martes, diciembre 19, 2017

Mar del Plata 2017 ya sin maratones


Arruinado fisicamente y psiquicamente. Donde, según gente entreno un dia y diez no, cuando se debería entrenar 6 veces por semana, según los expertos y virtuosos en los entrenos. Acá, sigo marchando y elegiendo Mar del Plata para pasar unos dias fuera de Buenos Aires y del lugar que me acoge. 
Durante más de una década utilizaba Mar del Plata para correr carreras de 10 km, 21 km y 42 km, totalizando 12 entre las tres distancias.
Hoy día,  me corrí de todo eso, ante mis falencias fisicas y los dolores omnipresentes, sin encontrar el origen. o al menos perturbardo de donde vendrá. Igualmente, si supiera la cura, jamás volvería a insmuicuirme en alguna competencia.  Adopté un rol de ermitaño en el que no tiene un sentido práctico cada una de las actividades que realizo, solo para moverme o caminar. A nadie puedo, contarle, hoy que entrené 5, 7 o 10 km, solamente para estar conmigo mismo o que hice estiramientos para palear mis dolores. 
En fin, decidi, por segunda vez ir a Mar del Plata con mi hermano, haciendo una vida lenta, sin apuros, sin "culo inquieto" como algunos que arrogan vivir. Una vida aburrida para ellos, tranquila, serena y estática para mi.

Las actividades fueron caminar, recorrer algunas playas como Varese, Ir al monumento de Olmedo, al de Piazzola, tomar la siesta acostados en la habitación viendo un programa de TV llamado "En que mano está". 

Ver una obra de teatro a la noche de Wairraich que describen a una persona mediana con muchas responsabilidades que yo por el asunto de destacarse, de cuidar a los chicos y de compararse con el pueblo endiosa como Nicolas Repetto, según su maravilloso guión, que el vende, no?. Pero hay frases que si me hacen sonreir, aunque no tanto, por la normalidad que conllevan. 

El agua de la pileta del balneario era fría, pero nadé de espalda, muy lentamente, y además me he metido al mar solo para saltar olas y barrenandolas como un chico que tiene 10 veces menos mi edad. Me he quedado en muchas ocasiones petrificado, con los pies en la arena viendo el mar llevando mi cabeza a nimiedades.

He ido a trotar, muy, pero muy lentamente hasta pasando Camet, ida y vuelta y he vuelto con paciencia al lugar de origen. 
Fuimos al museo de Castagnino una casa para gente rica donde los Ortiz Basualdo vivieron un tiempo. 
Soliamos acostarnos a las 12 de las noche nos dormiamos y al otro dia nos levantamos a las 7 y media para ir a desayunar a las 9 muy abundante donde habia huevos revueltos, facturas, tostadas, 12 tipos de tortas diferentes, masas secas y finas, y un largo etcetera. 

Cero referencia, cero heroísmo, cero cosas para contar y jactarme, propio de un antiheroe.
 Siquiera dandome de fundamentalista de nada. Fortaleciendo que mi ermitañez debe ser más sólida porque no hay nada que tenga que hablar.
Solo apunto que tuve un viaje diferente sin marcas, sin tiempo, sin muscular, sin rapidez, en un lugar que le tengo un cariño inmenso, basado es sucesos emperícos, como es Mar del Plata

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