lunes, agosto 10, 2015

Lunes de atropello

 
Los lunes, hoy día, para mi, son atípicos. ¿Por qué? Porque durante varios  meses estuve sin presentarme en la vorágine de las jornadas inflexibles laborales. Que, justamente eso, es lo que me molesta más rotundamente en el lugar donde estoy, todo lo demás no me da stress, o se ve aparejado por la libertad para organizarme y desenvolverme en el lugar donde trabajo, y percibo dinero.
Este lunes lluvioso, un temporal que tiene el peso de varios días seguidos, y cuya humedad repercute, bastante, en mi atención, concentración y lucidez.
Venía con el auto por Avenida San Martin, y al observar un embotallamiento, decido doblar por una diagonal, para estacionar, una cuadra más donde lo dejo habitualmente.  Desciendo de manera despaciosa del auto, y camino lentamente a la parada del bus. En ese momento pensé: “Que tarado. Siempre lo mismo! El viernes me dejé olvidado el paragua en el bus”  
Encarcelado en este pensamiento, y olvidándome que en Villa Devoto, muchas calles son doble mano, sólo miré para un sentido, cruzó por la mitad de la calle, escucho un chischido de frenos y, de repente, pego un grito, porque un automóvil me impacto en la altura de la cola, y caigo estruendosamente. 
Ante el shock, creo que, perdí el conocimiento 4 o 5 segundos, veo para el costado izquierdo y observo un taxi frenado. Me levanto, de manera cansina y me dirijo hacia el taxista. La pasajera con cara de preocupada y asombrada me miró fijo. El taxista baja y me encara preguntándome si estaba todo bien.  Yo sentí que la responsabilidad fue mia, por una falta total de atención. Le digo que estaba todo ok.
Ellos volvieron a ingresar en el auto. Y yo saludaba, la única lesión fue la reincidencia de mi esguince en mi dedo meñique. Realmente no tengo ningún rencor ni resentimiento ante mi falta de atención. Yo me equivoco varias veces, y además el taxista tuvo la limitación del asfalto resbaloso y entendí su susto y preocupación, pero yo me tenía que hacer cargo de este acaecimiento, realmente me sentí muy avergonzado.
 

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