futura, digiere sanamente su destino y comienza su nueva vida en función de su imagen interior renovada, esta vez, coincidente con la que todos verán. El corte y peinado suele ajustarse a esta actitud, el estrés post-traumático disminuye y la sonrisa sincera vuelve a tomar forma en el rostro del paciente. En este punto, el sujeto suele optar por una de dos etapas que enuncio a continuación:
FARSA: Llegamos a la etapa mas rica en variedad y uno de los pilares fundamentales que dieron origen a este blog. Consiste sin ir más lejos, en todo mecanismo o artilugio utilizado por los resistentes al cambio para ocultar su oscuro (o claro) secreto. Comb-over, implantes, cascos vibrantes, sombreros, y muchos más métodos de los que podemos enumerar (todos obviamente ineficaces). A menudo se confunde esta etapa con la negación, pero difiere en un detalle crítico: en la negación, el dolape realmente cree no ser tal, pero en la farsa lo sabe bien a todas luces y se desvive por minimizarlo. Los ejemplos sobran, y a mi modo de ver la actitud mas digna frente a esta realidad es dejar a los últimos pelos vivir libremente lo poco que les queda de vida; porque mas vale verse un poco ridículo, pero digno, a ser un farsante evidente a ojos del mundo como el amigo Cage. Y si un farsante niega su calva, es un hipócrita cínico del orto.
RESIGNACIÓN: Fin del camino. Un pelado resignado, es el mas feliz de los pelados. Ya es un calvo definitivo y lo peor ha terminado. Es sabido que lo malo no es ser pelado, sino quedarse pelado. Habitualmente el resignado se rapa o afeita la cabeza, para mostrar al mundo que no tiene vergüenza de mostrarse como es, y sólo usa gorras por motivos de salud (el sol te puede dejar la capocha como una mandarina). En este blog abundan ejemplos de este tipo. Como comentarios finales he de agregar que los mas admirables casos en este proceso son aquellos que saltan de la ignorancia a la resignación a tempranísima edad. Nuestro efusivo colaborador Jorge Amuchástegui es uno de estos notables. Y si alguna vez ven a alguien en alguna de estas etapas, tengan a bien ayudarlo a quemarlas rápidamente, por un mundo con calvos felices y plenos de brillo dérmico.
Muy bien! uno más que se suma al blog!
ResponderBorraresto fue hace casi una decada, ya debes estar bastante más pelado
ResponderBorrarRecontra pelado, y mas narigon y orejón
ResponderBorrar¡Pelado chupapija!
ResponderBorrarMil disculpas!!!
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