jueves, enero 29, 2015

Obsolescencia



















Una de las acepciones de la obselescencia es el supuesto insuficiente de las máquinas, en reemplazo de unas nuevas introducidas por el mercado.   Las empresas obligan a la gente, agiornarse a los nuevos instrumentos en uso, como si fuera una constante evolución, cuando, en el mayor de los casos es un cambio.

La gente con el pretexto de evolucionar, en realidad, cambia, y así va consumiendo, el desgaste que las empresas, a propósito, realiza sobre sus artefactos.  Todo el sobrante para, por supuesto, en lugares en que ellos no viven la zona su zona de confort.   Yo me pregunto ¿evolucionar es crear o cambiar?  Un gran número de africanos o de indios pueden arreglar máquinas que los, dichosos, ciudadanos de primer mundo no pueden hacerlo. Entonces el ser un parásito de los empresarios que nos venden cosas para entretenernos o divertirnos y cambiarlos, como máximo, 2 años, les hace diferencia?

En el documental “Comprar, tirar y comprar” como si los productos fuesen un “zapping” en la TV, ya sea porque en la empresas programan una duración muy limitada, y la suma de dinero que generan es tan grande como los desperdicios que exportan, muestran los productos cada vez más perecedero, como las lamparitas, las impresoras, las baterías de laptos o celulares.  Los diseños que imponen en la moda, el software que cambian las funcionalidades. El comprar es algo común entre la gente y pareciera que es feliz el sentirse así. Generando una insistencia de reciclado sólido, ante la multiplicación de la contaminación de empresas, como la del gran Steve Jobs.

Los fármacos y medicamentos  dejan de poder usarse porque se encuentran conformados por una serie de componentes que tienen una fecha de caducidad.

La necesidad de adaptarse a los cambios constantemente, a la gente, le hace un mundo seguro. 

Las comunicaciones hacen estragos en eso. En mi caso, el celular llego tarde, en el 2004, pero me quedo en las llamadas y en los mensajes de textos.  No me divierten los grupos de whatsapp y estar “siempre presente” y “listo” para ser dependiente del otro. La gente, cruza la calle sin mirar los semáforos, en grande aglomeraciones cree que camina sólo, y tiene la mirada fija en el celular.

Me pregunto ¿por qué me genera bronca? Supongo porque creo que me lo quieren imponer, imponer dependencia me hace muy mal. 

La obselescencia está arraigada al mundo de hoy. Con la edad que tengo soy un tipo obsoleto para realizar los trabajos de antes, es más difícil que me empleen en algún,  los divertimentos de los niños y de la gentes son, cada vez, más efímeros. Es como si el aburrimiento es constante. Con los grupos de música, con la vestimenta, con los programas de tv, mismo con un partido de fútbol, donde la gente se lo pasa mirando el celular en la cancha, porque lo aburre ver 90 minutos de fútbol. 

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