jueves, marzo 31, 2011

¿Y ahora? ¿que?














¿Cuantas veces me realicé esta pregunta en mi vida? Supongo que cada vez que cumplía un ciclo, con un buen final o no.
En este periodo de mi vida, que lleva un tercio de una llegada de año que tanto esperé, porque, según, mi cabeza, mi escenario es distinto, con la cual el cambio es inevitable, ante la incertidumbre algunas cosas proyecté, como por ejemplo, hacer curso de bolsa, profundizar mi inglés, dejar de correr por un tiempo (así que hoy lo llevo a lo definitivo), sin duda el primero de enero del 2011, esbozaba entusiasmo.

Pero no fue todo tan metodológico, ya que hay muchas sensaciones que se manifestaron, como desaprobación, bloqueo, falta de ideas, mucho de lo que salió de mi maqueta, no se desenvolvió, simplemente reaccioné sin accionar alguno y como consecuencia de ese vacío, florecieron sensaciones de antaño que, de alguna manera, me perjudicaron, como la auto-subestimación: el verme que no estoy a la altura de mi entorno, la carencia de artilugios para llegar al entorno que me pudiera interesar, etcétera

Pero para bajarme línea en este blog, ya que si bien es de contenido público, este escrito es una reflexión personal, luego de cruzar el umbral de planificaciones para este año, ya sea con éxitos o frustraciones, pero con la idea que seguir tirando “la pelota para adelante” es prácticamente imposible.  Por eso me pregunto:
¿Cómo hago para volver a un entorno de trabajo que no me suele gustar, luego de casi tres años? Con malos recuerdos, con mala sangre, con pánicos escénicos, con pose, con hipocresía, con vestiduras que odio colocarme, con alienación, con sumisión, con docilidad, con rostro antipático. ¿Cómo vuelvo? Si ese es mi recuerdo.

En estos tres meses proyecté algunas alternativas como ver como era el mundo del Trading, haciendo un curso de lo que estaba trabajando, pero respecto a otro módulo, como una cuenta pendiente que dudosamente la pagué, pero al fin y al cabo, con éxito, ya que me certifiqué.

Se me cayó la ficha sobre algunas cosas que había enterrado y cuan disfrutable era, y que fácilmente se podía haber cambiado de rumbo, a no ser tener “la mirada fija” en un solo concepto, rótulo o encasillamiento.  Pero que, por suerte,  hoy puedo gozar de eso.

Se viene un tiempo incierto, como tantas veces en la vida, me falta energía para esta “necesidad”, y por sobretodo ideas y emprendimientos, tengo muchas “cartas buenas” y aún no he aprendido a usarlas, doy vueltas en la nada misma, en presunciones de gris oscuro a negro.
No me gusta este momento en que estoy escribiendo, no me gusta somatizarlo con tos y somnolencia, es símbolo de debilidad que, no sólo es notable, sino que ya es una molestia.
Confeso que tuve sensaciones de vacuidad, hay gente que se presento como salvador de mi amargura, sobretodo en este último mes, pero amén de eso, sigo sin definir el camino a seguir. Si bien estoy libre, en muchos instantes de mi libertad se hace ver mi sensación a vacío.

Por eso, estoy a punto de comenzar abril, preguntándome: ¿Ahora que? ¿Cómo sigue el juego?

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