martes, octubre 23, 2012

Pepsi 2012 - Día Nacional






 



Con el festival venido a menos, ya que, hace 5 años, en este mismo blog, comenté que asistí a cuatro de las diez fechas, volví a rencontrarme.

Antes mis expectativas eran mayores, sacaba la entrada dos meses antes, me entusiasmaba y esperaba concurrir a la locación para tener un día alegre, prácticamente, asegurado.  Hoy escasean los días alegres, por diferentes factores, pero que sobresale, el anímico.

Al margen, de mi humor, el jueves, a dos días del recital, percibo que tengo un 2x1 en entradas.   Pensé en mi hermano, que es el único, hoy dia, que me puede acompañar, y no dudé un segundo en adquirir las localidades.

El pronóstico del tiempo del día sábado auguró, lluvias e inestabilidad.   El vaticinio no era errado, hasta que al mediodía se despejó todo, sin una nube asomando, dando el puntapié de un “día peronista” para disfrutar la jornada.

Llegamos con mi hermano con el auto, en un santiamén, estacioné, sin que los trapitos me cobrasen, sólo a dos a cuadras adonde comenzaban a hacerlo. Y nos dirigimos al predio de la Costanera Sur.

El primer grupo, que desconozco, fueron “Los Pulpas”, ritmo y letras repetitivas, dieron los primeros colores a un público frío, que se acercaba.

Luego llego “La Franela”, un grupo vigente, de hoy, que cantó hits que me sensibilizaron: “Todos los vientos”, “Magia”, “Hacer un puente”(el tema que más me gusta) y terminó  piojosamente con “Bicho de Ciudad”.

En el otro escenario, al culminar “La Franela”, tocó “Fidel Nadal”, muy divertido e hiperquinético, trasmitió alegría en el público y se metió a cantar entre ellos.

El plato fuerte, o nuestro plato fuerte fue “La Bersuit”, que, como toda marca, le conviene llamarse así antes que “De Bueyes”, por toda la historia aparejada y por los derechos de cantar temas populares que valen la pena repetir como: “Sr. Cobranza”, “Venganza de los pobres”, “La mesón de Joan”, “La soledad”, “La bolsa”, entre otras, disparando, a favor de la “linda” melancolía de lo que concurrimos.

Llegaron los “Pericos” comenzando con un homenaje a Ceratti con “Corazón delator”, y otorgando un recital tibio y con el entusiasmo menguado de tocar todos los años (o todos los Pepsis) lo mismo. Lo más sórdido de la jornada.

El último que vimos fue Kapanga, con la simpatía del Mono y sus integrantes, haciendo chistes, dando consejos (como rajar a los pungas) entre tema y tema, misturando canciones nuevas y viejas, dando un recital llevable y agradable.

Nos quedaba el derecho de ver 4 bandas más, pero para mí fue suficiente, ya eran más de las 20 horas, y habíamos arribado antes de las 16. Los que restaban no eran justificables para quedarse, porque no los sigo, además estaba lleno de gente.
Viví una jornada, como espectador ya sé, en la que nuevamente los músicos alimentaron la alegria de los presentes, contagiándonos unos a otros.   Por último, para resaltar, la masa de gente sigue defendiendo lo nacional con respecto a las bandas de afuera, que no entiendo lo que me dicen.   Y acá sí, me identifico con esta muchedumbre

lunes, octubre 15, 2012

El olvido









 
 

¿Que recuerdo de mi infancia? ¿Qué frases, párrafos, incluso el nudo, puedo expresar de un texto leído?  Realmente, a primera mano (o concientemente), el olvido se establece en muchas etapas de la vida, aunque hay sonidos, olores, imágenes que lo combaten.


La pérdida de entrenamiento de cualquier cosa, el estudiar sin razonar, sin asociar, sólo por el hecho de memorizar para un examen, hace que la memoria sea vulnerable en el poco tiempo; Me vienen a colación varios escritos que he leído, incluso que me han parecido interesantes, y ahora no puedo realizar comentario alguno sobre ello. ¿Por qué es esto? Además que mi concentración flaquea, fui tapando la memoria con otros conceptos, que, tal vez, por mi forma de ser despojada, fueron intercambiándose. 

Me vienen a la mente algunas reflexiones, incluso noveladas, de Dostoiesky, Kundera, Kafka, Nietszche, Cortazar,  Montesquieu, Confucio, etc; que las he guardado  un tiempo en la mente, y ahora las olvidé; amén de que fueron movilizadoras acordes a como yo transitaba la vida.   En conclusión, haber leído mucho no me ha servido, porque soy un ignorante que utiliza no más de 400 palabras para desenvoverse, y, a menudo, me olvido uno o más términos, cuando tengo que sostener una conversación

El olvido, a veces, actúa como mecanismo protector, dejando de lado, ciertos sucesos en que la resignación y el abandono, fueron el antídoto para este escenario, y al no reflotarlo, se termina, uno olvidando, o por lo menos lo disimula.
En la cotidianeidad hay personas que nos olvidamos de cosas trascendentes, como las llaves, la billetera, el celular, de cerrar la puerta de la casa o del auto, entre otras desatenciones.  En mi caso, la memoria activa un alerta, como una suerte de “checklist”, por experiencias traumáticas de la dejadez.   

 Situaciones de presión externa o stress acentúan, aún más los olvidos, potenciando estos estados de ánimos tensionantes, al que aperece una fobia inmensa, a la cual no puedo conceder vivir así.  En definitiva, mi memoria recuerda selectivamente sucesos de stress por sobre todas las cosas en ambientes laborales y ambientes sociales(donde hay que ponerse una careta para interesar a un receptor X), acentuando los olvidos de elementos materiales vividos por esas presiones. 
Los nombres, el uso indiscriminado del “che”, “loco”, “boludo”, con personas que veo en el día a día es para disimular que me he olvidado el nombre, me ha pasado, también, con gente que compartí intimidad, y siento mucha vergüenza para preguntarle: “¿Cómo te llamabas?”.
Dicen que para no olvidar hay que alimentarse bien, realizar ejercicio y organizarse con agendas y etiquetas.  Para mi el stress y/o el estar ocupado es el mejor disparo con el olvido.
Cuelgo la letra de la canción “Pastillas para el olvido” de Tan Bionica.
En la esquina de mi barrio hay una tienda que vende unas
pastillas para olvidar.
Los vecinos aseveran que su efecto prolifera pero yo no las
quise ni probar.
Pastillitas del olvido, tengan el recuerdo vivo de la noche
que la vi bailar.
Se movía como loca, inestable y caprichosa, y era ... triste
como mi cudad, como mi ciudad..

Yo, que te di todas mis noches a vos, sin lamentos ni reproches.
Te di, en las noches y los días, mis mejores melodías en
las olas más tremendas de mi vida.
Yo te espero todavía, yo creo que el olvido es una fantasía.
Y así, destinado a padecerte sigo loco como siempre,
inventando lo que sea para verte.

En un rincón de mi memoria, sobran noches de tristeza,
poca gloria, y soledad.
Y en el hueco de los años más dorados caben tus ojos
prestados y un adiós para olvidar.
Pastillitas del olvido, tengan el recuerdo vivo de la
noche que la vi bailar.
Se movía como loca, inestable y caprichosa, y era...
triste como mi cudad, como mi ciudad..

Yo, que te di todas mis noches a vos, sin lamentos ni
reproches.
Te di, en las noches y los días, mis mejores melodías
en las olas más tremendas de mi vida.
Yo te espero todavía, yo creo que el olvido es una fantasía.
Y así, destinado a padecerte sigo loco como siempre,
inventando lo que sea para verte.

viernes, octubre 05, 2012

Ensayo incierto sobre el amor



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
¿Qué es el amor? ¿La solución? ¿Un concepto alineado con el hecho altruista? O ¿Un sentimiento de necesidad para reforzar el ego?

El amor, en el sentido propagandístico, vende; asociado, por supuesto, a la naturaleza, a animales inocentes, o a niños; todos como objeto del amor.

Formulo el siguiente enunciado: “Quiero amor, ¿como lo consigo?”, cuando los niños nacen, precisan del primer referente; culturalmente es una mujer, no afirmo que naturalmente sea lo mismo.  La mujer, al soportar, en promedio, cuarenta de semanas, se llena de bonitos pensamientos, preparándose para ceder, la mayor parte del tiempo, a su descendiente.   La mujer se sensibiliza por su creación, y establece una pulsión vital, aparejado con el compromiso y la pasión; para que el niño comience a sentir “amor” hacia la madre, y a su vez, el niño necesita señales de “amor” de la madre (en primera instancia) para no sentirse sólo y desamparado.  Luego, aparecen otros sujetos, pero concluyo que el primer amor que tiene un ser, es instintivamente hacia la persona que lo ayuda a dar sus primeros aprendizajes.

Como es notorio, el ego está puesto a la dependencia, sino el niño, podría no crecer sanamente.

El amor puro, puede estar asociado a la no violencia, a la dádiva, al cariño, a la vulnerabilidad, a la honestidad, a la contemplación y hasta el desapego.

Abordando, culturalmente, en el amor de pareja, que es el más énfasis se le da, toma forma sobre el término “necesidad”.  ¿Qué es lo que estoy dispuesto a dar, para tener una esperanza de que la otra parte va a satisfacer mi necesidad?  Entonces, la pulsión sexual es primaria, es la atracción: “Esta persona me atrae, me interesa”; comienza, de una u otra parte las señales de llamar la atención, acrecentando, efectivamente, el deseo, la necesidad.

Al emparejarse, comienza, el periodo de euforia, como sintiéndose en una burbuja, prometiéndose la luna, y muchas veces rozando la incoherencia, yendo al fin del mundo.  Este periodo es peligrosísimo, que yo aconsejaría reprimirlo, ya que se podría caer en que la otra persona es la salvación de una vida presente y futura; aumentando el concepto de felicidad.

Esta necesidad se hace constante para aquellos que viven una vida tensionada e inadaptada, como fue mi caso, y no necesariamente tiene que ser una mujer, este objeto de satisfacción, puede ser una actividad o una rutina, en el que, me distensiona, cada vez que incurro en este objeto.

El concepto raíz del amor, es “no muerto”, es decir, está relacionado a un sentido que le damos a la vida, más lo incierto, es ese sentido tiene que ver con el ego, y el ego siempre quiere “recibir”, y si “da” es porque espera algo a cambio.    La acepción del amor tiene la avidez de que con él convivimos con un sentimiento de completitud.  Y ese ideal, justamente, es el arma de doble filo, porque en un momento esa completitud no tiene el mismo vuelo, y se torna terrenal, y las exigencias son otras, donde el conforme de ayer, es el disconforme de hoy;  entonces se vuelve a conceptualizar otro escenario para el amor.   Y el desamor, conlleva decepción y vacío.

La unión con otro ser o seres, se tiene que alimentar, cambiando o reforzando los fundamentos, del “por qué” compartimos la vida.  La novedad se dirime, el ego de cada uno (hasta de uno mismo) exige asuntos que pueden ir por distinto carril.  

En definitiva, en este manto gris, hay que intentar amar, dar para tener la esperanza de recibir, cambiar la conceptualización por etapas, aprender a unir caminos, pero también sembrar el amor propio para realizar uno su propia senda.  La desaparición de amor, significa que vivimos una vida que no queremos, que no elegimos, y que, por consecuencia, una vida irritable, desgastante, una vida muerta.