Cansado de los pseudos nacionalismos, donde algunos creen por mandar a un chico a una escuela pública se rodeará de inmigrantes y eso es una humillación y subestimación para el nene, ya que no se rodea con gente de su especie.
El fascismo sigue existiendo en cada una de las personas. Entiendo que por estadística personal o alguna manipulación, mucha gente suele odiar al inmigrante, y más allá de la “intolerancia racial”, están las excusas del “robo” de trabajo hacia los argentinos, el crecimiento de la delincuencia, de la suciedad, de las drogas y el alcohol.
Con respecto a las drogas, el ministro de espacio público de Ciudad de Buenos Aires, Eduardo Santili, manifestó hace unos meses: "Quieren armar corredores narcos entre villas de la Ciudad".
Muchos porteños tienen el prejuicio de que cada inmigrante es discípulo de Satanás, si lo contextualizamos en términos religiosos.
Ahora como nació la inmigración, tomaremos a la boliviana como parámetro, ya que, personalmente, al conocer o tratar con los bolivianos, es la colonización más sumisa y más trabajadora (describiéndola en rasgos generales), pero, a su vez, la más golpeada y atacada.
La inmigración boliviana se hizo fuerte en la década del 60’, comenzaron por Noreste argentino (por un asunto limítrofe, como Salta y Jujuy) y los primeros sitios en Buenos Aires fueron Florencio Varela, Quilmes y Capitan Sarmiento.
Las principales causas de migración fue la economía y la búsqueda de mejores condiciones de trabajo.
Las principales labores fueron: la construcción para el hombre y el comercio o empleo textil para la mujer.
En definitiva, muchas rutas, puentes, edificios, que hoy tienen Buenos Aires, fueron construídos por mano de obra boliviana, forjando, así, parte del progreso para Buenos Aires y gran parte de la Argentina.
Los empresarios o patronal argentina devuelven a la mano de obra boliviana: condiciones de trabajo precario y en negro, así también como el miserable salario percibido, maximizando la rentabilidad para el empresario.
Lo cual hace que los bolivianos, para seguir construyendo en la Argentina, tengan que atenderse en hospitales públicos y está es una de las principales quejas del ser medio porteño.
Pero la integración de un argentino a un boliviano, hoy en dia, sigue teniendo fuertes conflictos. La policía es uno de los organismos que maltrata violentamente a hombres y mujeres provenientes o descendientes de Bolivia, simplemente porque para ellos son los principales sospechoso de todo, y así se arma una cadena de discriminación e intolerancia. Por ende, el boliviano tiene que soportar los embistes de la sociedad como si la misma le estaría haciendo un favor al dejarlos entrar a “su pais”.
El 65% de los bolivianos manifiesta no sentirse protegido ni seguro. Es así como los inmigrantes bolivianos son más víctimas que protagonistas de la delincuencia.
Ledesma fue periodista y vivía en la Villa 21 de Barracas, era uno de los responsables de la señal comunitaria: “Mundo Villa” y además delegado de la manzana que vivía hace décadas.
Ledesma en una de sus emisiones del programa que tenía, dijo: “Vamos a Escrachar a los que vienen con la 4x4 a comprar droga en el barrio”. Su gran misión fue luchar contra la droga barrio y lo manifestaba, emisión tras emisión.
Ledesma se rompía el lomo por la Villa 21, y como en todos lados, el sostenía que en la Villa hay gente honesta como delincuentes.
En el sitio http://lavaca.org, resalta:
"Por un lado, sus vecinos resaltan el carácter profesional que él quiso imponerle a su canal. “Podés tener la verdad, pero para decirla acá también tenés que tener quién te cobije y para lograr ese respaldo es más importante tu compromiso social que tu trabajo periodístico” dice con sabia síntesis uno de los referentes del barrio. No es un reproche, sino una descripción cruda de la realidad. Desde esa perspectiva, Ledesma fue asesinado por pretender ser más periodista que delegado. “Y acá no podemos cambiar la realidad del barrio de arriba hacia abajo. Es un error que se paga muy caro”. El vecino señala que incluso las movilizaciones por reclamo de justicia que se organizaron después del asesinato fueron motivadas por el reconocimiento a su trabajo social. “Pero en esta villa hay delegados muy jugados a los que nadie puede tocar”, resalta para reforzar la idea. Ledesma merecía ser uno de ellos, pero eligió tomar distancia para ubicar a su medio en el medio, tal como suelen inculcarle a los periodistas para que se pongan en línea profesional."
Y finalmente se realiza las siguientes cuestiones:
“¿Quiénes son los protagonistas de los ataques a la libertad de expresión?
¿Cómo defenderlos?
¿Qué representa el campo de batalla territorial para el periodismo social?
¿Cuáles son sus potencialidades y sus desafíos, pero también sus peligros y sus trampas?
Nadie nos prepara para responderlos.
Tampoco hay espacios para debatir la cuestión de fondo que sostiene todos estos interrogantes, la gran tarea: cómo construir la identidad del comunicador social.
No sólo desde dónde, sino con quién.
En eso nos obliga a pensar hoy Ledesma.
Y esa es hoy nuestra deuda.”
Y SI SE SIENTEN ASÍ ¿PARA QUE VIENEN A ARGENTINA? PORQUE NO SE QUEDAN EN BOLIVIA DONDE NADIE, NADIE, NADIE LOS DISCRIMINA..YA BASTA DE CRITICAR LA ARGENTINA, SI NO LES GUSTA QUEDENSÉ EN BOLIVIA, NADIE LOS OBLIGA A VENIRSE.
ResponderBorrarAcá no hay crítica de la Argentina, simplemente menciono un asesinato con respecto a un hombre que quizo erradicar las drogas, dio valor y funciones a gente marginal.
ResponderBorrarVa más allá de la nacionalidad, es algo francamente humano.
Por eso mi admiración a este señor.
Saludos