El tercero de los viajes inéditos en el corriente año:
Cosquin, Mar del Plata, si bien ya había ido, las formas fueron novedosas y
excelentes.
Tuve la fortuna que alguien me invitará a Paris a
pasar más de 20 días allá y a otros lugares. Si bien traté de aprender francés
con Duolingo, buzuu; he demostrado que continúo sin facilidades para aprender
idiomas. Allá, me han facilitado de sobremanera, en cuanto al idioma se
refiere, además de ubicaciones.
Paris tiene organizada su ciudad de manera impecable,
con 13 lineas de subtes, con un montón de monumentos vivientes, con un Río como
el Sena que no está escondido, y con mucho verde.
Recorrer e bici diferentes lugares fue el mejor city
tour que podía tener como la Opera, el notredame, los jardines de Luxemburgo y
tullerie, la concord, la torre Eifel, etc.
Además de la diferentes variedades de queso, pan, y muchas novedades
para mí, en cuanto a comida se refiere.
La gente de mundo se maneja diferente porque saben
idiomas, porque comparten más sus hogares y porque no tienen miedo a tomarse 3,
4 trenes para llegar a un lugar.
Fuimos a Roma en avión y está ciudad tiene un museo
viviente, en medio de callecitas angostas y avenidas anchas: El coliseo, la
palatino, con guias muy simpáticas que hablaban un español gracioso. El
pintoresco trastevere, a orillas del rio tever.
Y mirar toda Roma en el monte Giannicolo. Roma tiene muchas colinas para subir y pasear.
Los helados son tan ricos como los de Argentina. Las pizzas son finitas y la
ropa baratísima y de calidad.
Recorrimos la costa Amalfitana, donde se destaca el
agua turquesa, los valles, las calles muy pero muy angostas y pintorescas, y el
gran mar que, con el reflejo del sol, se ve turquesa.
Aix en Provence, una ciudad grande y que no se puede
estacionar. Alquilamos un auto y experimenté, por primera vez, ir por camino de
montañas, con cierta tensión y algunas peleas por no haber puesto bien el GPS.
Jornada agotadora, donde manejé casi todo el dia y paramos en pueblitos de muy
pocos habitantes, y en montañas que daba para subir hasta ahí. Realmente mucha
paz, cuando paramos por diferentes lugares y paisajes.
Avignon es retroceder el tiempo hasta la edad media,
observar una entrada tipo fuerte en su entrada y todo el sitio histórico de
madera, además de un Rio que rodeaba el famoso y vapuleado puente del mismo
nombre.
Fue otro viaje genial, donde me relajé en cuanto el
idioma se refiere, y delegué demasiado en otra persona que, a veces, no daba a
vasto de tanta pasividad y cuelgue de mi parte. A pesar de eso, re todo
estupendo.
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