De repente salto
a través del impulso
dirigido a la pileta blanca
para higiniezar mi coraza.
Me coloco el disfraz
mi mente se abstrae
y el cuerpo automata
sale junto al viento
al duro y opaco asfalto gris
que traslada mis pasos
como una maquina fabril.
Arribo a una estación
con barreras rabiosas y asoleadas
en el andén la gente impaciente
solo espera,
el rectangular acero
que tragará a los hombres
impulsandólos después.
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