'En el mundo, cada generación no tiene menos de 36 personas justas sobre las cuales la divina Presencia reposa, ya que está dicho "El Eterno espera para tener piedad de vosotros; por eso, se levanta para tener misericordia de vosotros. Porque el Eterno es un Elokim de justicia, ¡bienaventurados son todos los que esperan en él!"
No me considero ateo, sino un ignorante de la real existencia de algo más allá de esta vida con un desenlace doloroso, no sólo propio, sino de ajenos.
La vida terrenal es densa, el mundo en que habito es pesado y complejo, pero, como todo lo ambivalente que es la existencia, también hay momentos en que se siente maravillosamente.
En este apartado, me introduzco al tema filosófico y primario de la existencia que, en este caso, un resumen de los 36 justos.
Por tradición, bajo el manto de la religión judía, existe una historia en que, cada generación, hay 36 hombres justos que son quienes impiden el apocalipsis mundial. Sí uno reflexiona, y sabe que, generalmente, destruir es abismalmente más rápido que construir, además del descuido y de lo inescrupuloso que es el ser humano: Este mundo estaría totalmente vacío de vida, por lo menos, animal: contaminación en todo ámbito, hacinamiento, armas nucleares y radioactivas, procesos industriales, cianuro en los alimentos (frutas y vegetales), epidemias, virus, etc. Yo me pregunto: ¿Cómo seguimos creciendo y evolucionando?
En el siglo II, el rabino Simon ben Yohai, a través de su texto cabalístico “Zohar”, donde el erudito rabino amoreo Abbahu, encuentra en el libro de Isaías se dice: “Benditos son todos los que esperan por Él” que en hebreo se lee ashrei kol h.okhei lo. La palabra lo significa Él pero numéricamente representa 36 (Lamed Vav). Así si ponemos una coma antes de lo, significa “Benditos todos los que esperan, son 36.”
En el Talmud (Sanhedrín 97b; Sucá 45b) encontramos lo siguiente: "Abaie dijo: 'En el mundo, cada generación no tiene menos de 36 personas justas sobre las cuales la divina Presencia reposa, ya que está dicho "El Eterno espera para tener piedad de vosotros; por eso, se levanta para tener misericordia de vosotros. Porque el Eterno es un Elokim de justicia, ¡bienaventurados son todos los que esperan en él!" (Ieshaiá / Isaías 30:18), cuya última palabra equivale al número 36.'"
Gershom Scholem especula en un ensayo que el número de los 36 justos, proviene de la antigua astrología egipcia en el que cada una de las 36 divisiones de 10 grados del círculo celeste estaba presidido por una deidad celestial. Posteriormente los rabinos integraron esta visión politeísta en la visión monoteísta del judaísmo.
Gershom Scholem especula en un ensayo que el número de los 36 justos, proviene de la antigua astrología egipcia en el que cada una de las 36 divisiones de 10 grados del círculo celeste estaba presidido por una deidad celestial. Posteriormente los rabinos integraron esta visión politeísta en la visión monoteísta del judaísmo.
A partir de esta idea, se ha desarrollado el concepto de los 36 justos ocultos.
Generalmente se los representa como extremadamente modestos, humildes, como ignorados por el resto de las personas en su condición particular, e ignorantes ellos mismos de su altura espiritual (o quizás, haciendo todo lo posible para que su identidad secreta no sea revelada).
Generalmente se los representa como extremadamente modestos, humildes, como ignorados por el resto de las personas en su condición particular, e ignorantes ellos mismos de su altura espiritual (o quizás, haciendo todo lo posible para que su identidad secreta no sea revelada).
Tal vez, si uno tiene fe en éste idea, los símbolos salvadores estarían puntualizados en seres humanos terrenales y no supremos. Esto significa, que ellos son iguales y no estableceríamos una jerarquía puntual y expuesta.
Se dice que Giorgio Perlasca(1910-1992) ha sido uno de estos hombres justos, realizando obras comunitarios, salvando personas de campos de concentración (más de 5000 húngaros), dándole protección y alimento.
Los reconoció como ciudadanos españoles, bajo la “Ley Rivera”, y luego quedo anónimo en 50 años, desestimando, y encerrándose en su discreción, realizando otras labores y no expresar en absoluto su ejemplo de altruismo y solidaridad.
Se autonombró Embajador de España y en un papel con membrete oficial redactó su designación como representante del gobierno de Franco. Entregó el documento falso a las autoridades de la Cancillería húngara que lo aceptaron sin reservas. Acto seguido, puso bajo su custodia a miles de refugiados ocultos en las casas españolas y, al igual que Raoul Wallenberg, negoció con los sabuesos nazis para bajar de los trenes a la mayor cantidad de condenados a muerte en los campos de exterminio.…”Los familiares de los españoles en Hungría requieren su presencia en España. Hasta que se reanuden las comunicaciones y el viaje sea posible, permanecerán aquí bajo la protección del gobierno de España.”, rezaban sus cartas de protección basándose en una ley de 1924 por la cual se otorgaba la ciudadanía española a todos los judíos sefaraditas.
Con el Ejército Rojo en Budapest y la certeza de que alrededor de 5.200 judíos estaban a salvo, Perlasca inició un largo retorno a Italia.
”Jorge” guardó en secreto su increíble aventura por más de 30 años, hasta que un grupo de mujeres de una comunidad judía en Hungría comenzó a rastrear al diplomático español que había salvado sus vidas.
Acá, en la Argentina, pienso en Juan Karr y la creación de la “Red Solidaria”, un sujeto que construye, que ayuda, que salva vidas, tiene un nivel de conocimiento y cojones que, tengo que esperar muchas vidas, para alcanzarlo.
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