viernes, junio 08, 2012

Camino hacia el abismo



















A modo de grito desesperado publico está entrada.  Cuando se carece de planificación o de expectativas, me suena una fuerte la pulsión depresiva y mi mente se vacía de energía, llenándose de temor, miedo a vivir una vida en que los deseo son devorados por los reiterados estímulos no esperados y errores reiterados.

A continuación detallo los estímulos inesperados de agentes exteriores.

  • Alguien que te dice que se muda a tu anterior casa, que mantiene su palabra, incluso postergando el alquiler y haciendo arreglo para que esté más cómodo. De última te dice: “no, no quiero”, sin sentir cero responsabilidad.  Duele
  • Gente que le das de baja te sigue cobrando por débito automático, aduciendo que fue un error o que yo no di la baja del servicio, y no podés discutirlo o generás problemas.  Duele
  • Uno que se hace el amigo te vende el auto, yo se lo pago 21 días antes de tenerlo, para que compre el nuevo, no te paga las multas atrasadas, el auto a las cuatro jornadas de uso, deja de funcionar y termino desembolsando más de 2000 pesos. Duele
  • Los negocios que uno sentía que podían funcionar, donde uno se queda con los brazos cruzados confiando en gente que se demostró agradable, que te hicieron planillas con posibles peores escenarios. Bueno se puede estar peor que los “peores escenario”. La cagada es que confié en tres negocios, y eso es un costo de oportunidad triplicado. Además fui tan grelún que seguí poniendo dinero, porque seguían vendiendo espejitos de colores que solucionaban lo anterior… Duele.
  • Que te propongan un trabajo de 4 meses, y luego te de digan que “no” además de desecharte, e intermediarios de los que te dieron la negativa te llamen para que le respondas consultas gratis.  Duele.
  • Que tu conviviente te diga que vamos a terminar en un nido de piojos, que no ayudo, que no aporto, que afirme, varias veces, que soy un pensionado, y que yo no sepa que decir ya que no tengo fuerzas ni ideas para convertir su casa en un lugar más habitable, exigiéndote plata, ya que, cree que me está haciendo un favor, y de hecho parece eso, porque yo tengo todas las de perder y puedo caer en la calle.  Duele.

De mi parte puedo aportar:

·         Me dediqué a meterme con acciones en el mercado bursátil, comencé con cierta expectativa, estudiando y leyendo análisis técnico y viendo estados contables de especie, así como rendimientos de bonos. Casi todas mis decisiones se basaron, al principio en mi inexperiencia, luego en mi ineptitud, finalmente, en mi ansiedad y desesperación.  Hoy estoy abatido y aburrido;   pensar que me gustaba sacar estadísticas, realizar gráficos, ver números,  este “gusto”, no me sirvió para nada, al contrario me hundió más.  Duele.

·         En la realización de actividad física cada vez me siento peor (me baja la presión, tengo tendinitis, etc), y eso que no estoy tan intenso, tendría que ir un médico, pero adquirir una obra social nueva, me implica $500 más, y elijo que me den turno de acá a dos o tres meses.  Duele.

·         No tengo la menor idea de generar proyectos de negocios. ¿Por qué? Porque no se comunicarme, no tengo coherencia en el habla, mi verborragia es cada día más escasa, mi fobia cada vez mayor (no es para menos).   Así también, no tengo oportunidades de emplearme, porque me han rechazado de entrevistas, no me he capacitado, no sé conversar en el idioma universal, ni tengo la facilidad de aprenderlo.   Aunque, en realidad, no se platicar en español, ya que tartamudeo, no siento como venderme…   Duele


El camino es negro, podría caer, aún peor, cometer locuras, aunque, hoy, me siento mejor cuando duermo.  No pensaba vivir una etapa así, donde la carencia de dinero, en consecuencia, de proyectar, a través de mi desesperación, a alguien que no quiero ser, que me perjudica, pero que me calma en otros aspecto o me posterga, para volver a ser “este” ente negativo y poco atractivo.

No tengo fuerzas para sentir que la compasión es un amala palabra, es más, desde lo más profundo de mi ego, pido ayuda porque estoy desencajado, mi deseo más preciado hoy, es transitar por caminos claros, “seguros” y previsibles.  Ahora, por rebeldía, encima de ser adulto mayor, es todo lo contrario, siento que me caigo más y más.  Una persona débil y sin argumentos  es despreciada y fácil de golpear.   Además, mi desconfianza y miedo hacia cualquier ser que habita a mi alrededor es enorme.

Manifiesto, descaradamente, que hoy mi vida roza la mierda, que no puedo justificar mi existencia, me encantaría dormir todo el día y despertarme cuando tengo la certeza de comenzar algo de nuevo.

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