lunes, septiembre 11, 2017

Siendo un despojo





Debilidad física. Harto de dolencias me llevan a una larga espera y a un espiral descendente de que mente-cuerpo no se llevan bien.  Escribo esta entrada por el hecho que tengo fastidio e impotencia por diferentes dolores cervicales que van desde las parestesias de la mano y pierna derecha, hasta debilidad en la mano izquierda, partiendo por un dolor en el omoplato. 
El dolor es constante, cada pastilla que tomo es una frustración. La visión como borrosa aparece cuando escribo estas líneas, me distraigo y me cuelgo. Escribo para estimular la concentración en pensar en palabras y no los dolores que me envuelve. Es una batalla constante. El dolor gana siempre, perdura, pequeños atisbos de alivio cuando me sueno las diferentes articulaciones.  Realmente, entre la psoriasis, la rectificación de las cervicales, me da vergüenza estar frente a la gente: una por mis constantes estiramientos y mis cuelgues. 
La lucidez se perdió hace rato, siquiera es lúcido lo que escribo.  Hace mes y medio que voy a la pileta porque mi cuerpo esta lleno de manchas rojas, que parece que se secan y vuelven. Los estudios de artitritis dieron bien en la superficie, es decir no hay.  No me hice la resonancia porque era demasiado. 
Mi vida es un constante miedo al dolor, estoy en un lugar que me paso horas, y sé que tengo que aparentar que no me duele nada, que no me encuentro deslucido, que mi vista no se nubla, que yo puedo ser el mismo al que tomaron y que pronto se va a ir. ¿Cómo se podrá bloquear estos padecimientos, o caeré libre hacia el reposo obligado?
El dolor como el miedo son pequeños bloqueos en la vida, me hace proyectar otra cosa que no tiene que ver con el placer, sino con el control y mitigar el dolor, o adaptarme al mismo.  El pasaje de los años es adaptarse al dolor, producto de un sistema que nos impone una vida. La tensión y alimentación es el producto de todas las enfermedades que conlleva.
Revertirlo es muy difícil. ¿Cual será mi accionar? Trataré de juntar fuerzas e ir a la pileta, a pesar de mi semblante asqueroso. Un ejercicio nuevo que consiste en entrar como una especie de trance, hacer movimientos caóticos, hasta enfocar el dolor, mientras escucho música relajante.
He fracasado en todo lo que realicé para calmar el dolor, se ha profundizado. Los médicos solo me dan estudios.  Mis próximos pasos son homeopatía, acupuntura y nuevas cremas para la psoriasis.  Soy un despojo.

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